
The North Face Futurelight
¿La membrana más avanzada del mundo?
Chamonix
Finales de enero en Chamonix. Aunque no esté siendo una temporada de nieve memorable en los Alpes, las montañas que rodean al pueblo que vio nacer el alpinismo lucen lo suficientemente atractivas como para estar emocionado por los días que me vienen por delante. La marca The North Face nos ha invitado a probar su tecnología Futurelight: “la tecnología de ropa de abrigo impermeable y transpirable más avanzada del mundo". No soy el mayor experto en material técnico (más allá de haber utilizado mucho en los últimos veinte años), pero cuando ya te peinan canas en la industria uno ya está curado en salud de este tipo de eslóganes grandilocuentes redactados por equipos de mercadotecnia. Pero claro ¿quién se puede negar a la invitación de comprobarlo metidos en faena? La marca nos ha propuesto dos días de actividad –alpinismo, escalada en hielo y freeriding- para que podamos valorar si tal afirmación se ajusta o no a la realidad, y además hacerlo en compañía de dos atletas miembros del equipo como Xavier De Le Rue y Leo Slemett.
Tecnología pionera
Hace unos años que The North Face decidió dar un paso adelante y desarrollar su propia membrana. Sus necesidades al respecto eran obviamente las de todos los deportistas de montaña: lograr que sus prendas soportasen condiciones meteorológicas invernales, pero con un elevado grado de transpirabilidad. Lo de siempre, pero que no es tan fácil… sobre todo si además quieres que las prendas no pierdan durabilidad, ligereza y comodidad. Y encima añadiendo un componente de sostenibilidad a la ecuación, con un 90 % de materiales reciclados. Un poco como la cuadratura del círculo de las prendas técnicas de montaña.
TNF FL WebFilm Breathability ES
Nanospinning
El proceso Nanospinning utilizado para crear el tejido Futurelight ha permitido a los diseñadores de la marca añadir permeabilidad al aire en la membrana de un tejido. En este proceso se crean unos orificios nanométricos, de una increíble porosidad, que mantienen una impermeabilidad total, al mismo tiempo que dejan que el aire circule a través del tejido, consiguiendo una ventilación nunca antes vista.
Además, la tecnología Nanospinning permite a los diseñadores ajustar el peso, la elasticidad, la transpirabilidad, la durabilidad, el tipo de confección (de punto o tejido) y la textura para adaptarse a la actividad o a las necesidades de los atletas y los consumidores. Los diseñadores pueden personalizar el tejido para un uso específico, por ejemplo, mejorando la transpirabilidad de las prendas para actividades aeróbicas o aumentando la protección en climas extremos y húmedos. La posibilidad de ajustar estos factores en el proceso de elaboración de los tejidos es un hecho sin precedentes si hablamos de prendas, equipos y accesorios.
Probado por los atletas
¿Y funciona? La primera vez que escuché a alguien afirmarlo fueron ni más ni menos que los esquiadores Hilaree Nelson y Jim Morrison, poco después de haber logrado descender el Lhotse con esquís: “cuando ya estábamos en la Cascada del Khumbu, después de haber descendido, nos cruzamos con uno de los fotógrafos de nuestro equipo que estaba literalmente asfixiado de calor con su plumas puesto. Al pasar a su lado nos vio tan campantes y nos preguntó que qué llevábamos puesto para no estar en su misma situación después de un día de actividad tan largo y tan intenso…" Pero claro, ellos son miembros del equipo de la marca, y la entrevista fue el año que presentaron la tecnología en la ISPO, ¿qué otra cosa podían decir? Así que aquí estaba yo, en Chamonix, con mi peto Brigandine y chaqueta Brigandine de la Steep Series de la marca, terceras capas especialmente diseñados para el esquí y el snowboard, pero que pueden ser usados en cualquier tipo de actividad invernal.
TNF FL WebFilm Durability ES
Grand Montets
“Dadas las condiciones de nieve, es la mejor opción para el primer día", me dice mi guía de camino al sector de Grand Montets de Chamonix, mas resguardado del sol y por tanto con mayores posibilidades de encontrar condiciones medio decentes después de casi dos semanas sin haber visto caer nieve en la zona. Las pistas de este sector están repartidas en tres vertientes (el glaciar de Argentière, Lognan y La Pendant) y ofrecen una amplia selección de recorridos fuera de pista, bajo la mirada de colosos como la Aiguille Verte (4.121 m) o la mítica pared norte de la Aiguille du Dru (3.754 m).
A pesar de mi facilidad para romper a sudar cuando hago deporte, lo cierto es que cuando cuento con la ayuda de remontes mecánicos tienen que mediar trepidantes descensos para que lo logre. El nivel y el ritmo del grupo es bueno (recordad que dos miembros del equipo The North Face nos acompañan), pero no logro comprobar si mi ropa equipada con la membrana Futureligt transpira más o menos que la que uso habitualmente. Pero el ritmo de descensos y las condiciones de la jornada sí que me permiten comprobar otros aspectos: la chaqueta y el pantalón son súper ligeros, bastante más livianos que todos los que he probado anteriormente; así como cómodos y poco rígidos, permiten una amplitud de movimientos bastante buena en condiciones a veces tan explosivas como el freeriding con nieves costra.
Por lo menos hace frío, lo que por otro lado me permite comprobar que tanto pantalón como chaqueta me protegen de las bajas temperaturas (faltaría más), además de que a la hora de desarrollar detalles técnicos en sus prendas la marca no ha perdido su saber hacer: bolsillos, cremalleras, enganches, ajustes… Todo está pensado y medido para las necesidades del freeriding.
Grand Montets

La Vallée Blanche
Pero llegada la segunda jornada no había podido comprobar las bondades de la tecnología en el que para mí es el factor clave de una membrana: la transpirabilidad. Y muy probablemente el objetivo del día sí que nos lo iba a permitir: el mítico itinerario de la Vallée Blanche.
Mis sudores comenzaron al comienzo de la actividad: los metros que separan la estructura del Aiguille de Midí hasta el collado donde uno se calza las tablas. Aunque no era la primera vez que lo hacía, en esta ocasión me encontré con menos vallas que disuadieran mi miedo de caminar por una estrecha cornisa. Aunque encordado a mi guía, los crampones resbalaban ligeramente sobre la nieve polvo-pescadería, y hasta el momento final no fui capaz de calmar mis nervios.
Con la tabla atada a los pies respiro más tranquilo, a sabiendas que queda por delante un laberinto de grietas en muchas partes cada giro debe ser prácticamente una réplica del de nuestro guía. La Vallée Blanche no es un itinerario en el que se disfrute del freeriding de una forma muy deportiva, pero sí uno en el que se disfruta de un paisaje inconmensurablemente bello. Aunque el descenso no es continuo (son frecuentes las paradas del guía para reagruparnos y señalarnos las peculiaridades de cada tramo), el sol pega fuerte y la temperatura es bastante más alta que la que dictarían los canones meteorológicos del mes de enero en otros tiempos. Ahora ya uno no sabe a qué atenerse. Pero de momento noto que el equipo responde en términos de transpirabilidad. Ni siquiera necesito abrir cremalleras, algo raro en mí. En la segunda mitad del itinerario, en un continuo devenir de bañeras y sinuosos caminos que esquivan el terreno más peligroso del Glaciar de Tacul, mi temperatura corporal aumenta, pero sigo sin necesitar quitarme ropa. Parece que la membrana funciona.
La Vallée Blanche

Mer de Glace
“No tendrás necesidad de quitarte la chaqueta en toda la jornada", me había advertido Mark Maffe, gerente de comercialización de producto de The North Face en Europa. Y así fue, aunque seguramente él no contaba con la prueba final: las escaleras que unen el final del glaciar del Maer de Glace con el telecabina que enlaza con la estación de tren. Estás escaleras crecen año tras año, al ritmo que el glaciar del Mer de Glace pierde hielo… En esas escaleras hay placas que recuerdan el nivel que alcanzaba el glaciar en distintos años, y da pena comprobar de una forma tan directa el imparable proceso de desaparición del que es el glaciar más largo de Francia. “Los glaciares nos dan un testimonio más preciso en el tiempo. Y aquí en Chamonix es fácil de comprobar con las escaleras del Mer de Glace… “, me diría esa misma tarde Xavier de Le Rue en una entrevista. Así las cosas, para ascender desde la famosa gruta de hielo hasta el teleférico, toco subir por cientos y cientos y cientos y cientos de escalones. Y eso sí que os digo amigos, que no hay membrana que lo resista.
Mer de Glace

Mi conclusión
The North Face ha dado un golpe en la mesa con una tecnología propia que ya está dando mucho que hablar, y aunque todavía es pronto para que el mercado evalúe su posición en el tablero de las membranas, lo cierto es que las prestaciones que promete su eslogan no están lejos de los resultados que ofrece. A pesar del elevado precio, creo que por el valor que aporta es una muy buena inversión para todos aquellos que hagan un uso intensivo de ropa técnica de montaña en cualquiera de las disciplinas invernales a las que se dirige.