50 veces en el Eiger

"Sigo viéndola como una cima legendaria, llena de historias mágicas, o trágicas"

Roger Schäli en la Norte del Eiger / Foto: Frank Kretschmann - SALEWA
Roger Schäli en la Norte del Eiger / Foto: Frank Kretschmann - SALEWA

Se le conoce como "Mister Eiger", y con toda la razón. El suizo Roger Schäli acaba de celebrar su 50º ascensión al Eiger, una de las montañas más emblemáticas del alpinismo mundial.

Convertido en guía profesional y en uno de los montañeros más talentosos de su generación, Roger comenzaba su andadura en el "Ogro" con 18 años, cuando resolvía sus incógnitas a través de la célebre arista Mittellegi. Solo un año más tarde afrontaba su primera escalada de la temible vertiente Norte, recorriendo la línea clásica de 1932, abierta por Hans Lauper y Alfred Zücher.

Uno se siente siempre humilde ante el Eiger...

Durante los siguientes años, Schäli fue comprometiendose más con la montaña, dejando algunos estupendos hitos, como su ascensión de la brutal Magic Mushroom, imaginada en 2007 por Christoph Hanz. Tras eso, se apunta la primera en libre de la ruta de los Japoneses, junto a Robert Jasper; la primera en libre de la icónica Direttissima de John Harlin, y la liberación de la Piola- Ghilini Direttissima. Con estas actividades se sentía suficientemente confiado para afrontar otros dos retos mayúsuclos: la liberación de Odyssee, en compañía de Jasper y Simon Gietl (2015) y la muy codiciada primera repetición de Metanoia, la absoluta obra maestra de Jeff Lowe.

La guinda la ha puesto recientemente con la primera ascensión en el día de La vida es silbar, que resolvía en agosto, para después formar cordada con Lucien Caviezel repitiendo Löcherspiel y lanzándose en parapente hasta los pies de la montaña. Ésta última significaba su 50º escalada de la mítica montaña. "La verdad es que es un número impresionante", reconoce Roger. "A pesar de las cifras, uno se siente siempre humilde ante el Eiger. Es una cumbre implacable".

50 veces en el Eiger

El alpinista suizo Roger Schäli.

Por supuesto, el suizo tiene un currículum mucho más extenso en cordilleras de todo el mundo. Completaba, por ejemplo, ese hat-trick patagónico que forman el Cerro Torre, la Torre Egger y el Cerro Standhart, y ha afrontado paredes monstruosas en Noruega, Groenlandia, Yosemite o el Himalaya. "Pero el Eiger significa mucho para mí", continúa. "Es la montaña que mejor conozco, en ninguna otra he pasado tanto tiempo, pero a pesar de serme tan familiar sigo viéndola como una cima legendaria, llena de historias mágicas, o trágicas. Cuánto más escalo el Eiger más cerca me siento de ella".

La primera repetición de Metanoia, en el Eiger, en vídeo

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