Los escaladores catalanes Marc Toralles y Bru Busom han firmado una sobresaliente ascensión en la cara sur del Denali, logrando la primera repetición nacional de la dificilísima "Slovak Direct", un rutón de 2.600 metros (AK VI, AI6, M6, A2), abierto en 1984 por Blažej Adam, Tono Križo y František Korl.
El Denali es la montaña más alta de América del Norte, con una altitud de 6.190 m. Está situado en la cordillera de Alaska, en el centro-sur del estado americano. A pesar de no ser uno de los más altos del mundo, el desnivel que hay que superar (unos 4.000 m desde el campo base), junto a las bajas temperaturas, dada su cercanía al Círculo Polar Ártico, hacen del Denali uno de los picos más exigentes del universo alpino.
Debido a su altísima exigencia, no son muchas las repeticiones a esta futurista "Directa Eslovaca"; se pueden contar con los dedos de una mano y entre sus pretendientes han figurado leyendas como Steve House, Mark Twight o Ben Gilmore. “Ha sido una de las escaladas más intensas de nuestras vidas. No la hemos encontrado en las mejores condiciones, pero ya estamos acostumbrados...", afirmaba Marc Toralles, que junto a Bru Busom ya escaló en octubre el Corredor de los Japoneses en un solo día.
La ruta más exigente
Ya desde el inicio, la expedición comenzó con más dificultades de las esperadas: “La aproximación por la Seattle Ramp fue compleja debido a las recientes nevadas que tapaban por completo las grietas. Tuvimos que abrir huella durante toda la jornada, lo que hizo que llegáramos a pie de pared más fatigados de lo que esperábamos", explican los alpinistas. Las fuertes nevadas llegaron a acumular unos 20 centímetros de grosor en algunas zonas causando avalanchas continuas durante toda la noche.
Largos de nieve, mixto y hielo con purgas constantes fueron el resumen del segundo día de expedición. Sin embargo, tal y como afirman los escaladores “la jornada finalizó en uno de los vivacs más espectaculares que hemos realizado jamás".
Durante la tercera jornada, llegaron los momentos más tensos a causa de las avalanchas constantes y la imposibilidad de una retirada que obligó a la expedición a continuar avanzando y confirmando el grado M8. “Debido a la mala visibilidad y al no encontrar la ruta, abrimos una variante de M6 expuesta." explican.
Las gélidas temperaturas y la altitud, complicaron la noche previa a la llegada a la cumbre. A las 19h de la tarde, se logró una hazaña que Buson y Toralles califican de “más dura de la esperada". Un duro itinerario que aseguran haber vivido intensamente y que suman un nuevo logro para esta pareja de escaladores que llevan tiempo compartiendo retos por medio mundo.