Soluciones para el frío: vestimenta que de verdad funciona

No tenemos la receta mágica, pero sí información actualizada, realista y útil para ayudarte a discernir cuáles son las mejores propuestas para combatir el frío

Tino Núñez

Soluciones para vestirnos en invierno
Soluciones para vestirnos en invierno

L a oferta actual se basa en una mayoría de prendas térmicas o aislantes confeccionadas con materiales sintéticos derivados de diferentes plásticos (en su gran mayoría fibras de poliéster) y en menor medida –pero en creciente popularización– de materiales naturales (como la pluma o la lana merino).

¿CUÁNTAS PRENDAS COMBINAREMOS?

Una guía general resumida sería la siguiente: 1) Para la parte superior, de 3 a 4 capas. Con frío moderado, entre +5 y +10ºC, solemos resolver la protección térmica del tronco con 3 prendas superpuestas de grosor intermedio o semifino. Si estamos entre 0 y -5ºC, se puede añadir una cuarta capa con una adicional y semigruesa, por ejemplo una chaqueta con relleno de fibra y en torno a los 400 gramos de peso total. Truco: las camisetas técnicas invernales, de manga larga con interior ligeramente afelpado pueden superponerse encima de una fina de manga corta estival, aumentando nuestro confort y aislamiento para actividades técnicas y reducen el grosor total del sistema de capas que utilicemos. 2) Para la parte inferior, a menudo basta con 1 o 2 capas. Con temperaturas frescas pero no gélidas, los pantalones bielásticos de unos 350-400 gramos, con interior afelpado suelen bastar para actividades en entornos de 0ºC a +10ºC. Los más pesados y gruesos, de 450 a 600 gramos son eficaces para temperaturas bajo cero, pero pueden mostrarse demasiado calurosos cuando la jornada es muy soleada y sin viento o la meteorología se muestra más suave de lo deseado (por encima de +15ºC pueden resultar excesivos). Truco: utilizar unas mallas térmicas interiores, confeccionadas en un tejido fino o semifino idéntico a las camisetas, que nos resultarán agradables hasta los -5ºC con el pantalón bielástico que utilizamos todo el año; si nos decantamos por las de forro polar fino elástico protegerán hasta -10ºC combinándolas con un pantalón bielástico de espesor medio y preferentemente afelpado.

¿CUÁNTO PODEMOS GASTARNOS?

Como dice un amigo que es contable: “Cada uno conoce bien sus cuentas o presupuesto”. En las redes o entre los/las amigos/as encontramos gurús del material que se ponen pesadísimos afirmando que sólo puedes comprar su carísima marca favorita si quieres sobrevivir al frío, pero también a quienes te quieren hacer creer que su plumífero de 30 euros es igual de eficiente que uno de 200 euros. ¿Se puede ir correctamente equipado para salir a la montaña cuando hace frío por una cantidad razonable de dinero? sí, ¿nos van a durar lo mismo las prendas económicas o son tan ligeras como las más caras? no; ¿resultan igualmente de respetuosas con el medio ambiente y con los trabajadores las prendas de bajo coste que otras más caras? ¡rara vez!

El mínimo posible. Para los bajos presupuestos, estos últimos años no son un mal momento, pues algunas grandes superficies consagradas al deporte poseen una línea extensa de vestimenta para naturaleza y montaña a precios extremadamente ajustados. Eso significa que puedes realizar un desembolso de sólo la tercera o la cuarta parte de lo que estábamos acostumbrados hace una década. Encontrarás forros polares de 10 a 30 euros, chaquetas de fibra entre 20 y 60 euros, y de pluma desde 30 a 70 euros. Truco: intenta no adquirir el precio más bajo de cada producto, fíjate en el segundo precio porque muy posiblemente tendrás una prenda, más caliente, suave o con mejor patronaje.

Con algún capricho extra. Si tienes claro que tu línea básica de ropa adolece de alguna carencia, como por ejemplo que se comprima con dificultad dentro de una mochila para llevar esa prenda extra tan necesaria cuando paras a descansar o el día se torna más gélido de lo esperado, un buen chaleco de pluma de 100 euros posiblemente no arruine tu presupuesto de los 3 meses de invierno y a cambio puedas ganar de 5 a 10ºC más de aislamiento. Truco: las rebajas agresivas puntuales tipo black friday pueden ofrecerte descuentos de un 30 a un 80% en periodos cortos que los confeccionistas indican en sus redes sociales y en sus boletines de correo electrónico (news letter), ya sean para venta física u on line.

Puedo invertir lo que haga falta. ¡Enhorabuena! Quizá no tienes demasiado dinero, pero estás harto de prendas de baja calidad, necesitas algo más técnico para una actividad que te ilusiona o simplemente deseas hacer un buen regalo a alguien a quien aprecias. En este caso son desembolsos habituales dentro de los productos de gama alta 50-80 euros para las camisetas, 120 a 200 euros para forros polares, 150 a 220 euros para chaquetas de fibra y de 200 a 400 euros para plumíferos semigruesos de alta calidad. Truco: el buscador de Google puede ayudarte a localizar productos en oferta, pero mi consejo es que hagas la compra comparando las prendas en tus tiendas físicas de confianza, que amablemente te indicarán cuándo y qué tendrán rebajado. También puedes informarte en medios especializados ¡como Oxígeno!

NUESTRAS TEMPERATURAS

Ya lo dijo uno de los mejores alpinistas experto en climas extremos, Mark Twight, durante una visita a España: “Aquí tenéis una alta montaña mediterránea”, lo que equivalía decir que no íbamos a toparnos con las temperaturas extremas que puedan verse durante los inviernos de Alpes o del Himalaya. La predicción estacional de la Agencia Española de Meteorología apunta a un invierno 2020/2021 más seco y cálido de lo habitual en toda España (más acusado en las Islas Baleares), con temperaturas superiores entre 0,6 y 1,6ºC más de la media.

Quienes frecuentamos la baja y media montaña encontraremos a menudo temperaturas comprendidas entre los +15 y los -3ºC, y en alta montaña (en torno a los 2.000-2.500 metros) desde unos +8 hasta los -12ºC. Las noches y madrugadas más crudas del invierno en cimas cercanas a los 3.000 metros no es difícil ver los termómetros marcar desde -7 a -20ºC (especialmente si ha entrado una masa de aire polar). Estos rangos también nos avisan en parte de que la sensación de frío puede venir agrupada en “paquetes” de temperaturas: en torno a los 0/-3ºC una persona friolera e insuficientemente abrigada lo va a pasar mal, los -7/-8ºC exigen vestirse de forma concienzuda, vigilando muy especialmente manos, pies y cabeza y por debajo de los -15ºC podemos estar en gravísimo riesgo de hipotermia si permanecemos varias horas seguidas con limitada protección (por ejemplo 3 capas ligeras cubiertas por el muy popular plumífero fino.

¿FIBRA O PLUMA?

Si hay un error que se está repitiendo generalizadamente esos últimos años es confiar en exceso en las prendas de moda, de poco espesor. Un ejemplo clarísimo son los plumíferos ligeros de tabique estrecho, muy agradables y orientados a actividades 3 estaciones pero insuficientes como protección principal en invierno. Esas chaquetas pesan unos 300 gramos, pero no abrigan lo suficiente como tercera capa cuando estamos bajo cero en (especial perjudica a las mujeres por tener más superficie corporal respecto a su altura que los hombres). Esto también ocurre con las prendas de fibra tipo Primaloft o similar que incluyen relleno sintético de sólo 80 gramos por metro cuadrado. La solución para disponer de una prenda invernal más útil es decantarnos por chaquetas que simplemente incluyen 100 gramos más de relleno, ya que es precisamente en torno a los 400-450 gramos donde se sitúan las alternativas polivalentes: suficientemente “abrigadas” pero que sólo suponen llevar 100 gramos más de peso.

La pluma es un relleno muy ligero pero algo caro, longevo –más de años cuando es de buena calidad tipo oca 90/10- y muy comprimible; el tacto es excelente, pero por desgracia cuando se moja tarda de media 3 o más días en secar y deja de aislar hasta que se seca totalmente. A igualdad de peso, una prenda de pluma es entre un 50 y un 80% más caliente que una de fibra, lo que en la práctica equivale a decir que si estamos en movimiento una chaqueta de fibra de 400 gramos será agradable hasta las 0ºC y una de peso similar en pluma de calidad hasta -5/-7ºC.

La fibra por su parte, a menudo compuesta por filamentos huecos de poliéster o microfibras ultrafinas termoligadas, es más económica, cortaviento, menos delicada y a menudo va protegida por tejidos más gruesos que las prendas de pluma. Guardadas en una mochila abultan un 30 por ciento más que su equivalente en pluma, pero se confeccionan en espesores más finos, que permiten mejor visibilidad de brazos y tronco respecto al suelo o combinaciones con otras prendas sin reducir tanto la movilidad. Suele descontentar a las personas frioleras y agradar a quienes buscan rápido secado y realizar actividades rápidas en montaña. En 2-3 años de uso continuado pierden espesor de forma visible, aunque lógicamente aún “abrigan” y mantienen su capacidad cortaviento.

NO OLVIDES QUE…

Las nuevas tecnologías introducen soluciones ligeras a prendas de espesores intermedios y finos. Así tenemos nuevos forros polares con multitud de fibras extremadamente finas que “encapsulan” el aire, láminas ultraligeras de polietileno aluminizado y adherido a un tejido-no tejido (con aspecto que recuerda al interior de las mascarillas higiénicas) y chaquetas con lana merino de alta calidad, capaces de funcionar bien incluso con humedad y que por su polivalencia pueden utilizarse durante el resto del año. La combinación de boatas o láminas de fibra “compactas” de 80 o 100 gramos por metro cuadrado con piezas de forro polar elástico o el relleno selectivo de chaquetas con pluma en el tronco y fibra en costados + brazos permite prendas de gran movilidad, pero no más calientes que alternativas tradicionales de superior espesor. Es interesante consultar en las webs de los confeccionistas qué ventajas ofrecen, aunque a veces la información ofrecida es un poco apabullante o demasiado técnica.

Por lo general la mayoría de las prendas actuales que adquiramos nos resultarán más calientes de lo esperado en movimiento y más frías de lo imaginado si estamos descansando quietos periodos superiores a los 30 minutos. No hay grandes secretos ni milagros, aunque sí se han mejorado ligereza, movilidad, secado y compresibilidad respecto a décadas anteriores.

Vivac Alex Txikon

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