El escalador Austin Howell fallecía a finales de junio tras caer mientras intentaba una ascensión en solo integral en la Shortoff Mountain, en Carolina del Norte. El americano, de 31 años, era conocido por sus audaces escaladas sin cuerda que recogía en su Instagram "Freesoloist".
Howell se ganó la fama en 2015 tras colgar un vídeo de su ascensión en solo integral (y desnudo) de Dopey Duck, una ruta de más de 100 metros en la garganta de Linville. Austin era un fiel seguidor de la filosofía de Alex Lowe: "El mejor escalador del mundo es el que más se divierte".
Free Soloing with a Hat from Austin Howell on Vimeo.
"Estamos absolutamente devastados", se lamentaban sus padres en un mensaje en redes sociales. "Era la alegría personificada y será recordado por ser un auténtico amante de la naturaleza. Siempre trató de ayudar a todo el mundo y mostró un compromiso real con cualquiera que se cruzase en su vida. Estamos orgullosos de que inspirase a tanta gente durante el tiempo que estuvo entre nosotros".
En la primavera de 2015, Howell ya sufría un accidente de escalada (con cuerda) en el primer largo de The Nose, en El Capitan (Yosemite), cayendo de cabeza y fracturándose varias vertebras. Tras recuperarse totalmente, decidió llevar sus solos integrales a un nivel más alto. En 2016 firmaba su primer 7b sin cuerda y un año más tarde aumentaba la apuesta con Dalai Lama, un 7c de Denny Cove, en Tennessee. A esta meritoria ascensión le seguirían el free solo (y a vista) de Tangerine, un 7b de Little River Canyon en Alabama, y Satisfaction, otro 7b de Foster Falls, línea que ascendía hasta en nueve ocasiones.
Aunque sus actividades tenían tantos adeptos como dectractores, Howell siempre mantuvo su ética de escalada, siguiendo los pasos de mitos americanos como John Bachar, Michael Reardon o Dean Potter. "El propósito de cualquier escalada en solo integral es regresar a salvo y buscar nuevos proyectos", escribía el estadounidense. "La gente se alarma cuando escalo sin cuerda porque solo piensan que puedo morir. Y lo cierto es que podría ser así. Pero la vida es un deporte peligroso, la única seguridad que tenemos reside en nuestra capacidad para tomar decisiones consistentes, pero a veces sale tu número y no hay nada que puedas hacer. No hay nada particularmente seguro en que un ser humano cuelgue de una cuerda a cien metros del suelo. No importa el estilo que escojas, si la cagas lo suficiente acabarás muerto". Y remataba: "En cualquier caso lo importante es hacer lo que te gusta y poder compartirlo con otros. Esa es la única forma de vivir realmente".