Tras más de seis días varado por encima de los 6.200 metros en el Latok I, Alexander Gukov era rescatado de forma casi milagrosa por los helicópteros del ejército paquistaní, que le trasladaban a un hospital de Skardú (Paquistán), donde se recupera satisfactoriamente. El alpinista ruso ha sido diagnosticado de deshidratación y cansancio extremo, además de algunas congelaciones leves que con suerte no tendrán repercusión.
Gukov ha podido dar algunos detalles sobre esas jornadas de confusión y soledad en las laderas del Latok. En declaraciones a la página rusa RT explicaba: "Por la mañana me daba cuenta de que había pasado la noche soñado con que ya estaba en casa. Y aunque imaginaba que mucha gente pensaba lo mismo, esperaba que no, que no se olvidasen de mí". Gukov, que perdía a su compañero de cuerda Sergey Glazunov durante el descenso, también ha tenido palabras de agradecimiento. "Gracias a todo el mundo, a todos los que han puesto su grano de arena para sacarme de la montaña".

En un principio y según su amigo el alpinista Viktor Koval, Gukov era incapaz de articular palabras o comunicarse de forma coherente, hasta que se le administraban corticoides para reducir el edema cerebral. Cerca del delirio, a causa de las jornadas en altitud que pasaba sin alimento, el ruso reconoce que en algún momento llegó a perder la esperanza, sobre todo cuando agotaba su energía cada día para cavar su refugio en la nieve. A pesar de ello, en cuanto recuperaba la lucidez se ha acordado especialmente (y lógicamente) de los pilotos que le salvaron la vida. "Los pilotos paquistaníes son de lo mejor del mundo, estaré eternamente agradecido", comentaba con una sonrisa ante el General Qamar Javed Bajwa, que le visitaba en su habitación del hospital.
Mientras se recupera, Gukov deberá empezar a racionalizar todo lo sucedido, incluyendo lo arriesgado de su actividad en el Latok I, donde pretendía uno de los grandes desafíos restantes en el Karakorum, su Pilar Norte en estilo alpino. "He estado pensando en si volveré o no a la montaña... pero eso es otra historia", reconoce. "Ahora todo lo que quiero es regresar a casa con mi mujer, mis hijos y mi suegra. Sí, tengo una buena suegra".