Travesía de los Urrieles: montañismo de leyenda

Un gran itinerario alpino que rinde homenaje a los Picos de Europa.

Juanjo Alonso / Fotos: Mikael Helsing

Travesía de los Urrieles: montañismo de leyenda
Travesía de los Urrieles: montañismo de leyenda

Existen montañas que son más historia y leyenda que montaña, que tienen el don de la belleza geológica porque parece que han sido construidas para ser admiradas. El Picu Urriellu, conocido en el mundo entero como Naranjo de Bulnes, hechiza a todas las personas que entran en el reino calcáreo de los Picos de Europa a caminar entre las torres de piedra, escalar, correr por la montaña, fotografiar paisajes o sencillamente para estar en un lugar hermoso y salvaje, incluso a los intelectuales y científicos que dedican tiempo y conocimientos estudiando sus formas, naturalezas y composiciones.

El Macizo de los Urrieles es el bloque central de las tres grandes arquitecturas calcáreas que forman los Picos de Europa, en la agreste y brava Cordillera Cantábrica, residencia del Picu Urriellu y del resto de cumbres que tuvieron el privilegio de ser declaradas el primer espacio protegido de España con la máxima figura de conservación, en el año 1918, con el nombre original de Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. La travesía montañera del Macizo Central o de los Urrieles en varias jornadas propone primero visitar el seductor Naranjo de Bulnes, después intentar la vertiginosa trepada para alcanzar la cumbre del techo geográfico de los Picos de Europa, recorrer la canal caliza más larga de las cordilleras españolas y para terminar seguir la fantástica senda de la Ruta del Cares, la Garganta Divina, un trekking con todos los ingredientes de los grandes itinerarios de montaña que rinde homenaje al reino natural y humano de las míticas Montañas de Europa.

Primera etapa

De Poncebos al Refugio de Urriellu por Bulnes y la Majada de la Tenerosa

Distancia: 12,4 kilómetros. Desnivel positivo: 1.750 metros. Desnivel negativo: 40 metros. Dormir: www.refugiodeurriellu.com.

Puente Poncebos es un lugar de la montaña asturiana muy concurrido. En la confluencia de los ríos Cares y Duje comienzan varios itinerarios senderistas y montañeros a lugares emblemáticos del Macizo de los Urrieles. El soberbio desfiladero calcáreo del río Cares es la estrella, entre Caín y Poncebos, llamado popularmente Garganta Divina, es la ruta senderista más visitada de las cordilleras peninsulares. Y el Picu Urriellu es el símbolo de los Picos de Europa, territorio de historia y leyenda, un gigante de roca magnética y atractiva, mito de la escalada desde la primera ascensión, llevada a cabo por Pedro Pidal y el guía local Gregorio Pérez, el Cainejo, en agosto de 1904. Poncebos es uno de los parajes de Picos de Europa situado a menor altitud (210 m) y la subida al popular Picu por Bulnes es larga, una exposición completa y magistral de todas las etapas geográficas y ambientales del gran bloque geográfico de los Urrieles. Los primeros pasos se encaminan hacia la dentellada del Cares pero enseguida hay que dejar la vereda de Caín y girar a la izquierda por la Ruta de la Reconquista (GR-203), hacia Bulnes y Pandébano. El cañón del Cares es la tercera jornada de la travesía y de momento solo se contempla la entrada. La ruta pasa el puente medieval de la Jaya y emprende la ascensión por la Canal del Tejo, angosta y quebrada entre el Murallón de Amuesa y la Peña Colines. Los dos barrios de Bulnes están en un rincón encantador, el único lugar donde las peñas dejan espacio para las casas de piedra y los prados de siega. Existe la posibilidad de subir a Bulnes en funicular desde Poncebos, quitando una hora y cuatrocientos metros de desnivel positivos a la etapa.

Travesía de los Urrieles: montañismo de leyenda

En Bulnes salen dos itinerarios para ascender a la Vega de Urriellu. La opción que hemos elegido sigue un tramo del GR-203 hacia Pandébano, pasa por el Refugio de la Tenerosa y llega al pie de la cara oeste del Picu Urriellu. La segunda posibilidad es bastante más complicada, con canales empinadas y escarpadas en Balconsín y Camburero, y un tramo incómodo y pedregoso en el Jou Lluengu. En travesías de montaña de varios días el macuto suele pesar bastante y es recomendable elegir la alternativa más sencilla. Las vistas y el entorno es magnífico en los dos recorridos. La Ruta de la Reconquista sale de Bulnes hacia el este, atraviesa varias veces el arroyo del Tejo y sube al collado de Pandébano. En las cabañas de La Helguera hay que dejar la vereda del GR-203 y tomar una senda por la derecha que atraviesa la majada y sale a unos prados que suelen estar frecuentados por rebaños de vacas y caballos. La sendita sube directa por los empinados campos de hierba a las cabañas de la Majada de la Tenerosa, conectando con el camino principal que llega de Pandébano y sigue al Refugio de Urriellu.

El tercer tramo de la etapa es la entrada a la alta montaña de los Picos de Europa, el territorio despiadado de la roca viva y salvaje atacada por los mares de nubes y las temidas encainadas que parecen vaporizar las cumbres cantábricas. La cúspide del Naranjo aparece más cerca, aunque de momento solo muestra las grandes grietas de la cara norte donde los primeros ascensionistas encontraron una vía para colocarse en la cima. La vereda dobla la portilla del Collado Vallejo y se enfrenta a Las Traviesas, una sucesión interminable de horquillas bien marcadas que suben a la Vega de Urriellu, debajo de la Llambría Bermeja, la imponente cara oeste del Picu Urriellu, imbatida hasta el verano de 1962, cuando los maños Alberto Rabadá y Ernesto Navarro trazaron la primera vía en la vertiente occidental durante cinco días de escalada, marcando un hito en la historia del montañismo por el estilo, la osadía, la técnica y la pasión por la cumbre, cortando la cuerda que podría ser su única vía de escape después del rápel en el inicio de la travesía. El Refugio de Urriellu está guardado desde marzo a octubre. Y también existe la posibilidad de vivaquear en los alrededores del refugio.

Segunda etapa

Del Refugio de Urriellu a Caín por la cumbre del Torrecerredo (2.650 m) y la Canal de Dobresengos

Distancia: 14,7 kilómetros. Desnivel positivo: 730 metros. Desnivel negativo: 2.170 metros. Dormir: www.alberguedecain.com. Existen otros hostales y alojamientos.

El principal desafío de la jornada es completar la travesía del Macizo de los Urrieles hasta el pueblo de Caín, con un desnivel negativo muy alto, y tener la posibilidad de pasar por la cima del Torrecerredo (2.650 m), el techo geográfico de los Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica. El sendero del recorrido sale del refugio hacia el oeste y asciende la brecha de los Cazadores por el camino del Refugio José Ramón Lueje, escondido en el recóndito Jou de Cabrones. La senda recorre las llambrías que se despeñan encima de la Majada de Camburero y salva la escarpada Horcada Arenera. En la salida de la agreste canal aparecen las grandes cimas de los Urrieles aisladas y distantes. Los hitos emprenden la aproximación al Torrecedo sin bajar al Jou de Cabrones, que se deja a la derecha, donde está el refugio, saltando un hombro rocoso para rodear el Jou Negro y plantarse al pie de la cara norte de la montaña más alta de los Picos de Europa, en el inicio de la trepada que alcanza la cumbre. En verano, sin nieve, la subida está considerada de II grado de escalada, es necesario poner las manos, usar casco para proteger las caídas de piedras y asegurar con cuerda a las personas poco acostumbradas a los pasos aéreos. En la grieta situada a la derecha de las repisas que se utilizan para subir y bajar hay anclajes para montar un rápel. Algunos montañeros dejan los macutos al pie de la trepada para escalar con mayor seguridad. En condiciones invernales es necesario el uso de crampones y piolet.

Travesía de los Urrieles: montañismo de leyenda

El paso por la cima de la gran cumbre cantábrica es opcional, no es necesario ascender por el vertiginoso paso para continuar el itinerario de los Urrieles pero es totalmente recomendable. El Torrecerredo es un vértice legendario en los Picos de Europa y la panorámica es extraordinaria. La travesía montañera continúa hacia el sur, rodea el Jou Cerredo y salta la Horcada de Don Carlos para entrar en la desafiante Horcada de Caín y acceder al Jou Cimero, en el corazón geográfico del macizo, un buen lugar para encontrar fósiles marinos y umbral de la temible Canal de Dobresengos, una combinación de hoyos, pedreras calcáreas, gargantas y canalones rocosos que supera los dos mil metros de desnivel negativo hasta caer en la orilla del río Cares y el pueblo de Caín. En la cabecera de la canal emerge el macizo del Llambrión, otra de las grandes fortalezas de torres, brechas y espolones descomunales del Macizo de los Urrieles. Entre la Torre Bermeja y la Torre Coello está la Collada Bermeja, con hitos desde el pie de vía del Torrecerredo, pero no es aconsejable por el descenso expuesto a la Canal de Dobresengos.

La bajada por Dobresengos no plantea ninguna duda, es cuestión de decisión, paciencia y precaución en las pedreras. Los hitos y el trazado del sendero marcan el camino entre grandes murallas de piedra. El tramo más incómodo está en los pedregales y los jous de la parte alta. El camino baja los escalones de La Espipera y pasa El Torno, un brecha que marca un cambio notable en el terreno, surge el torrente, los matorrales, una fuente y aparece una bifurcación. El sendero de la derecha sigue la orilla del arroyo hasta el desfiladero del Cares. La senda de la izquierda faldea la ladera de la canal a media altura y dobla el filo de la muralla por el sedo Mabro, un balcón espectacular que muestra, al fin, el caserío leonés de Caín rodeado de las canales calcáreas más largas de las cordilleras españolas. En el pueblo hay albergue, hostales y restaurantes.

Tercera etapa

De Caín a Poncebos por el desfiladero de la Garganta del Cares

Distancia: 10,1 kilómetros. Desnivel positivo: 80 metros. Desnivel negativo: 310 metros. Dormir: Alojamientos en Puente Poncebos y Arenas de Cabrales.

La tercera etapa de la travesía por los Urrieles reserva una de las maravillas geográficas y exclusivas del parque nacional. El río Cares nace en la comarca leonesa de Valdeón, en la vertiente sur de los Picos de Europa, y en su camino hacia el Cantábrico ha taladrado la gran cordillera calcárea creando un grandioso desfiladero en el corazón de la montaña. La vereda actual se construyó a mediados del siglo XX, dinamitando las paredes de la garganta y acoplando puentes en las zonas más estrechas para apoyar el mantenimiento del canal fluvial de la Compañía Electra de Viesgo, una obra descomunal llevada a cabo entre los años 1915 y 1921 con obreros especializados de varios países europeos. La finalidad del canal es recoger agua del Cares, en el embalse de Caín, y mediante 71 túneles llevarla a Camarmeña para mantener la producción eléctrica de la central de Poncebos por tubos de presión, aprovechando el salto de agua de 230 metros de desnivel. El camino es cómodo y ameno, un auténtico espectáculo del medio ambiente por parajes donde el agua se convierte en piedra para sujetar el origen de los paisajes, recordando una vez más que la belleza de las grandes cosas de la naturaleza es la suma de muchas cosas pequeñas.

Travesía de los Urrieles: montañismo de leyenda

La villa de Caín fue señorío en el siglo XVIII, perteneciente a don Bernardo de Juanes, natural de Colunga, cuando la aldea tenía quince vecinos, seis viudas, un molino, catorce casas, ocho hórreos y ochenta colmenas. La ruta sale del pueblo por el camino que pasa cerca del embalse y entra en la garganta del Cares por unos túneles rezumantes de humedad, a la altura de la desembocadura de la riega de Casiellas y Dobresengos, arriba del todo, en una dimensión que parece inalcanzable, está la cumbre del Torrecerredo de la etapa anterior. En unos minutos aparece el puente de los Rebecos, llamado originalmente de Guayar por el apellido de un ingeniero de la Viesgo. Y poco después está el vertiginoso puente de Bolín, en este caso en homenaje a un pastor de la comarca. Entre ambos puentes está el tramo más estrecho de la garganta, conocido como Huertas de Sulatranvía, donde los ingenieros tuvieron que esforzarse al máximo para meter el canal y el camino.

La vereda sale de territorio leonés y entra en Asturias por la acogedora majada de Culiembro, paso secular entre el Cornión y los Urrieles desde tiempos remotos. En el siglo XV la aldea tenía categoría de pueblo, contaba con iglesia y fue nombrado como San Julián de Eliembral por el conde de Saint Saud, quien estableció definitivamente el nombre de Picos de Europa para estas magníficas montañas en el siglo XIX. Durante las obras del canal, en 1918, se destruyeron los edificios, incluido el templo. Entre las cabañas ganaderas hay una fuente que puede estar seca a partir de mediados del verano. La vereda dibuja los recovecos de la garganta debajo del impresionante Murallón de Amuesa y salva el alto de Los Collados, un pequeño repecho que sube a la altura del canal antes de terminar en Puente Poncebos, final del trekking y enclave estratégico que ha sido punto de encuentro de los vecinos y ganaderos de Caín, Bulnes, Camarmeña, Cabrales, Tielve y Sotres para intercambiar queso, herramientas y aperos domésticos durante sus andanzas pastoriles por las canales, invernales, llambrías y majadas del Cares.

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