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El regreso de Tamara Lunger al K2 con el proyecto "Climbing for a Reason" de Juan Pablo Mohr

"Al volver no estaba en paz con estas montañas, solo después de la ceremonia a JP me sentí aliviada"

Elena Moro

6 minutos

Tamara apertura

"¡La llegada a Concordia fue muy emocionante! Los ojos se me llenaron de lágrimas al contemplar a esta Diosa. Ahora, sólo puedo estar agradecida por estar aquí, mi hogar durante los próximos meses", Las lágrimas de emoción de Tamara Lunger a su llegada a la base del K2 este pasado invierno se tornaron en lágrimas de dolor y rabia después de todo lo acontecido en "la montaña de las montañas" durante la temporada invernal de expediciones. Uno de los sueños de la alpinista italiana era ascender en invierno y sin oxígeno artificial al único ochomil que hasta el pasado 16 de enero se mantenía imbatible.    

Tamara Lunger acudía a la llamada del K2 formando cordada junto al rumano Alex Gavan, ambos bajo el paraguas de la expedición de Seven Summits Treks, como el malogrado Sergi Mingote. Los tres compartieron aclimatación, trabajo y buenos momentos en esas primeras semanas en el K2, también junto al chileno Juan Pablo Mohr, pero entonces sucede el trágico accidente de Sergi mientras descendía del campo base adelantado, que precisamente cae a unos metros de Tamara. No pueden hacer nada por él. Ese es el primer golpe para los alpinistas, la muerte de su amigo Sergi. Se quedan incrédulos, desolados, como manifiestan en sus redes sociales. Su muerte lleva al rumano Alex Gavan a desistir y abandonar el campobase, mientras que Tamara y Juan Pablo siguen con su determinación de ascender, formando equipo a partir de entonces. "Decidimos unir fuerzas y continuar la expedición en nombre de Sergi y su espíritu".

Sin apenas tiempo de reponerse del accidente, y aún caliente el logro histórico de la conquista del K2 por la expedición de sherpas, llega la siguiente tanda de golpes. Tamara y JP se unen a Ali y Sajid Sadpara y John Snorri para su intento de cima. Tamara no está muy convencida, hasta ese momento sólo ha alcanzado los 6.600 m, pero sus compañeros están decididos. Entre el campo 2 y el 3 las temperaturas bajan a unos inhumanos 60º bajo cero. Tamara tiene mucho frío, no puede sentir ya casi los pies y está exhausta. Todo parecen señales para ella de que el K2 la rechaza, siente que la montaña le está diciendo que tiene que regresar. Que no es su momento. Sabe que sus compañeros no quieren montar un Campo 4, que ella considera esencial para reducir el riesgo en el ataque final y a esa altitud. Tendrían que descender de la cima directamente a Campo 3, muy complicado. Así que decide darse la vuelta, dice adiós a JP e inicia el descenso, pero se encuentra con Ali subiendo que la convence para que siga al campo 3, diciéndola que allí podrá reponer fuerzas. Pero cuando llega allí sigue encontrándose mal, incuso peor, porque ya no puede ingerir nada. Así que decide que descenderá y permitirá a sus compañeros intentar la cima para no ser una rémora. Ve salir a los cuatro de la tienda de campaña, será la última vez que les vea. JP, Ali y John desaparecen en el Cuello de Botella, por encima de los 8.200 metros. Pero aún hay más desgracias: al llegar al campo 2 se entera de que otro amigo, Atanas Skatov, ha fallecido también mientras descendía de la cima. Todas estas terribles pérdidas llevan a la alpinista italiana a preguntarse qué la lleva a esas expediciones.Todo lo acontecido la lleva a alejarse de las montañas, a refugiarse en sí misma. "A pesar de su crueldad, estoy extremadamente agradecida por haber experimentado todo esto, y haber sido capaz de conocer a esta bellas personas. Quiero conservar su espíritu conmigo y continuar así un tiempo. más.. porque no puedes hacer nada más que hacer lo que amas. Todo lo que se puede hacer ahora es llorar cuando se necesita llorar y darme a mí misma tiempo para curarme".  

 

 

Esos meses después del invierno Tamara ha estado intentando recobrar la paz, hasta que en julio decide regresar a Pakistán, no tanto para reconciliarse con el K2, la montaña salvaje, aún más salvaje con ella este año, sino para continuar con el proyecto de su amigo JP en Pakistán, "Climbing for a reason", un proyecto sin ánimo de lucro que busca convertir a niños y adolescentes sin recursos que viven en diferentes zonas de montaña del mundo a escalar en sus propias montañas. Para ello levantan rocódromos o paredes artificiales y crean un área de escalada cerca de una escuela o lugar público en esas ciudades, inician a la gente en la escalada y después donan todo el material necesario para que la comunidad siga escalando en el futuro. Hablamos con Tamara acerca de sus sentimientos al regresar al K2 y cómo se involucró en este proyecto solidario. 

Tamara, ¿cómo te sentiste al volver a ver al K2?

Al principio de regresar a Skardu estaba enfadada, no estaba en paz con estas montañas, estaba cerca del odio... pero después de la ceremonia que hicimos en honor a Juan Pablo (Mohr) mis sensaciones cambiaron, y volví a tener sentimientos positivos por las montañas, me sentí aliviada de alguna forma.

Al llegar se encontraron los cuerpos de JP, Ali y John. ¿Encontrar sus cuerpos también ha sido en cierta forma un alivio?

Puedo imaginar que todos los familiares de los compañeros que perdieron la vida en el K2, al encontrar sus cuerpos han encontrado algo de paz, ahora saben que están ahí, en la montaña, y que pueden bajar los cuerpos si quieren. Mañana iré a ver la familia de JP, estoy deseando verles.

¿Cómo se originó la idea de colaborar en Climbing for a reason?

La idea se originó precisamente en el campobase del K2 este invierno, vino de Juan Pablo, me preguntó si quería participar en este proyecto y le dije que sí, que iría con él después del K2; y las cosas finalizaron de esa manera desgraciadamente, pero decidí junto a los amigos de JP llevar a cabo su proyecto de "Climbing for a reason" en su honor, y también en honor por Ali Sadpara, porque querían hacerlo juntos, nosotros estamos aquí ahora y es muy emocionante, pensar que él está aquí con nosotros de alguna manera; estoy muy agradecida de que me diera esta oportunidad de hacer esto por la comunidad de Zigar. Este año hemos empezado con una pared escalada artificial, que inauguramos al final de agosto, construímos unas veinte rutas, también un sector más duro, y creo que será un proyecto a largo plazo, estoy viniendo a Pakistan mis sponsor están involucrados en el proyecto y creo que será una larga cooperación , y además los niños necesitarán más entrenamiento, estamos en contacto con monitores de Islamabad para que entrenen a los niños durante todo el año. 

Decidí junto a los amigos de JP llevar a cabo su proyecto de "Climbing for ar eason" en su honor. y también en honor por Ali Sadpara, porque querían hacerlo juntos, nosotros estamos aquí ahora y es muy emocionante pensar que él está aquí con nosotros de alguna manera.

 

Por lo que cuentas en tus redes sociales no ha sido fácil llevar a cabo el proyecto...

Todo en general ha sido difícil porque construir una pared de escalada ha sido complicado porque no tenían las herramientas, el material adecuado... muy muy loco, y hemos tenido que ser muy artesanos e inventarnos para sacar todo adelante, creo lo hemos hecho bien para los obstáculos que hemos tenido. 

También cuentas que no entiendes muchas cosas de esta sociedad aunque aquí te encuentres "como en casa"...

Somos muy diferentes, es una sociedad y una cultura con algunas costumbres que me cuesta entender. Por ejemplo la situación de las mujeres, que es dura. Nos costó más conseguir que las niñas vinieran a escalar, y Anita ha hecho un gran trabajo preguntando familia por familia si los chicos se podían unir a nosotros. Cuando he venido con las niñas al lugar de escalada y veían a los hombres por la calle, se decían: "camina más rápido, camina más rápido"... Los hombres ven mal que las niñas escalen, cuando están escalando las niñas siempre quieren ir tapadas, no se puede ver ninguna parte de su cuerpo... y no me siento cómoda en situaciones que no comprendo, es bastante loco. A veces para mí es difícil comprender cómo y por qué son las cosas así, cómo funcionan unas cosas y otras, tengo que entender muchos factores culturales. Cuando he venido aquí otras veces siempre estaba en las montañas, inmersa en una expedición, y no me tenía oportunidad de introducirme tanto en su cultura o sociedad. Es grande y doloroso ver esto, y me gustaría cambiar las cosas, aportar mi granito de arena, para estar también con los hombres y quizás en un futuro escalar juntos...

 

 

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