Los 9 trekkings más peligrosos del mundo

Las rutas más adrenalíticas a golpe de suela

Redacción Oxígeno

Los 9 trekkings más peligrosos del mundo
Los 9 trekkings más peligrosos del mundo

Hay quienes piensan que hacer un trekking es una de las actividades en naturaleza más tranquilas y reposadas, carentes de adrenalina quizá… pero algunas de las aventuras más peligrosas del planeta se encuentran sencillamente poniendo un pie delante del otro.

Rover's Run Trail, Alaska
Recorrer la ruta principal del Far North Bicentennial Park de Anchorage es técnicamente sencillo. Ni siquiera la meteorología podrá poneros en serios aprietos. Pero eso no te asegura salir de una pieza. Este es el spot favorito de los brown bears, que hormiguean sin restricciones, sobre todo en verano, cuando los cauces cercanos se llenan de salmones. Los encuentros están casi asegurados, por lo que ante la masiva afluencia de turistas se cierra esta ruta en ocasiones. Y recordad que los alces también son todo un peligro, y muy dados a cargar contra los intrusos.

Monte Pinatubo, Filipinas
Gentes de todo el mundo han encontrado durante décadas una ascensión sencilla y relajante hasta la cumbre de este volcán. Hasta 1991, cuando tras 400 años de sueño, su cráter despertaba acabando con la vida de 800 personas, en la que sería la segunda erupción más grande del siglo. Un año después el volcán se cobraba 72 víctimas. Si ignoras la nueva tendencia de esta montaña a escupir lava, el hike es relativamente sencillo, siendo fácilmente negociable en menos de dos horas.

Kalalau, Hawaii
El Kalalu Trail que recorre la costa Na Pali de Hawaii es uno de los trekkings por la jungla más atractivos del mundo, un paraje prístino que da acceso a una playa salvaje que merece la pena conocer. Pero esta ruta de 35 kilómetros por el paraíso pronto puede convertirse en algo inquietante. Se deben vadear tres ríos con una corriente intensa que en época de lluvia pueden convertirse en una odisea, sobre todo al pasar cerca de sus cascadas muy dadas a vomitar rocas descompuestas. Todo ello contando con los peligros habituales de la selva. Un alto número de accidentes y un puñado de vidas se ha cobrado esta ruta en los últimos años. Más de 100 personas han sido encontradas nadando por su vida en playas cercanas arrastradas por la corriente… donde viven comunidades que no siempre son pacíficas.

Aonach Eagach Ridge, Escocia
Una de las sendas más icónicas de las Highlands escocesas es esta Aonach Eagach, un trazado de apenas 6 kilómetros por valles de montaña que ofrecen algunas de las mejores panorámicas del país. Pero también es un sendero que transcurre por vertiginosos cortados y sobre firmes de hierba resbaladiza, con trepadas técnicas y sin vías de escape si la meteo se pone caprichosa (lo que es bastante común). Y ahí es precisamente donde mucha gente se mete en situaciones comprometidas, tratando de escapar antes de alcanzar el Sgorr nam Fiannaidh, cumbre final y desde donde se inicia una sencilla bajada. Cada año se cuentan varios accidentes, incluyendo alguna muerte ocasional. Muy importante es no encontrarse en el camino con grupos de senderistas poco experimentados.

Travesía Drakensberg, Sudáfrica
La estadística más repetida sobre esta ruta es que antes de 1985 ya habían perdido la vida 55 personas en su recorrido. Después de eso los oficiales y encargados de mantenimiento sencillamente se cansaron de contar. 64 kilómetros a través del Parque Nacional de Natal que cruzan algunos de los tramos alpinos más expuestos –y hermosos– del planeta. La sección más desalentadora se encuentra al principio, desarrollándose por las rutas de los animales, caminos de pastoreo y riscos rocosos. Aunque hay que andarse con cuidado, vale la pena, sobre todo detenerse en lugares como el Anfiteatro, un saliente de roca con un área tres veces más grande que El Capitán.

Monte Hua Shan, China
Los peregrinos han escalado durante siglos hasta los templos que se esconden en las cinco agujas del Monte Hua Shan. Todas las rutas de ascensión son comprometidas, con escaleras muy verticales y expuestas, pocos agarres para las manos. Y teniendo eso en cuenta, cabe destacar la suerte de ferrata hasta la Montaña Sur, que es ya otra historia. Conocido como el “hike más peligroso del mundo”, se recorre sobre viejas tablas de madera ancladas a la misma pared, por lo que hace falta asegurarse mientras evitas mirar los cientos de metros de vacío bajo tus pies. Además incluye algún paso técnico de escalada y una sección en la que desaparecen los tablones para progresar sobre pequeños agarres tallados en la roca. No hay estadísticas oficiales, pero los datos asustan: cerca de un centenar de personas desaparecen cada año en el Hua Shan… un número que a lo largo de los siglos crece de forma exponencial, convirtiéndola en una de las montañas más peligrosas del mundo.

El Laberinto, Utah
La parte más remota del Canyonlands National Park recibe sólo unos 2.000 visitantes cada año, y no porque el lugar no valga la pena. Este laberinto de roca roja conocido como “The Maze”, es ya de por sí difícil de alcanzar, casi imposible para orientarse por él y lleno de hoyas y agujeros que pueden ponerte en un aprieto mortal. Además de presentar, claro, una alta exposición a la caída de rocas (recuerden a Aaron Ralston y sus “127 horas”), o repentinas inundaciones. Lo cierto es que las constantes advertencias y el trabajo de los rangers, que insisten en mantener una buena comunicación y en fijar itinerarios muy detallados antes de entrar, han reducido los fallecimientos a casi cero, pero teniendo en cuenta el alto nivel de accidentes de todo el Parque, os podéis hacer una idea de lo comprometido del lugar, si es que uno es capaz de llegar hasta allí siquiera.

Huayna Picchu, Perú
El camino Inca hasta Machu Picchu puede resultar un trekking bastante exigente y suele llevarse un par de vidas por delante cada año, pero el peligro más real es cuando la ruta cruza la mítica ciudad y asciende el Huayna Picchu, senda rebautizada como “Hike of Death”. Este viejo camino inca sobre escalones tallados en granito asciende 300 metros en apenas un kilómetro y medio. Roca deslizante, raíces, desprendimientos y secciones expuestas forman este camino que coge a muchos de los caminantes totalmente desprevenidos (muchos de ellos sin la preparación adecuada al ser una ruta de lo más turística). Las nubes y la niebla hacen de la senda un peligro aún mayor. A pesar de ello la ascensión es la parte sencilla. Es el descenso el que paraliza a muchos. Eso sí, las vistas desde el Huayna Picchu en un día soleado son excelentes.

Mist Trail, California
Más de 60 personas han fallecido en una ruta de apenas 20 kilómetros que asciende el codiciado Half Dome de Yosemite, una de las sendas más populares y transitadas del valle californiano. Unos 3.000 hikers se acercan hasta allí cada verano, sin tener muy en cuenta que la ascensión oculta pasos con trampa y en los que hay que valerse de la técnica si uno no quiere acabar seriamente lesionado… o algo peor. Los cables de metal que sirven de apoyo para la subida pueden disfrazar la dificultad de esta ruta que sigue suponiendo un intenso desafío, para el que hace falta estar en plena forma. Eso si no llueve y los cables se vuelven totalmente resbaladizos. Y si hay rayos de por medio, mejor darse la vuelta y pensar en visitar alguna playa. Cinco personas han fallecido en la última década, en casi todos los casos a causa de la humedad de los cables y la roca.

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