La construcción del muro del embalse de Frieira en 1970 creó el último pantano levantado en el curso del Miño, donde el gran río gallego marca los límites entre las provincias de Ourense y Pontevedra. El lago artificial inundó molinos, vegas agrícolas, aldeas, zonas de pesca, laderas campesinas y ecosistemas fluviales del municipio termal de Cortegada y Ponte Deva, pero quedaron libres de las aguas la autenticidad ambiental de los bosques autóctonos que pueblan los márgenes ribereños en la confluencia del río Deva en el Miño. La seductora serenidad del agua y los viejos caminos medievales envueltos en la profunda naturalidad de las arboledas provocan sensaciones propias de bosques tropicales y junglas salvajes de otras latitudes. Un recorrido para disfrutar del ambiente mágico del bosque gallego en compañía del río es el Roteiro por terras de Cortegada, pasa por el edificio del Balneario Viejo de la Villa, en la orilla del embalse, y recorre una vereda cubierta de hojas que recuerdan otro tiempos, cuando no existían las carreteras actuales ni los pantanos. El camino adquiere una singularidad especial cuando pasa por los restos de la aldea de A Barca y las vigorosas carballedas que escoden la desembocadura del río Deva en el Miño, en uno de los remansos del embalse. El paseo sigue hasta el viejo puente de Ponte Trado, donde hay postes de otros senderos locales y huellas perdidas en la memoria de rústicos pueblecitos. Las encantadoras aldeas de la parroquia de Trado están repartidas en las colinas altas del valle, entre pinos, castaños, robles y viñas en la ladera del Monte de San Xusto, fuera de las emboscadas de la garganta del Deva. La pintoresca plaza de Cruceiro es un buen punto de partida para recorrer las aldeas, tiene casonas de piedra con solanas de madera y un cruceiro colocado en el centro del recinto. La iglesia de San Pelayo está aislada en otro barrio y tiene unas vistas extraordinarias de los montes del río Deva desde la espadaña del campanario.

IDENTIDAD Y NATURALEZA DEL PAISAJE
Ponte Trado
No hace falta rebuscar en las crónicas de otras épocas para intuir muchas pisadas por las viejas piedras del puente medieval de Ponte Trado, uno de los pasos históricos en el curso final del río Deva durante la Edad Media. Y en algunos escritos aparecen referencias de una antigua calzada romana para visitar las termas de Cortegada. El entorno del puente está decorado por los seres vegetales de la naturaleza, hay robles carballos, sauces, cerezos silvestres, nogales, musgos y plantas trepadoras de varias especies visten los pretiles del puente y cubren los tajamares cerca de los cultivos de los campesinos de Tredo, un pintoresco conjunto de arquitectura popular en la frontera de los municipios de Cortegada y Ponte Deva. El río separa los pueblos y junta recursos, administraciones y riquezas.
Ruta do Monte de San Xusto
El sendero de pequeño recorrido PR-G 175, conocido como Ruta do Monte de San Xusto, tiene unos 8 kilómetros y recorre los principales pueblos y parajes de la cuenca baja del río Deva, visitando los puentes de Entrerrío, Ponte Trado y Ponte Ballote, donde se puede conectar con el PR-G 176 y ampliar el recorrido por el singular mundo forestal y rural del bello cañón fluvial del río Deva poblado de arces, robles, castaños, sauces, abedules y pinares de repoblación.