El sector oriental de la sierra de Gredos es un rincón de las maravillas cuando llega el otoño. Los paisajes serranos de la Reserva Natural del Valle de Iruelas acogen una interesante y variada colección de especies forestales y endemismos botánicos, como la manzanilla de Gredos, endemismo gredense que aparece en el Libro de Especies Amenazadas de la Península. Entre las 640 especies que componen el patrimonio forestal del espacio protegido destacan extensos bosques de pino negral, pino laricio, castañares, olmos montanos, tejos, enebros y rebollares. El señor forestal de los bosques que pueblan las montañas de Iruelas es el castaño, introducido en la península ibérica por los romanos y protagonista de la magia otoñal que inunda algunos parajes de la sierra donde se conservan extensos castañares desde hace siglos. En la cabecera de la Garganta de la Yedra, salvajes y monumentales, gordos y grandes como mastodontes vegetales, aparecen vetustos castaños de edad incalculable ocupando su espacio en los bosques de montaña. El castañar se extiende por las laderas que rodean la zona recreativa El Regajo, en el municipio abulense de El Tiemblo. El espacio protegido es el refugio de la colonia de buitre negro más importante de Europa occidental, con unas 70 parejas permanentes, en un escenario de magníficos paisajes de montaña ideales para el ocio activo, la interpretación del medio ambiente, la cultura de la naturaleza y el estudio científico.
IDENTIDAD Y NATURALEZA DEL PAISAJE
Senda del castañar
El sendero PR-AV 54 recorre los ambientes sobresalientes del castañar. La ruta sale del aparcamiento de la zona recreativa El Ragajo, en la pista forestal de la Era del Corcho. En el camino hay ejemplares de varias épocas y también árboles jóvenes que llenan de fantasía el bosque cuando filtran la luz del sol con las hojas de colores. El castaño más popular del bosque tiene nombre propio, se conoce como El Abuelo, tiene más de cinco siglos de vida, mide 19 metros de altura y 13 de copa. El tronco está hueco y los pastores de la zona aseguran que en otros tiempos podía refugiarse un rebaño de cabras en el interior. Los fines de semana de otoño el castañar de la Yedra recibe cientos de visitantes que suben hasta El Regajo en coche. Una opción para evitar la aglomeración es recorrer el espacio protegido en bicicleta de montaña, aprovechando para recorrer otros parajes como el Pozo de Nieve, la cumbre del Cabeza de la Parra o saltar la sierra y hacer una ruta circular por el puerto de Casillas.
Pozo de nieve
En la zona recreativa Las Barrancas comienza la vereda del pozo de nieve del Portacho del Pozo, una antigua nevera restaurada donde los habitantes de El Tiemblo que se dedicaban al oficio de la nieve almacenaban hielo en invierno y duraba hasta el verano. La nieve congelada servía para conservar alimentos, medicinas y refrescar las bebidas que tomaban las clases sociales que podían pagar un recurso tan lujoso.