El sueño de una noche de invierno con Alex Txikon

Así fue la experiencia de vivac invernal con el gran alpinista y 15 lectores

Experiencia vivac invernal con Alex Txikon

Pasar una noche bajo el cielo de los Pirineos, abrazados por los primeros indicios del invierno, en compañía del gran himalayista Alex Txikon y con un fin solidario. Esa fue la experiencia que les propusimos a quince de nuestros lectores, y el resultado fue una jornada montañera con todas las de la ley. 

 

Embalse de Llauset. 10:30 de la mañana de un sábado claro del pasado noviembre. Alex Txikon aparece con una sonrisa del tamaño de su misma espalda. Allí le aguardan quince lectores de nuestra revista, los mismos que llenaron todas las plazas de esta experiencia en un par de días después de anunciarla. Un vivac en un recóndito y hermoso rincón de los Pirineos oscenses, de memoria glacial y lagunas estupendas, junto al estupendo alpinista vasco. "Ver el brillo
de las estrellas de una manera mucho más romántica", en palabras del propio Txikon. Eso es lo que quisimos compartir con nuestros lectores, una jornada de montaña al más puro estilo del invierno.
Además, no sólo respondiendo a nuestros deseos más mitómanos, también como forma de mostrar nuestro lado solidario gracias a la colaboración con la asociación Bivac Solidari (bivac.org), una comunidad de montañeros que recoge donativos gestionados por Arrels Fundació para ayudar las más de 5.000 personas sin hogar de Cataluña; personas que se ven obligadas a vivaquear cada noche pero sin la protección de nuestros fantásticos sacos de plumas y sin
la recompensa del cielo estrellado sobre las cumbres. La iniciativa pronto se extenderá por el resto del país gracias a la tenacidad de Lluis Trillo, uno de sus impulsores, y asistente a nuestro evento.
"Estoy como un niño, muy ilusionado con esta experiencia junto a tanta gente bonita con ganas de ayudar y compartir la montaña", comentaba Lluis antes de nuestra partida hacia el Refugio Cap de Llauset, al que se accede tras un trekking muy asequible, de apenas tres kilómetros. La ruta, por la que nos condujo el guía Sergi Lugo, se va estirando entre el embalse y el Ibón de Botornás, sobre el que caen los sobrios reflejos del Vallibierna y el Tuca de Culebras, icónicos tresmiles ya engalanándose para la nueva estación. Ubicado a 2.425 metros frente a inmensas paredes en las que brincan los sarrios, el refugio de Llauset es el más moderno del Pirineo, con 86 plazas disponibles para todos aquellos que quieran explorar estos escondidos valles del Parque Natural Posets Maladeta, fiel reflejo de la imponente calidad ambiental de Pirineo Central aragonés. El refugio, de carácter sostenible y eficiente, debía servir de plan
B por si la noche se ponía peliaguda, pero nuestro escenario original era el Ibón de Llauset, lugar escogido para la pernocta, situado a menos de cinco minutos de pateo sencillo desde el refugio. Cubierto por una prematura pátina de hielo y envuelto por una solemne corona de roca, el lago es de factura impecable, como si un gigante aburrido se hubiese dedicado a dibujar hermosísimas figuras sobre la montaña. Un lugar de esos alejado del estruendo de la civilizacion.
Tras un reconocimiento rápido y un pequeño vistazo a las masas de nieve sobre las que plantaríamos el culo más tarde, regresamos al refugio para ir concienciándonos merced al documental de Txikon sobre la primera ascensión invernal al Nanga Parbat, que él mismo proyectaría en la sala comedor.

Experiencia vivac Alex Txikon
Vivac invernal con Alex Txikon 
 
 
LA MONTAÑA DESNUDA

Si Txikon no fue el que mejor se lo pasó durante la jornada, se esforzó mucho por demostrar lo contrario. Cercano, de energía desbordante y siempre dispuesto a poner la oreja en vez de lanzarse a contar esas batallas que todos queríamos escuchar. El ego se lo debió dejar en alguna montaña perdida del mundo. "Hay que aprender algo todos los días, y juntarse con gente de la montaña, con perfiles tan distintos, siempre te hace aprender cosas", deslizaba el vizcaíno. Y así fue. Hemos repetido en muchas ocasiones que lo mejor de Oxígeno son sus lectores. Gente de todos los colores que comparten la dicha de seguir conectados con la naturaleza. A veteranos curtidos con cuerda para rato. Uno de estos últimos, José María Domingo Morera, es Director Técnico del Banco de Sangre y Tejidos de Aragón. Un hemólogo de primerísimo nivel, al que Alex interrogó de forma incesante sobre los efectos de la altitud en la sangre. El resultado fue una interesantísima e improvisada charla para todos los presentes sobre muchas de las vicisitudes a las que se enfrenta un alpinista en una expedición a un ochomil. Ahí también surgió una amistad, pues antes de volver a casa Alex ya le estaba invitando al campo base del Manaslu -que intentará de nuevo este invierno- para realizar algunos estudios sobre el terreno. "Estate atento por si me desmayo", me susurraba José María, medio en serio, mientras pensaba cómo explicarle a su familia que le gustaría saltarse estas navidades.
Se apagan las luces. El proyector escupe imágenes de Alex Txikon y Ali Sadpara en un viejo todoterreno, jaleados por una multitud de paquistaníes que repiten al unísono: "¡Ali Sapdara, héroe de montaña!". Así se abre el documental "La
montaña desnuda", escrito y dirigido por el propio Txikon. Una pieza imprescindible para conocer las entrañas de una expedición de una forma tan épica como íntima. También porque relata una de las mayores gestas del alpinismo
moderno, la primera ascensión invernal de esa "montaña asesina", tan cargada de historia, de sombras, dominado por relatos nebulosos sobre todo lo que supone mirar una cima y preguntarse qué diablo habrá allí. El Nanga Parbat nada
menos. Conquistado, absurda expresión que nos gusta utilizar a los periodistas, por Txikon, Sadpara y Simone Moro el 16 de febrero de 2016. Tras una horita de visionado ya estábamos todos con ganas de echarnos sobre la nieve, mirar al cielo, dormir poco y recogijarnos con nuestra suerte.

 

Vivac Alex Txikon 170
Vivac Alex Txikon 
 
 
UNA NOCHE AL RASO

La luna llena tras la cortina de nubes anunciaba una noche tranquila, con las estrellas ocultas, pero propiciando una inversión térmica que nos vino estupendamente. Como lo hicieron las fundas de vivac con las que Ferrino obsequió a los asistentes. La marca italiana colabora con Bivac.org donando fundas de vivac personalizadas para su iniciativa "Las 10 y una noches", y también patrocina y equipa a Alex con sus tiendas de expedición.
El primero en elegir dormir al raso fue Txikon, claro, que posiblemente también fue el único que concilió el sueño toda la noche. La inmensa mayoría le acompañó sobre el manto de nieve.
"Hay que confiar y apoyarse en el material técnico, pero lo más importante son nuestras capacidades innatas, hay que descubrirlas y explotarlas", expresaba Txikon durante la instalación del campamento. "Yo soy como cualquiera de vosotros", insistía.
El que suscribe ha podido ver en directo la admiración que le profesan a Alex los alpinistas y aficionados de países como Polonia o Rusia, donde se inventó y pulió este juego de los ochomiles invernales. Donde las montañas son fieras y los montañeros son de acero. Sus actividades y sus películas despiertan tanta expectación como las de las leyendas locales. Por allí nadie se extrañaría si un día reconociese que su verdadero nombre es Alexei Txikonovski. Así
que como podéis imaginar, a pesar del termómetro y el firme duro, nadie se quejó en toda la noche. Las caras al amanecer tenían tantas
ojeras como satisfacción.
La experiencia se terminaba. Algunos regresaban a a sus casas en otras puntas de la península, rumbo a Granada, Santander, Barcelona o Castellón, otros aprovechaban para hacerse con los secretos de alguno de los tresmiles circundantes, y en general todos coincidían en que el fin de semana se había formado una grupeta de puta madre. Bonitas sensaciones entre las cumbres. Nuevos compañeros. Viejos proyectos. Una celebración de la curiosidad y la fraternidad.
Un día cualquiera de montaña.

Aquí tenéis el vídeo de este sueño de una noche de invierno con Alex Txikon.

Experiencia Oxígeno Vivac Invernal