Maestri, escalador transgresor y adelantado, prueba genuina de la audacia y la controversia en el alpinismo, fallecía a los 91 años. Este es nuestro tributo a sus grandes aventuras, que influyeron directamente en todas las siguientes generaciones de montañeros.
Es imposible saber hacia dónde soplará el viento mañana, en cuál de sus torbellinos te encontrarás. - Kurt Diemberger
Cesare Maestri nació en la ciudad italiana de Trento en 1929, de padres dedicados al teatro itinerante. Siendo adolescente luchó como partisano en la segunda Guerra Mundial y enseguida se interesó por las montaña. Pronto se convirtió en uno de los mejores alpinistas de su época. ¡Y qué época! Nos encontramos en los años dorados del alpinismo, entre 1950 y 1965, cuando se ascendieron los catorce ochomiles. Transcurría la Guerra Fría y la pugna por llegar donde nadie antes había llegado acababa de empezar.
Las expediciones a la montaña se realizaban sin predicciones meteorológicas fiables, sin GPS ni Gore-Tex, y con materiales que hoy resultarían obsoletos... Fue una época apasionante donde el alpinismo conservaba todo su misterio, todo su romanticismo. Un tiempo de pioneros. Profundizamos sobre ello en Patente alpina: inventos para conquistar la cima.
Maestri fue apodado “la Araña de los Dolomitas” donde se ganó el respeto para siempre logrando ascender sus vías más difíciles. Fue la primera persona en desescalar un sexto grado sin elementos de seguridad, en aquel momento el máximo grado que existía. Subió dieciséis cumbres en dieciocho horas , el Cervino en invierno, completó 3.500 ascensiones, despertando la envidia de muchos. Tachado de temerario por sus ascensiones en solitario, sin compañeros de cordada y en ocasiones sin cuerda, demostró estar entre los mejores. Sus motivaciones siguen dando de qué hablar: “Nunca vendí una ascensión antes de hacerla. Nunca me jugué mi vida por dinero”. Maestri, además, mantuvo una histórica rivalidad con su compatriota Walter Bonatti, el más joven de la expedición que coronó por primera vez el K2 en 1954, expedición que Maestri rechazó.
Su vida condensada en el Cerro Torre
Para bien o para mal, Maestri será recordado por el Cerro Torre. En mitad de los Andes patagónicos, donde el frío y el viento imponen su ley, se levantan flechas y agujas de granito. El Cerro Torre, con 3.133 msnm, es de una dificultad técnica incomparable y se pensaba que imposible.
Al enterarse de que Walter Bonatti y Carlo Mauri lo habían intentado sin éxito, Maestri llega al Cerro Torre en 1959. Acompañado por Toni Egger, escalador austriaco experto en hielo, y Cesarino Fava, quien ayudó a equipar la ruta permaneciendo en el campamento base.
Es aquí donde empieza el misterio: un alud arrastra a Egger y lo hace desaparecer - su cuerpo lo devolverá el glaciar quince años después -. Maestri, dado por muerto, es rescatado de la hipotermia por Fava a los pies de la montaña. Dice haber coronado el Cerro Torre, pero pronto empiezan las sospechas. La dificultad de la ruta y la falta de pruebas aumentan las dudas. La cámara de fotos que portaba Egger, nunca apareció.
En 1970, tras once años de polémica, vuelve al Cerro, esta vez en invierno con la intención de abrir una nueva ruta. Acompañado por otros cuatro italianos y con la ayuda de un compresor - taladro para colocar clavos y asegurar la ascensión - , montaron una cabaña de madera en el campamento base y trabajaron 54 días sin descanso, durmiendo casi un mes en hamacas ancladas a la propia pared. Y por fin llegaron a la cumbre. O eso creía Maestri: de la cumbre rocosa emerge un hongo de nieve y hielo que algunos consideran la verdadera cima. Antes de descender, en un acto que sigue siendo criticado, el propio Maestri dejó colgado el taladro al final de la vía y arrancó los últimos clavos. Desde ese momento pasó a llamarse la vía del compresor.
Cuatro décadas más tarde, en 2012, los estadounidenses Kennedy y Kruk quitaron un centenar de clavos de la famosa vía, siendo detenidos y considerados personas non gratas en la localidad argentina de El Chaltén.
Las razones por las que Maestri volvió al Cerro se desconocen. ¿Qué quería demostrar? ¿Llegó o no llegó en 1959? Los expertos cuentan con las suficientes pruebas como para afirmar que esto no fue así. Rolando Garibotti cree haber resuelto el caso, aportando los resultados en la revista Desnivel: Completando el rompecabezas de la supuesta primera ascensión al Cerro Torre en 1959.

Maestri se retira de la primera línea a finales de los 70, se hace guía de montaña y profesor de esquí.Terminó sus días como educador ambiental guiando a los más pequeños por los Dolomitas. Escribió varios libros considerados literatura, casi filosofía, del alpinismo. Su vida inspiró una película y una miniserie, no hay periodista del mundillo que no haya escrito una crónica sobre él. Reinhold Mesner declaró en una entrevista en 2015 que Maestri siempre estaba abierto al diálogo, enriqueciendo el debate acerca de los diferentes estilos en la escalada. Gracias a personajes como Maestri conocemos lo que fueron aquellos primeros años de expediciones a la montaña, ofreciéndonos a las generaciones futuras un sitio donde conocernos y superarnos. Con cuerda o sin cuerda, con o sin clavos, creó escuela. Multitud de publicaciones internacionales dan muestra de su legado, convirtiéndolo en leyenda para siempre.
No se puede hablar de los Andes sin hablar del Cerro Torre, sin hablar de Cesare Maestri. Es historia de la montaña. ¿Acabará apareciendo la famosa cámara o algún escrito del propio Maestri? De momento seguirá siendo uno de los mayores misterios del alpinismo.
Suscríbete a nuestro Pódcast en las principales plataformas: