Todos los que consideramos la cámara de fotos uno de los elementos imprescindibles en nuestro equipo, sabemos que es un elemento que ofrece tantas satisfacciones como problemas en la montaña. La "cacharrería" necesaria -tripodes, cargadores, tarjetas, objetivos- aumentan tanto el peso en la mochila como nuestros preliminares logísticos. Así que todo lo que nos facilite la vida ahí fuera lo recibimos con los brazos abiertos. Este ha sido el caso de las tarjetas FlashAir de Toshiba que nos hemos llevado tanto a la Columbia Británica como a Finlandia, dos viajes mochileros, en busca de la fauna local, que precisaban de agilidad, ligereza y ningún cabo suelto.
En estos días de redes sociales e inmediatez, y aunque somos partidarios de tomarse las cosas con calma en la naturaleza, se hace casi imprescindible ir compartiendo nuestras vivencias desde el terreno. Trabajando en la revista entederán que es prioritario, para nosotros y para quienes nos apoyan en nuestras correrías outdoor. Y en esto las tarjetas FlashAir han brillado. Para empezar ya no era necesario cargar con el portatil a todas partes, ya que su Wi-Fi integrado nos ha permitido pasarnos las fotografías al momento a nuestro smartphone, pudiendo editarlas y compartirlas con las aplicaciones específicas. Todo un ahorro de tiempo y esfuerzo. Esos días de cambiar las tarjetas SD entre dispositivos han llegado a su fin para nosotros. ¡Gracias! Todo el proceso es realmente sencillo a través de la aplicación FlashAir (disponible para iOS y Android), con la que trasmitimos en segundo los datos desde la cámara a otro dispositivo. Incluidos los vídeos. Un acierto para los que nos gusta ir por los senderos en plan storytellers.
Podéis comprobar lo sencillo del sistema en esta review en vídeo:
Una función imprescindible para el buen funcionamiento es su tecnología “Eyefi Connected", que evita que la cámara se apage automáticamente mientras esta conectada a la red de la tarjeta. No es el único alarde tecnológico de la tarjeta: permite la grabación en 4k o Full HD, cuenta con velocidades de escritura y lectura mejoradas (hasta 90 megas por segundo, fantástico para esas ráfagas a las águilas calvas) y tienen capacidades de hasta 64 GB.
Habrá quien cuente con una cámara reflex muy profesional con el Wi-Fi integrado, pero no era mi caso. Trabajando con la Nikon D610 (de la que sólo puedo ofrecer buenas palabras igualmente), una full frame del rango semi-profesional, poder contar con estas FlashAir es un gran salto en la agilidad del trabajo. La misma agilidad con la que puede contar cualquiera ahora que estamos cambiando el concepto de disfrutar de nuestras aventuras. Compartir imágenes y experiencias se empieza a volver indivisible de la actividad y, bien entendido, es bonito que así sea. Poder contar, inspirar y hacer que otros llenen la mochila y se calcen las botas es precisamente por lo que nos dedicamos a esto.
El único punto débil que hemos encontrado es que se trata de tarjetas SD, no las ahora muy comunes micro-SD con adaptador, por lo que no podremos usarlas en equipos como las cámaras subjetivas generalmente. Tenemos claro, eso sí, que ese momento llegará en el futuro cercano.
En este enlace podéis encontrar algunas de las ofertas de Amazon para estas tarjetas. Una compra acertada y segura. Esperamos que os animéis a probarlas y, por supuesto, que lo compartáis con nosotros. ¡Larga vida a la aventura y sus relatos!
También os dejamos el vídeo completo de nuestras correrías por Columbia Británica. ¡Wilderness culture!