Seguro que desde que tenéis niños habéis oído eso de “se os acabaron esos viajes tan chulos que hacíais". Sin embargo, tenemos buenas noticias: los niños no solo no suponen el fin de la vida viajera sino que la enriquecen.
Si salir de viaje con los peques os parece un desafío y os provoca inseguridades y dudas, aquí os ofrecemos 30 consejos extraídos de “Viajar con niños. El manual para preparar tus vacaciones en familia" (Ed. La editorial viajera, 2014) para hacer que vuestras escapadas sean un éxito y se conviertan en experiencias inolvidables.
Los preparativos
Viajar no solo es conocer sitios maravillosos. Viajar es aprender a comunicarse, a compartir, aprender nuevas costumbres, nuevos olores y nuevos sabores. Viajar educa a mayores y niños. Viajando se pueden llegar a aprender cosas que ni siquiera en los libros seríamos capaces de encontrar. Por eso es recomendable elegir un destino que aporte algo realmente interesante en este sentido.
Si los niños son pequeños, empezad por lugares cercanos, fáciles, con buenas infraestructuras y servicios, alto nivel higiénico y sanitario, etc. Cuanto mayores sean y más cómodos os sintáis viajando con ellos, más lejanos y aventureros pueden ser los destinos.
Viajar con un bebé es no debería asustar a nadie. Posiblemente es uno de los mejores momentos para viajar con los niños: come y duerme en cualquier sitio, no hay que vigilarlo pues nunca se separa de vosotros, no demanda muchas distracciones... Eso sí, si estáis pensando en destetarlo es mejor hacerlo después del viaje, ya que este es un momento de muchos cambios y serían demasiados para que una criatura muy pequeña los asumiera fácilmente.
Siempre que su edad lo permita, involucrad a los niños en la preparación del viaje. Mirad con ellos el mapa, preguntadles qué lugares les gustaría visitar, qué actividades quieren hacer, elaborad juntos la lista del equipaje… Así disfrutarán soñando con el viaje y sentirán que también es suyo, lo cual hará que todo funcione mucho mejor una vez en ruta.
Si sois una familia monoparental y viajáis al extranjero, conviene llevar una carta de consentimiento firmada por el otro progenitor para evitar problemas en fronteras o controles policiales.
Antes de viajar por Europa, solicitad la Tarjeta Sanitaria Europea. Con ella, en caso de ser necesario, podréis recibir asistencia médica pública como un ciudadano más del país en el que os encontréis.
Si lo que queráis es viajar, pero no tenéis tiempo para preparar la aventura u os da reparo por ser el primer viaje juntos, podéis empezar a hacerlo con la ayuda de una agencia de viajes específica para viajes con niños. Os dará comodidad, pues ellos se encargan de todo, y así podréis disfrutar al máximo de la familia. Sin embargo, el coste seguramente será mayor y no habrá tanto lugar para los cambios o la improvisación una vez en ruta.
El equipaje
Un viaje no es una mudanza: no es necesario llevar todo lo que usáis en casa. Tened en cuenta que en casi todas partes se puede encontrar lo que vais a necesitar (comida, pañales, ropa, juguetes, etc.). Además, en muchos países hay empresas de alquiler de equipo para niños como sillas para el coche y de paseo, bañeras, tronas, cunas, esterilizadores… que permitirán salir menos cargados de casa, especialmente si no usáis vuestro propio transporte.
El carrito del bebé es un gran aliado también para los viajes, sobre todo si se visitan ciudades de países desarrollados donde hay buenas aceras y empujarlo no tiene ninguna dificultad. Pero, por el contario, si vais a países como Bolivia o la India, donde las infraestructuras no son tan buenas o planeáis hacer mucho senderismo o excursiones por el campo, es mejor dejarlo en casa y optar por una mochila o fular portabebés.
Cuando los niños tienen alrededor de seis años ya pueden empezar a ocuparse de hacer su equipaje (supervisados por un adulto, claro). También pueden llevar y responsabilizarse al menos de una parte, por ejemplo sus juguetes. Para que les divierta hacerlo, la mejor opción es usar una maleta infantil con ruedas (las hay con forma de animales, de coche, de moto…).
El transporte
Es posible que hayáis oído alguna vez que cuando los niños son muy pequeños es suficiente llevar el Libro de Familia acompañado por el DNI o pasaporte de los padres para subir a un avión. La Unión Europea aprobó una legislación en junio de 2012 que obliga a cada pasajero a volar con documentación propia, independientemente de su edad o nacionalidad. Es decir, los niños deben estar en posesión de un DNI oficial individual para poder viajar.
Los viajes en avión pueden ser problemáticos por las molestias que la presión ocasiona a los pequeños. Por ejemplo, para evitar el dolor de oídos si es un bebé intentad amamantarlo o darle el biberón; si aun así nota molestias, ponedlo en vertical o colocad un pañuelo con agua caliente en los oídos; no es malo que llore: el llanto también abre los conductos auditivos. Si el niño es algo mayor, resulta de ayuda darle el chupete o un mordedor. Otras opciones son beber agua, chupar caramelos, mascar un chicle y bostezar.
Viajar en autocaravana es una opción muy interesante cuando se viaja en familia: proporciona mucha libertad con el añadido de la comodidad de sentirse siempre en casa y la seguridad y tranquilidad que eso aporta a los pequeños. El ahorro en alojamientos y la posibilidad de cocinar sus platos favoritos son otros puntos a tener en cuenta.
Utilizar el coche es muy práctico cuando se va con niños: da una independencia total y permite llevar todo lo necesario en el maletero. Si lo utilizáis, no olvidéis programar varias paradas para estirar las piernas y “soltar la presión" y, desde luego, usad sistemas de retención infantil: la seguridad es lo primero.
En ruta
Al viajar con niños, sobre todo si es la primera vez, recordad que es conveniente adaptar el ritmo del viaje al de los peques y adoptar la filosofía slow travel: con los niños se tarda más en hacer cualquier cosa y seguramente no podréis hacer tantas como cuando viajabais solos. Para muchas personas esto es una ventaja: cuando se viaja sin prisas se disfruta más.
Intentad respetar los horarios de comida y sueño de los niños en la medida de lo posible, sobre todo si son muy pequeños: el viaje ya introduce muchos cambios y conviene alterar la vida cotidiana lo menos posible. Cuando los niños han dormido lo suficiente y comen a sus horas están más tranquilos y disfrutan más del viaje (y os permiten disfrutan más a vosotros).
Si son pequeños todavía, llevad los cubiertos que utilicen normalmente en casa, porque suelen ser de plástico y no de acero como en los restaurantes: así se sentirán más cómodos comiendo con ellos.
Si estáis lactando es probable que el niño cambie el patrón de tomas. Si el destino es un país tropical o con un clima caluroso, lo normal es que mamen mucho más para hidratarse. Por eso la madre también suele sentir sed. Tenedlo en cuenta y llevad siempre una botella de agua para evitar deshidrataciones.
Si ya tienen edad para manejar dinero, dadles una pequeña cantidad. Un viaje es una buena oportunidad de aprendizaje: trabajarán las matemáticas (calculando el cambio, estimando el presupuesto disponible, etc.) y aprenderán a gestionar y valorar lo que tienen.
La seguridad suele preocupar a padres y madres, sobre todo en lugares muy concurridos como mercados o calles céntricas. Por si se pierden, se puede poner a los niños unos tatoos con vuestra información de contacto: duran cuatro días, se pueden bañar con ellos y no se los pueden quitar ni perder. Se venden por internet en diversas tiendas.
Actividades
Además de hacer actividades que os gusten a todos, es importante combinar planes para niños con otros para adultos (parques y museos, por ejemplo): este es un viaje del que debe disfrutar todo el grupo. Y los días que sean más pesados, compensad a los niños y haced algo que les guste mucho. Por ejemplo, después de una jornada de varias horas de traslado descansad en un hotel con piscina o llevadlos a cenar su comida favorita.
Es mejor hacer las actividades de adultos por la mañana y dejar las de los niños para la tarde: así, si están cansados, tendrán una motivación especial haciendo algo pensado para ellos y que les divierta, con lo que las últimas horas del día serán más llevaderas.
La naturaleza es el campo de juegos más grande que se puede ofrecer a los niños. Además de senderismo o excursiones hay muchas otras opciones para disfrutar de los entornos rurales: visitar granjas, ir a bosques de aventuras, visitar yacimientos arqueológicos y paleontológicos o museos de la vida rural.
Si lo vuestro es el senderismo, normalmente hasta los tres años los podréis llevar a vuestra espalda sentados en una mochila especial. Si no disponéis de ella y de momento solo queréis probar, tenéis la posibilidad de adquirirlas de segunda mano o incluso alquilarlas en muchos centros de senderismo. A partir de los 3 años ya podrán empezar a caminar ellos solos, en rutas de dificultad baja y sin prisas. Hacer paradas continuas y contar historias fascinantes sobre el entorno serán maneras de reforzar su deseo a continuar.
Si vais a destinos donde encontréis grandes diferencias culturales, intentad ir a una escuela o pasar algo de tiempo con una familia local: es una gran oportunidad para que los niños interactúen con otros de su edad y para que conozcan un poco más la realidad del país.
Dejaos aconsejar por la gente local. Preguntar “¿dónde llevas a los niños el fin de semana?" puede dar información útil sobre planes interesantes para hacer con ellos allí donde estéis.
Probad el geocatching: es un modo de visitar cualquier lugar del mundo transformando la experiencia en la búsqueda de un tesoro. El juego es más divertido cuando se les da la aplicación a los niños y son ellos quienes os han de guiar hasta encontrar el tesoro. Este puede ser desde una libreta para que la firméis hasta un objeto, pero el mayor tesoro será la travesía en familia hasta llegar a encontrarlo.
El alojamiento
El glamping es una interesante opción de alojamiento: se trata de campings ecológicos con glamour y alojamientos originales (tiendas de safari, cabañas en los árboles, tipis…) que seguro que los peques disfrutan tanto como los mayores. No hace falta buscarlos lejos, en España hay decenas de ellos.
El intercambio de casas es la oportunidad de disfrutar de un alojamiento con todas las comodidades sin apenas coste. La posibilidad de poder cocinar y regresar a él en cualquier momento, como si estuvierais en vuestra propia casa, mientras se experimenta cómo es la vida cotidiana en otros países gustará a las familias. Hay varias webs de redes de intercambio que ponen en contacto a los usuarios y favorecen la seguridad para que lo hagáis con tranquilidad.
El regreso
Para mantener vivo el recuerdo de un viaje, además de hacer un álbum de fotos o editar un vídeo, podéis hacer un libro o cartulina con recortes, billetes, folletos, dibujos, souvenirs… Ver películas que transcurran en los lugares visitados también es una manera de afianzar la memoria y recordar juntos lo que habéis vivido.