Un día duro en el Batura Sar

La expedición invernal polaca inaugura su ruta hasta los 6.450 metros en durísimas condiciones.

Fotografías - Polish Winter Himalaism Program

Un día duro en el Batura Sar
Un día duro en el Batura Sar

Podría decirse que estos son los elementos del estilo polaco, sobre todo en el Himalaya. La soledad, un objetivo muy exigente y por encima de lo demás, lidiar con las terribles condiciones meteorológicas y con nosotros mismos… ¡Eso es lo que nos impulsa!

No por nada hemos comenzado el artículo con la cita que nos regalaba Piotr Tomala en nuestra reciente entrevista. Si el Karakorum en invierno es mucho Karakorum, no lo son menos estos tipos de Polonia, forjados en esa larguísima tradición de afrontar las peores condiciones imaginables para la que quizá sea la conquista más inútil y efímera posible: unos instantes de felicidad.

Hablar de felicidad cuando uno afronta temperaturas que rondan los 30 grados bajo cero o se mueve lánguidamente con nieve hasta las axilas, en una montaña severa e implacable, puede parecer una locura. Quizá ahora esperen el típico "pero".... No va a suceder. En la mayoría de los casos roza el disparate. A menos que formes parte de una expedición polaca, como es el caso, liderada por alpinistas inquebrantables como Piotr Tomala o Rafal Fronia.

Si su aproximación al Campo Base del Batura Sar ya fue toda una odisea, debiendo lidiar con una ruta laberíntica a través de un caprichoso glaciar, o superar por los pelos varios motines de los porteadores, ahora no parece que la montaña vaya a recostarse y permitir una escalada aseada y veloz. No, esto es el Batura, una mole pendenciera de 7.795 metros con más de tres kilómetros de abismos entre la base y la cima. Y ha llegado el momento de la acción.

Ayer un equipo compuesto por cinco alpinistas partían del CB, instalado a 4.100 metros, para explorar la ruta hasta el primer campo de altura. Las primeras secciones fueron una brutal batalla con el manto nevado, que en algunos puntos alcanzaba el metro y medio de profundidad. Cubrir el primer kilómetro les llevó una hora y media. Alcanzar los 6.400 metros les supuso otras tres. Y entonces comenzaron las auténticas dificultades técnicas. Tras equipar cincuenta metros más con cuerdas fijas (lo que agradecerá mucho la próxima rotación de alpinistas), decidieron regresar a la seguridad del Campo Base. Un CB, por cierto, donde ha caído la mayor nevada en el último cuarto de siglo. Las temperaturas frisan los -27º. La meteo, sin embargo, parece favorable para los próximos días y la expedición ya planea continuar con las labores de apertura de la ruta.

Fotos: Colección Anna Okopinska

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