Uno de los grandes atractivos turísticos de Castellón de la Plana son sus espacios naturales. Dos de ellos se encuentran en tierra: el Parque Natural del Desierto de Las Palmas y el Paraje Natural del Ermitorio de la Magdalena, origen de la ciudad actual. Y el otro se encuenta sobre la superficie del mar Mediterráneo: La Reserva Natual de las Islas Columbretes).
Su nombre viene de la expresión Colubraria o Ophiusa, con la que los primeros navegantes, griegos y latinos, la identificaron en sus cartas de navegación por la abundancia de serpientes que allí encontraron y que prácticamente aniquilaron al incendiar por completo la isla para acabar con ellas (las últimas fueron vistas a finales del siglo XIX). Hasta principios del siglo XIX sus únicos visitantes eran pescadores, contrabandistas o piratas, pero la construcción de un faro, inaugurado en 1860 dio inicio a su "colonización".
Este año se cumplen tres décadas desde su reconocimiento como Reserva Natural por la Generalitat valenciana. Este archipiélago está formado por cuatro conjuntos de islas volcánicas: Illa Grossa, la Ferrara, la Foradada y el Carallot. De todas ellas, solo la primera está habitada y puede visitarse.
Illa Grossa tiene forma de media luna y puede recordarnos a la griega Santorini, aunque con un tamaño menor, está integrada por varios cráteres encadenados. Su pequeño puerto, Tofiño, recibe a las embarcaciones del Grao cargadas de visitantes que realizan el único camino interpretativo de la isla hasta los 67 metros donde está el faro.
Sin duda, su mayor tesoro es la fauna y la vegetación. Diferentes aves marinas -como la gaviota de Audouin, la pardela cenicienta, el halcón de Eleonora o el cormorán moñudo- anidan tranquilamente en los acantilados, mientras la largartija endémica campa a sus anchas. Todas estas especies están catalogadas en diferente grado de protección –desde en peligro de extinción como vulnerables o especies endémicas– de ahí la importancia de su protección.
El interés de las islas se multiplica cuando nos sumergimos en sus fondos marinos, con su Reserva Marina de 5.543 hectáreas que rodea todo el archipiélago. La complicada topografía de esos fondos marinos, llenos de escollos, bancos y bajos es el refugio natural para muchas especies sobreexplotadas por la pesca en nuestro mar.
Además de una excepcional riqueza de especies y variedad de comunidades bentónicas, aparecen singularidades como el coral rojo y el alga Laminaria redriguezi, muy escasa en nuestro mar. Un mundo subacuático que se puede admirar haciendo snorkel, aunque lo ideal es el submarinismo. Para ello se deberá contar con autorización del Ministerio competente en Medio Ambiente y Pesca.
Destaca otra de las islas, el Carallot, con sus 32 metros de altura es fiel testimonio geológico de los restos de la chimenea central de un milenario volcán.
Al tratarse de una Reserva Natural, el número de visitantes diarios está limitado a 78, realizando la visita guiada en grupos de máximo 20 personas. Los horarios de visita a la Illa Grossa son: a las 10.30, 12.00,13.30, 17.00 y 18.30 horas. El período de 12.00 a 15.00 horas está reservado para golondrinas.
El Centro de Información de la Reserva Natural de las Islas, ubicado en el Planetario del Grao, ofrece más detalles sobre estas visitas además de una exposición sobre las islas y el mundo de la pesca, y diversas campañas educativas relacionadas con las islas. También hay un servicio de audioguía, con la locución de un pescador, una sala de proyecciones donde se ofrecen vídeos y audiovisuales que suponen un excelente preámbulo antes de hacerse a la mar en pos de las Columbretes.