Han escalado juntos durante 8 años, son dos de los tipos más rudos del panorama mundial y parte viva de la historia del alpinismo... y han puesto sus ojillos ambiciosos en el Everest. El rumano Horia Colibasanu y el eslovaco Peter Hamor ya marchan hacia los codiciados bastiones primaverales del Techo del Mundo donde intentarán abrir una ruta nueva, nunca antes intentada.
Este es, precisamente, el tipo de actividad que necesita una montaña asediada por lo que Reinhold Messner describe como "turistas de altura". Sin entrar a valorar la pericia y ambiciones de las expediciones comerciales, se agredece un intento vanguardista y sobrio, sin usar oxígeno suplementario o sherpas de altura, en una temporada que promete, como en las últimas ocasiones, decenas de cimas e historias que merecen ser contadas (para bien y para mal, seguramente).
La cordada ya se aclimata con el trekking por el valle del Khumbu, en Nepal, y tienen previsto concluir la expedición a finales de mayo. "Este año es todo un desafío para mí. Creo que tenemos buenas posibilidades de abrir una nueva ruta, basándome en nuestra experiencia y en el último año, cuando me las apañé para pasar varios días consecutivos por encima de los 8.000 metros", se muestra confiado Colibasanu, conocido en nuestro país principalmente por su papel en el intento de rescate de Iñaki Ochoa de Olza.
Annapurna 2008
En Rumania, Horia Colibasanu (41), de profesión dentista, es tratado como un héroe nacional. Es el alpinista más exitoso en la historia de su país, acumulando 8 de los 14 ochomiles, siempre sin usar oxígeno suplementario o porteadores de altura, manteniéndose firme en una ética limpia, muy admirada por la comunidad internacional. Cuenta con una "Estrella de Rumania", otorgada por el Presidente de su país, Klaus Iohannis, en 2017, lo que le distingue como Caballero. Entre los ochomiles de su libreta aparecen el K2, el Annapurna, el Dhaulagiri y el Everest, es decir, un poker de cimas severas y arriesgadas, logradas en el buen estilo.
Pero serían sus acciones en el Annapurna en 2008 lo que más fama mundial le iba a reportar, muy a su pesar. Aquel año, el navarro Iñaki Ochoa se veía afectado por un edema a apenas 100 metros de la cumbre, mientras ascendía junto a Colibasanu y Alexei Bolotov. Bolotov proseguía hasta la cima, pero Horia se retiraba para ayudar a Iñaki, que ya no bajaría de los 7.400 metros. El rumano permaneció durante 72 largas y trágicas horas junto a su amigo, casi sin provisiones, poniendo en riesgo su propia vida, a la espera de un equipo de rescate. Cuando Ueli Steck llegaba a su posición, sólo con engaños logró convencer a Colibasanu para que comenzara el descenso. “Dejar a Iñaki sólo no representaba una opción para mí. No hubiera podido vivir más conmigo mismo”, Horia dixit.
El rumano fue premiado con el Spirit of Mountaineering por el British Alpine Club, el más prestigioso del mundo. Fue también nominado al premio Principe de Asturias por "su sacrificio, generosidad, espíritu de equipo y amistad". El Gobierno navarro le entregaba la medalla al Mérito Deportivo, una distinción muy exclusiva, sólo en manos de titanes como Miguel Indurain.
Colibasanu y Hamor durante el trekking de aproximación al Everest. Foto: Col. Peter Hamor
El mejor compañero de cuerda
Si la pericia de Colibasanu es digna de enciclopedias alpinas, la de su compañero está más que a la altura. Peter Hamor, de 53 años, ya ha completado los 14 ochomiles (sin oxígeno). También en el Annapurna, el esloveno no sólo era capaz de abrir una nueva ruta en su cara sur en 2006 –junto a los recios polacos Morawski y Pustelnik–, además se convertía en el primer alpinista que ascendía el ochomil más comprometido por ambas vertientes, tras la escalada de la cara norte en 2010. Otra brillantez de su currículum es la travesía del Gashebrum I de sur a norte, que enlazaba con la ascensión del Gasherbrum II (2008).
Horia y Peter han escalado juntos durante casi una década, incluyendo ochomiles como el Manaslu. "Hamor es uno de los alpinistas a los que guardo mayor respeto", reconoce Colibasanu. "Es un gran deportista, con una enorme experiencia en los Himalayas. Que contemos con él en el equipo nos da una gran oportunidad de éxito, teniendo en cuenta el tremendo desafío que tenemos por delante".
Mucho más que una ruta nueva
El Everest ya cuenta con casi una veintena de rutas a su cumbre, aunque casi todas están en desuso y las expediciones suelen acometer las rutas normales que ofrecen sus vertientes nepalí y tibetana. Por eso, este proyecto representa un tipo de alpinismo que parecía olvidado en esta montaña forjada en roca e historia. Esta nueva ruta proyectada por Hamor y Colibasanu será sin duda una de las actividades del año... y quizá sea sólo el comienzo, pues el propio Peter Hamor ha reconocido que pretenden realizar la travesía del Everest, ascendiendo por la vertiente noroeste para descender después por el Collado Sur, y encadenar la ascensión del Lhotse (8.516 m).
Enlazar las dos primeras cimas de la Herradura del Khumbu (la tercera es el Nuptse), en estilo alpino y ligero, sin O2 suplementario o sherpas, y abriendo una nueva ruta, cabe sólo en la imaginación de unos pocos. Han previsto llevar a cabo 3 vivacs por encima de los 8.000 metros. "Esto es una aventura, no un salto al vacío", aclara Hamor. "El riesgo es parte del juego".
“Hace ya décadas que se ascendieron por primera vez las montañas más altas del mundo. Hoy en día, sólo el estilo puede aportar algo de valor al mundo del alpinismo” . Palabra de Horia Colibasanu.
Se podrán seguir los avances de la expedición a través de la web de Horia Colibasanu y de la web de Peter Hamor.