El alpinismo despide a Leclerc y Johnson

La élite del alpinismo como Alex Honnold o Kilian Jornet muestran su cariño a la cordada desaparecida en Alaska.

Redacción Oxígeno

El alpinismo despide a Leclerc y Johnson
El alpinismo despide a Leclerc y Johnson

Alaska se acostaba ayer con pésimas noticias. La desaparición de Marc-André Leclerc y George Johnson ha sacudido el cosmos alpino, por su juventud, por su talento, por el brillante futuro que pierden las montañas.  La cordada, innovadora como pocas, era capaz de ese tipo de actividad que nunca saldrá en grandes medios pues su tecnicidad y ambición no es fácilmente comprensible fuera de sus círculos. Pero el alpinismo pierde algunas décadas de fabulosas acometidas a las cordilleras más exigentes del mundo.

“Es un día realmente triste en la comunidad montañera de Canadá. Marc-André llegaba al corazón de todos a los que conocía”. Estas palabras nos escribe Bernadette McDonald, anterior directora del Banff Mountain Film Festival, una referencia mundial, y autora de uno de los libros más celebrados de la cultura montañera reciente: Freedom climbers. “Su entusiasmo desenfrenado por escalar era contagioso”, nos reconoce McDonald. “Era un alpinista visionario. Mucha gente va a extrañar su sonrisa”.

Bernadette no ha sido la única que ha querido dedicar unas palabras a Leclerc y Johnson. Habían pasado nueve días de su desaparición en las Mendenhall Towers, donde intentaban una de esas actividades vanguardistas, inaugurando una nueva y arriesgada línea de ascensión. Según los últimos partes de los servicios de búsqueda, el dúo habría logrado su objetivo en la Main Tower. Pero no regresaron. “Es tan triste. La actividad y filosofía de Marc-André era inspiradora y visionaria. Mis condolencias para toda su familia y amigos”. Así se ha expresado Kilian Jornet, rememorando las brillantes ascensiones de Leclerc, quien tras 24 primaveras acumulaba un impresionante currículum, con escaladas como la primera invernal en solitario de la Torre Egger, en Patagonia, o su brutal ascensión en solitario a The Corckscrew en el Cerro Torre, además de otras meritorias performances patagónicas encordado a tipos como Colin Haley.

Marc-André Leclerc en Patagonia. Foto: Alex Honnold

El hechizo del Gran Norte

George “Ryan” Johnson también escalaba muy por encima de la media. Galardonado en dos ocasiones con un Mugs Stump Award, quizá la más prestigiosa distinción del alpinismo americano, llevó a cabo varias ascensiones elegantes y delicadas en esas Mendenhall Towers que han vuelto a poner de relieve la severidad de los contornos de Alaska.  Este año, de nuevo con un Mugs Stump Award bajo el brazo, escalaba la vertiente este del Mount Hayes. “Aunque Ryan había escalado por todo el mundo, siempre regresaba a sus amadas Mendenhall Towers”, escribe Clint Helander, compañero de correrías de Johnson y uno de los mayores conocedores de las cimas de Alaska. “Conocía todos los secretos y aspectos de cada una de las siete torres, tanto por su experiencia personal como por el estudio que había realizado de su historia”. En Juneau, capital de Alaska y su hogar, Johnson era una figura muy respetada como “escalador, mentor, entrenador y, más importante, como un padre devoto”.

“Eran una enorme inspiración”, se une a los pésames Alex Honnold. “En el caso de Marc-André siento una gran pérdida personal. Encarnaba la perfecta combinación entre talento, humildad e inteligencia. Un verdadero escalador que amaba profundamente aventurarse en las montañas”.

John Irvine, uno de los managers globales de Arc’teryx, marca que esponsorizaba a Leclerc apunta en la misma línea, refiriéndose al canadiense como "un prodigio". "Además era excepcionalmente humilde y siempre se mostraba encantado de compartir sus logros y su pasión por las montañas a través de artículos, vídeos y conferencias. No quería tener el perfil de un héroe, pero era capaz de mover a la gente hacia los lugares salvajes".

"Era quizá el mejor escalador invernal en la historia de Alaska", explica Samuel Johnson, amigo de "Ryan", "e indudablemente uno de los alpinistas más talentosos de Norteamérica". Johnson llevó sus ambiciones a otras cordilleras como Nepal, China o Kirguistán. "Era un visionario y un soñador, con la capacidad y dedicación necesaria para llevar a cabo acitividades que para la mayoría resultaban impensables".

Para todos aquellos que quieran aportar su grano de arena para ayudar a las familias de ambos escaladores, dos crowfunding siguen abiertos en GoFundMe: “Marc Leclerc, Ryan Johnson search” y “Ryan Johnson Assist/Milo Fund”.

George "Ryan" Johnson con su hijo Milo. Foto: Col. George Johnson