La Costa Brava. Esta bella región del norte de Cataluña se beneficia de una atractiva combinación de mar y montaña para convertirse en un sabroso cóctel outdoor: aquí no solo se puede disfrutar del mar y de sus espectaculares aguas, calas y acantilados, también de otras actividades en la naturaleza como son el senderismo, la bicicleta de montaña, las vías ferratas o el kayak. Ya te hemos hablado en un artículo anterior de la posibilidad de descubrir las comarcas del Ripollés, La Garrotxa y el Alt Empordá.
A pie, por ejemplo, recoriendo el impresionante Parque Natural del Cap de Creus, o adentrándonos de una forma diferente en estos bellos parajes bendecidos por el Mediterráneo, practicando el descenso de cañones o el kayak de mar. En esta ocasión no hemos podido resistirnos a sumergirnos en las transparentes y azules aguas de la bahía de Montjoi (no en vano el Cap de Creus es uno de los mejores spots de Europa para practicar el submarinismo), a pedalear en el espacio protegido del Cap de Creus y a palear en el río Ter.
BTT en el Cap de Creus
La bicicleta de montaña es un deporte excelente para conocer lugares que muchas veces pasan desapercibidos o están demasiado alejados de las principales rutas senderistas para visitar a pie. El ciclismo de montaña integra de un modo dinámico, divertido y sostenible los valores naturales y culturales en las posibilidades de ocio activo de cada territorio y no podía faltar una “experience BTT" en nuestro viaje outdoor en la Costa Brava. La cita es con Quim y Mario, de Easy Bike, en la puerta del Hotel Terraza de Roses, donde nos han tratado estupendamente. Nuestros nuevos amigos son ciclomontañeros fanáticos desde hace décadas y buenos conocedores de la comarca. La ruta que tienen prevista está dentro de los paisajes del espacio protegido del Cap de Creus. Y también son los promotores del Bike Marató del Camp de Creus y del Raid al Vent, un interesante itinerario circular en la comarca del Alt Empordà para hacer de forma autónoma en tres o cuatro etapas, con la posibilidad de contratar los servicios de asistencia, guía y alojamientos.
Roses es ideal para iniciar varios recorridos en bicicleta de montaña. Los guías marcan el ritmo y deciden entrar directamente en el entorno rural del Parque Natural del Cap de Creus y seguir el camino del Puig Rodó y el Puig Alt entre viñedos, pastos ganaderos y unas vistas inimitables. En el horizonte de los Pirineos surgen los macizos del Canigó y las cumbres de Núria, adornadas con los últimos neveros de la temporada. Y debajo las bahías de Montjoi y de Jòncols, recortadas entre el Cap Norfeu y la Punta Falconera. Y la universal bahía de Roses completando todo lo demás hasta la línea infinita del Mediterráneo, hay que estar aquí para “saborear" este ambiente embaucador que fue inspiración de la vida y obra artística de Salvador Dalí. La pista pasa por el dolmen conocido como la Tomba del General y sigue hasta las inmediaciones del Puig dels Simonets, mirador de Cadaqués y del Cap de Creus. Y como buenos bikers no puede faltar un paseo por los senderos de la costa, hay por todos lados y son entretenidos y emocionantes. Y así podríamos pasar horas y días, pero la “Costa Brava Experience" debe continuar por nuevos parajes que no dejan de sorprendernos.
Más info: www.raidsalvent.com/ca/easybikes
Kayak fluvial en el río Ter
El río más largo y caudaloso de los Pirineos mediterráneos nace en los circos glaciares de Ulldeter, a dos mil quinientos metros de altitud, tiene un recorrido que supera por poco los doscientos kilómetros y es una de las cuencas fluviales más importantes de Cataluña por el contenido histórico, la diversidad ambiental y el soporte industrial y económico que aporta durante todo su recorrido hasta la desembocadura, en el litoral de la Costa Brava. El tramo del río Ter entre las poblaciones de Colomers y Verges podría ser el “caribe del Empurdà", está en la gran planicie de la cuenca baja, rodeado de campos agrícolas y poblaciones de gran notoriedad pero esconde un sorprendente paraíso fluvial que solo se puede descubrir y disfrutar navegando en kayak, en silencio, dejándose llevar por la apacible corriente entre los dos enormes telones de vegetación ribereña que pueblan las orillas. El guía de Kayak del Ter nos espera en el centro náutico de Colomers para recoger los chalecos y el resto del equipo, organizar las parejas en las embarcaciones y dar algunas instrucciones sobre la actividad.
El centro náutico está cerca de la esclusa de Colomers, una presa que forma un pequeño embalse de regadío y hacemos un pequeño traslado aguas abajo para entrar en el río. En dos minutos el mundo cambia completamente, el río fluye suave y sereno entre una muralla vegetal impenetrable, prácticamente es imposible salir del agua por la jungla de cañas, alamedas, olmos, sauces y matorrales de todo tipo que cubren las orillas y son el refugio de una inmensa variedad de aves. En la época de hibernada el espacio fluvial del Ter acoge unas seis mil aves acuáticas, es un paraíso para ornitólogos, hay ánade real, garzas, cormoranes, gaviotas, patos cuchara, zampullines, cercetas y docenas de abejarucos revoloteando en los taludes de arena donde tienen los nidos. En los troncos de las orillas aparecen tortugas de agua dándose un festín de insectos, cada rincón del río es una estampa fascinante. El mejor momento es cuando la corriente permite dejar de remar y el sonido del río invade el ambiente con los cantos de los pájaros, en el saliente de una isla descubrimos una garza real y poco después una mamá pato con toda su prole de patitos. El descenso del Ter es otro momento outdoor que no se debe dejar escapar.
Más info: www.kayakdelter.com
Submarinismo en la bahía Montjoi
La intensidad del viaje no baja en ningún momento. Dejamos la bahía de Llança y acudimos a una cita en el puerto de Roses con los instructores de buceo de Roses Sub, ha llegado el momento de hacer submarinismo, otra de las grandes citas del outdoor en la Costa Brava. En el barco hay un grupo de franceses expertos que llevan su propio equipo y cuentan con los servicios y la infraestructura de la empresa local para organizar salidas en fondos selectos de la costa. El viento pega fuerte, con olas de dos metros, y necesitamos más de una hora para doblar la Punta Falconera y entrar en la bahía de Montjoi, donde está programada la inmersión protegidos de las corrientes. En la travesía recibimos las primeras instrucciones sobre los conceptos básicos del submarinismo, el manejo del equipo y el lenguaje de signos que usaremos durante la inmersión. El entusiasmo es infantil, estamos a punto de sumergirnos en los fondos marinos de la Costa Brava, uno de los paraísos mundiales del submarinismo.
En realidad, bucear con botellas es bastante sencillo y seguro, hay que hacer bien la compensación del cambio de presión cada vez que duelen los oídos y poco a poco bajar hacia el fondo. En la inmersión alcanzo una profundidad de confort de seis metros y recorremos la pared de un enorme acantilado entre bancos de peces de todos los colores, estrellas de mar, erizos, pepinos marinos y muchos seres submarinos que no conozco. El agua es completamente transparente, prácticamente invisible y parece que estoy atrapado en una extraña ingravidez. Los colores y la vegetación son alucinantes por las formas y los juegos de luces pero llama la atención la enorme cantidad de vida que hay en cada metro cuadrado. En algún momento consigo bajar unos metros más hacia el fondo y aparecen meros enormes y otros peces que miran con indiferencia a los submarinistas, es un hermoso mundo de fantasía. El instructor indica el momento de salir y volver al reino de los humanos, una gran experiencia que sin duda repetiré para seguir volando en los bellos fondos marinos de la Costa Brava.
Más info: www.rosessub.com