Denis Urubko, a cara o cruz en el K2

Denis Urubko, en solitario, rumbo a la cima del último ochomil por hollar en invierno.

Jorge Jiménez Ríos

Denis Urubko, a cara o cruz en el K2
Denis Urubko, a cara o cruz en el K2

#GoDenis. Un sencillo hastag de ánimo para Denis Urubko que se ha convertido en las últimas horas en el centro de atención del alpinismo mundial. Ayer, para sorpresa del resto de expedicionarios, y sin avisar a los líderes del equipo, el kazajo partía del Campo Base del K2 rumbo a la cima. En solitario. En invierno. Sin oxígeno suplementario. En pos de una de las mayores hazañas alpinísticas de siempre.

"Estoy muy preocupado por Denis", expresaba hoy Adam Bielecki, que acompañó la pasada semana a Urubko hasta los 7.400 metros, la mayor altitud lograda esta temporada. Bielecki y Urubko eran los elegidos para ser la punta de lanza de una escalada histórica, el colofón de una forma de entender la libertad en las montañas, inciada por Krzysztof Wielecki en el Everest en 1980. Los círculos alpinos parecían haberse conjurado para ceder esta cumbre a los polacos (último ochomil por hollar en la estación fría), pioneros de la expediciones invernales en el Himalaya. Para estupor de todos, Urubko salía ayer, en silencio y antes del desayuno, en dirección al vértice definitivo del K2. Su acción ha generado una fuerte controversia y hay quien acusa al kazajo de insubordinación e ir en contra de los intereses del equipo polaco, que financia su participación. Para otros, es la rutina de los genios.

Denis, probablemente el mejor himalayista del momento, no se ha reservado nada esta temporada. Tras el rescate de Elisabeth Revol en el Nanga Parbat, lideraba las tareas de inspección en las dos rutas exploradas por la expedición este año. Y siempre, junto a él, Adam Bielecki. "Charlamos sobre si debería acompañarle", reconoce Adam, "pero le sugerí que necesitabamos descanso, que esperase a un intento razonable". Denis, en su ataque improbable, contará con el apoyo de al menos dos cordadas, la formada por Marcin Kaczkan y Maciej Bedrejczuk, que hoy ha alcanzado el C2, y la de Marek Chmielarski y Artur Małek, que ascendían hasta el C1. 

A estas alturas, Urubko debería estar apostado en el tercer campo de altura, sobre los 7.200 metros. Fiel a su ética, quiere completar la ascensión antes de que concluya el mes, pues sólo considera como cimas invernales las que se producen entre el 1 de diciembre y el 28 de febrero.

El francés Honoré de Balzac escribió: "Para ganar todo hay que atreverse a todo".

Krzysztof Wielecki, decepcionado con Urubko

Desde ayer, nadie ha tenido contacto con Urubko. Las últimas noticias le situaban en el C1 donde se encontraba con Marcin Kaczkan y Maciej Bedrejczuk, negándose a establecer contacto por radio con Wielicki, jefe de la expedición. "Conozco a Denis desde hace muchos años, somos amigos. No pensé que llegaría a esto", reconocía al medio polaco TVP Info, en una entrevista por radio. "Me llevé una sorpresa cuando dijo que no quería hablar conmigo desde el C1. Me duele que lo haya hecho personal". Emociones aparte, la prioridad del equipo sigue siendo asegurar la ascensión de su colega ingobernable. "Es un gran luchador, y por una lado lo entiendo, pero es un invitado de esta expedición y debería haber seguido las reglas", concluye Wielicki, que no oculta su decepción. "Su pasión por esa cima es tan grande que incluso ha puesto en peligro nuestra relación".

Urubko abandonaba el primer campo de altura sin llevar radio o GPS. "Mañana nuestro primer equipo debe llegar a 7.200 metros. Entonces sabremos si Denis ha seguido ascendiendo", confirma desde el CB Janusz Majer.

 

La situación en la montaña 

La previsión meteorológica es severa para las intenciones de Urubko. Mañana el viento ascenderá hasta los 70 km/h por encima de los 8.000 metros. Para las siguientes jornadas el parte no es mejor. El día 27 llegarán vientos de 75 km/h, con cielos cubiertos y nevada. El día 28 el viento continuará soplando peligrosamente, pero el sol volverá a calentar las laderas del K2. A partir del día 4 de marzo se abre una ventana de buen tiempo. "Con ese viento la ascensión es imposible", advierte Majer. Wielicki, en palabras para el canal TVN 24, coincide: "Urubko probablemente atacará la cumbre mañana, estoy preocupado por su descenso". 

Preparados para un posible rescate

"Estamos aquí juntos y debemos tomar decisiones juntos", sigue Wielicki en TVN. "Todo el equipo está preparado para ayudar. Hemos subido botellas de oxígeno a los diferentes campos, porque no sabemos lo qué puede pasar. Es nuestro deber, no importa la opinión que tengamos sobre el intento".  El líder de la expedición admite que Urubko podría tener éxito en el ataque a cima. "Es un alpinista genial, eficiente y está bien aclimatado", reconoce antes de insistir sobre el deterioro del clima en los bastiones superiores del K2. "Nevadas, viento fuerte... puede desorientarse en el descenso. Pasando por alto su comportamiento, tengo miedo por él". Wielicki también se siente inquieto por el resto de miembros de la expedición. "Denis no parece darse cuenta de qué está exponiendo a todos. Dos de nuestros equipos están listos para acudir si hay una emergencia, pero ¿qué le sucederá a aquellos que vayan al rescate? Prefiero no pensarlo".

Alex Txikon, una retirada a tiempo

No pudo ser. La meteo confabuló ayer contra las intenciones del vizcaíno y su equipo en el Everest, obligándoles a descender tras un intento a la cumbre que se frenaba antes del Collado Sur. "Hay veces que la vida te pone ante decisiones complicadas, que debes tomar en una milésima de segundo, y que agradeces toda tu vida y la de todos tus compañeros. Ha sido una elección complicada, pero la previsión metereológica cambiaba radicalmente con vientos de hasta 100 km/h que nos ponían en muy grave peligro. Ha supuesto un gran esfuerzo, pero por suerte ningún miembro del equipo ha sufrido congelaciones y estamos todos juntos en Campo Base. Estos próximos días valoraremos la situación", relataba Txikon.