El secreto del hielo

Los últimos glaciares del Pirineo.

El secreto del hielo
El secreto del hielo

El hielo glaciar guarda todas las historias de las cumbres, el relato de su vida, con los mitos y leyendas causantes del miedo y la atracción que sienten los admiradores de las las montañas, buscadores infatigables del secreto del hielo eterno desde el origen de las geografías. Los glaciares son territorio de frontera. En el mundo antiguo eran el límite de las cosas comprensibles, más allá habitaban monstruos y mundos oscuros. El dominio del hielo, la roca salvaje y la soledad era un reino oculto, helado e intocable. La visita a los glaciares pirenaicos siempre entraña un desafío, como todos los lugares intactos y enigmáticos, y como ellos, siempre proporciona una tremenda satisfacción porque son los restos vivos del origen de las montañas.

Macizo de Balaitus

Alto Gállego

El primer paso para entrar en el mundo glaciar del Valle de Tena es el Centro de los Glaciares, en Senegüe, en una torre medieval construida sobre una morrena terminal y dedicado al glaciarismo y los procesos morfológicos observables en los cuarenta kilómetros del valle donde se instaló una imponente lengua glaciar durante la última glaciación del Pirineo, entre Sabiñánigo y las altas cumbres pirenaicas. Los dos bloques montañosos que conservan hielos de los viejos glaciares en el Alto Gállego son el Balaitus y los Infiernos, el resto son huellas del modelado original después de la Pequeña Edad del Hielo, una magnífica lección del proceso glaciar desde la cuenca terminal hasta el circo de montaña.

El camino del macizo del Balaitus sigue el valle del río Aguas Limpias desde el embalse de La Sarra, en Sallent de Gállego. La vereda está marcada con las señales del GR-11, pasa por el desvío de los lagos de Arriel, que es el camino de vuelta, y sube al umbral del Circo de Piedrafita, una hermosa exposición de picos y lagos de origen glaciar. La ascensión al Pico Moros o Balaitus (3.191 m) sale del refugio de Respomuso por la pedrera de una morrena lateral y llega a la entrada de la Brecha Latour, el paso clave de la subida (III). La base de la pared es una caos de lenguas rocosas con varios neveros permanentes que son vestigios del Glaciar del Balaitus que excavó el escarpado circo de la cara sur de la montaña.

El siguiente punto de observación es la parte superior de la Brecha Latour, con vistas del Glaciar de la Frondella, anclado en la cara noroeste del macizo de las Frondellas (3.058 m), el “más bajo" de los tresmiles de los Pirineos. En la cima del Balaitus hay que asomarse a la cara norte para ver el Glaciar de la Néous, colgado en la vertiente francesa. El descenso sigue la expuesta vira rocosa de la Gran Diagonal (II) al Circo de Arriel, otra de las extraordinarias esculturas glaciares del Alto Gállego. El tramo final desciende el valle del Aguas Limpias a La Sarra.

Picos del Infierno

Alto Gállego

Los Picos del Infierno tienen un magnetismo especial en las montañas del Pirineo Aragonés por las soberbias vetas de mármol reluciente que decoran la montaña, construidas hace 500 millones de años por las altas temperaturas del magma del interior de la tierra. El macizo de los Infiernos es además un centro de primer orden de modelado glaciar y complejos morrénicos en todas las laderas, con mayor incidencia en la cara norte. El punto de partida para conocer los hielos eternos de la vertiente septentrional sale del Balneario de Panticosa por el sendero GR-11 hacia Respomuso. El camino se eleva por las terrazas fluviales excavadas en diferentes fases del glaciarismo activo, salta cascadas, pinos centenarios, duras pedreras de molduración lateral en la Cuesta del Fraile y se cuela en el Circo de Bachimaña por la orilla del embalse de Bachimaña Alto, un antiguo lago glaciar represado artificialmente.

En las terrazas orientales emergen las artesas del Circo de Bramatuero, completando un fantástico paisaje pirenaico. La senda sube un nuevo escalón al Circo de los Ibones Azules, debajo de la desafiante cara norte de los Infiernos, suspendido en uno de los campos de dolinas aluviales de los antiguos depósitos morrénicos acoplados en la lengua del Glaciar Occidental del Infierno, el mayor de los restos de hielo conservados en tres sectores altos y umbríos del macizo. Un paraje interesante para terminar la ruta es el Cuello del Infierno, con vistas del ibón y el Circo de Tebarray y la cara norte de los Infiernos, con el pequeño Glaciar Oriental del Infierno y el nevero de hielo permanente suspendido debajo de la cumbre del Garmo Blanco. La vuelta es por el mismo camino. Los montañeros atrevidos pueden completar la ascensión a los Picos del Inferno (3.085 m), recorrer la Marmolera y bajar al Balneario de Panticosa por el Circo de Pondiellos, otro bello circo glaciar de alta montaña.

Macizo de Vignemale

Alto Ara (España) y Altos Pirineos (Francia)

Los picos del macizo de Vignemale, entre España y Francia, son una maravilla geológica y montañera y podrían tener un artículo sobre morfología y glaciarismo ellos solos. El Glaciar de Ossoue es fabuloso, a pesar del notable retroceso que ha sufrido en las últimas décadas. La lengua de hielo está suspendida en el abismo de la alta montaña pirenaica, rodeada por la corona de tresmiles que forman las cimas principales en la cara noreste, entre el Pique Longue (3.303 m) y el Monferrat (3.217 m). Un acceso evidente es desde Gavarnie, por el perfecto valle glaciar de Ossoue, a pesar de las duras zetas que salvan el tramo más empinado del torrente hasta las Cuevas de Bellevue, residencia estacional del enigmático Conde Russell. En este curioso paraje sale el desvío directo hacia el glaciar por las pedreras de las viejas morrenas, dejando a la derecha la subida al refugio de Baysellance.

La opción española es seguir el valle del río Ara, desde Bujaruelo, hasta la cabaña del Cerbillonar y ascender la ruta del Corredor de la Moskowa (III), por la izquierda de los Neveros de Lapaza, el único vestigio de hielo glaciar en la cara sur, al collado de Lady Lister, entrando al glaciar por los “aires". El impacto en verano es sobrecogedor por la enorme masa de nieve helada encajada entre las cumbres pirenaicas.

La sobrecogedora cara norte del macizo de Vignemale es una de las estampas representativas de las cumbres de los Pirineos, una muralla de 800 metros de paredes verticales formada por las torres de varios picos y famosas canales que alojan el Glaciar del Petit Vignemale y el Glaciar de Oulettes, dos joyas de hielos centenarios enganchadas en el alma de la montaña. La mejor subida es desde la estación de esquí de Pont de Espagne, en Francia, por el valle de Gaube, ejemplo impecable de glaciarismo. En el Circo de Oulettes se encuentra el refugio de Oulettes de Gaube, a 2.150 metros de altitud.

Macizo del Taillón

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El Taillón (3.144 m) es una cumbre muy frecuentada en las montañas de Ordesa por la “modesta" altitud y la cercanía del célebre paso de la Brecha de Rolando, cita montañera ineludible en las geografías pirenaicas. El acceso en verano por la cara norte desde Gavarnie (Francia) es cómodo y cercano. El aparcamiento está en el Col de Tentes, cerca del Puerto de Bujaruelo. En cambio, desde San Nicolás de Bujaruelo, en la vertiente española, hay una larga ascensión hasta el antiguo paso fronterizo.

A partir del Puerto de Bujaruelo la senda pasa debajo del Glaciar de los Gabietos. La masa de hielo está suspendida del escarpado Cuello de Gabietos, un atajo directo para entrar en las fantasías geográficas de Ordesa por Catuarta. El camino principal recorre la base de la cara norte del Taillón, asciende el duro umbral de la antigua morrena y se coloca debajo de los escalones helados del Glaciar del Taillón. La cumbre queda fuera de la vista pero aparece en un ángulo del cordal la punta del Dedo y la Falsa Brecha. La senda pasa por el refugio de Serradets y sube a la Brecha de Rolando, encrucijada de rutas y paisajes.

El secreto del hielo

El secreto del hielo

Monte Perdido

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

El Glaciar de Monte Perdido ocupa la vertiente norte del macizo, alcanza 3.250 metros de altitud y es el cuarto en extensión de los Pirineos, después del Aneto, Maladeta y Ossoue. Junto a los neveros permanentes de Marboré y Soum de Ramond, en las montañas vecinas, compone una espléndida manifestación de los últimos residuos de la Pequeña Edad de Hielo. Hace cien años la cascada de seracs llegaba a la orilla del lago de Marboré, cuando formaba una lengua glaciar uniforme, ahora está dividida en dos masas suspendidas a diferente altitud y es preciso abordar las gradas calcáreas de la pared para entrar en el reino secreto del glaciar.

La ascensión al Circo de Marboré y la cara norte del Perdido sale del Circo de Pineta por la senda del Balcón. La subida es larga y el desnivel considerable, pasa cerca de las cascadas del Cinca y remonta uno de los mayores cabalgamientos geológicos del Pirineo hasta el mirador natural del Balcón de Pineta sobre el Valle de Pineta, en forma de U, muestra del glaciarismo pirenaico en la etapa de mayor actividad. El acceso normal al glaciar exige cierta destreza montañera por una canal inclinada que tiene montado una instalación de rápel para el descenso. Después el camino sigue hacia el Cuello del Cilindro o afronta directamente la cara norte por el Cuello del Perdido hasta la cumbre.

Macizo de la Munia

Alto Cinca

En este homenaje a los últimos glaciares de los Pirineos, los más meridionales de Europa, no podemos dejar fuera los heleros permanentes del macizo de la Munia. Los accesos por las geografías españolas, desde Pineta o Chisagües, tienen mayor desnivel y distancia que desde la cara francesa, pero recorren las dentelladas geológicas de las grandes lenguas de hielo y rocas que excavaron los valles y montañas de la vertiente meridional. En Chisagües sale una pista de montaña que sube a la Plana de Petramula, marcada con las señales del GR-11. El firme es malo y solo pueden llegar los todoterreno hasta la Fuente de Petramula, donde comienza la senda de los lagos de la Munia. El resto de turismos deberán aparcar unos kilómetros antes.

El sendero pasa el collado de Puertas y recorre el Circo de la Munia por la orilla de los lagos hasta el collado de la Munia, con vistas de la cara norte. A partir de aquí sigue la cuerda por un terreno aéreo (II/III) y un tramo expuesto en el Paso del Gato (III sup.), con reunión de seguro y rápel. La cima de la Munia (3.134 m) es un espléndido balcón sobre el Glaciar de la Munia y el Circo de Troumouse, el mayor anfiteatro de origen glaciar en la cordillera. La vuelta desciende directamente por una pedregosa canal de la cara sur al Cuello de Robiñera, con vistas del Glaciar de Robiñera, y enlaza con el camino de subida en los lagos de la Munia.

Macizo del Posets

Parque Natural Posets-Maladeta

El Posets (3.375 m) es uno de los grandes montes de los Pirineos, en altitud, individualidad y fortaleza geográfica. Y también conserva restos de los viejos glaciares pirenaicos en los circos labrados alrededor de las afiladas aristas y crestas que forman la cumbre de esta bella montaña de la Ribagorza aragonesa. Los hielos glaciares están en los nichos labrados en las laderas altas de la cara norte. Un buen camino de acceso es el valle de Estós, de origen glaciar y notable valor ecológico. La ruta normal de la cumbre sale del refugio de Estós por las praderas que llevan a la Tuca de la Paúl y la falda del Pico Royo, donde la montaña de pronto adquiere una magnitud geológica extraordinaria.

La senda recorre el fondo del torrente hasta el nevero fósil del Glaciar de la Paúl y sube al collado de la Paúl, en la arista que divide las dos artesas principales de la cara este. La ruta sigue la rimaya del Glaciar Occidental o de Llardana y afronta el paso clave de la ascensión por una angosta canal (II) que culmina en la cima norte (3.325 m). La cumbre principal está muy cerca, al final de la cresta, con una panorámica de los neveros de la cara oeste y muchos picos de la cordillera por los cuatro costados.

El secreto del hielo

El secreto del hielo

Macizo del Perdiguero

Parque Natural Posets-Maladeta

La última glaciación pirenaica, denominada Pleniglaciar, fue la etapa que modeló los relieves actuales, hace unos 20.000 años, y la fase que desarrolló la máxima extensión visible de las grandes lenguas de hielo que ocuparon la vertiente meridional de la cordillera. El barranco de Literola es una galería de enérgicas expresiones glaciares afluente del Ésera, cuyo máximo glaciar alcanzó treinta y seis kilómetros, el segundo de los Pirineos después del Gállego. El inicio del camino está en el puente de Literola, nada más pasar el desvío de los Baños de Benasque.

El sendero salva la artesa del valle principal por unas praderas escalonadas hasta la cabaña de Literola, en una acogedor confluencia de torrentes. La ruta asciende un nuevo escalón del valle y entra en la cubeta del ibonet de Literola, excavado por el glaciar en una zona de roquedo menos resistente. El hielo se funde después por el calor y aparece un lago. En la cabecera del valle aparece un bello lago de montaña en el centro del Circo de Literola, rodeado del Glaciar de Literola y hermosas cumbres. En el macizo del Perdiguero que restos antiguos glaciares en Gourgs Blancs, el Portillón de O y el Boum.

Macizo de la Maladeta

Parque Natural Posets-Maladeta

A finales del siglo XIX la Maladeta (3.308 m), la Maldita, estaba consideraba la cumbre más alta de los Pirineos, fue una de las primeras montañas conquistada y otorgó el misterioso nombre a todo el macizo de los Montes Malditos, que incluyen 46 tresmiles. En la actualidad la vertiente septentrional acoge el segundo glaciar de mayor extensión de los Pirineos, un enorme manto de hielo glaciar en proceso de regresión en la cabecera del río Ésera. La ascensión a cualquiera de los picos principales que forman el macizo ofrece la oportunidad de conocer el valioso vestigio helado que narra la historia de la cordillera y habla de la salud de las montañas.

El punto de partida es la pradera de La Besurta, punto de partida de numerosas actividades excursionistas y montañeras. El camino sigue las indicaciones de la Renclusa, pasa por el popular refugio de montaña y toma la ruta normal del Aneto hasta el paso del Portillón Superior. La ascensión de la Maladeta deja la brecha a la izquierda y sube directamente por el Glaciar de la Maladeta hacia la cuerda del macizo. En verano la cota de nieve está en esta altitud y pueden ser necesarios los crampones para recorrer la rimaya superior y acceder al Collado de la Rimaya, en el caso de buscar la cima principal. En la cara norte del Cordier se encuentra el Glaciar Occidental de la Maladeta, mucho más pequeño y replegado.

El secreto del hielo

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Macizo del Aneto

Parque Natural Posets-Maladeta

La última ficha de la exposición está reservada al Glaciar del Aneto, el más grande y famoso porque está en la ruta normal de la cima del Aneto (3.404 m), el techo de los Pirineos y la segunda cumbre peninsular. En el macizo quedan restos de hielo glaciar en los heleros de Tempestades y Barrancs, al este, y algún nevero en Coronas. La masa de hielo tiene casi un kilómetro cuadrado y cincuenta metros de espesor, aunque no presenta las grietas que salen en fotos de otras épocas. El acceso sale de La Besurta, pasa por el refugio de la Renclusa y sigue la ruta normal del Portillón Superior, umbral de roca al reino del hielo milenario.

En verano la huella de los montañeros en el glaciar suele marcar el camino hacia la cumbre pero se deben extremar las precauciones, incluso usar crampones en condiciones adversas porque un resbalón en el hielo en algunos tramos puede ocasionar un accidente mortal. La travesía del glaciar puede terminar en el collado de Coronas, sin subir a la cumbre, o completar la ascensión por el popular Paso Mahoma, una pequeña dentellada en la cresta para entrar en la cima del Aneto con precipicios por ambos lados. La vuelta es por el mismo camino.

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