¿La vía de escalada más difícil del mundo?

Adam Ondra libera "Silence", en Flatanger, y propone el primer 9c del planeta.

Redacción Oxígeno

¿La vía de escalada más difícil del mundo?
¿La vía de escalada más difícil del mundo?

Adam Ondra ha alcanzado el futuro de la escalada. O más bien, lo ha establecido. El primer 9c del planeta, es decir, la vía más difícil propuesta nunca, ha sido liberada por el checo en la escuela noruega de Flatanger. La ha bautizado como Silence y ahora les tocará a los posibles repetidores valorar si estamos ante un nuevo estándar en la escalada deportiva mundial… aunque poner en duda la palabra de Adam Ondra sería un acto ciertamente irresponsable. Para empezar, porque es el escalador con mayor número de rutas cotadas como 9b o superior en su currículum (una veintena acumula ya) y, como dato, se tomó cinco días de reflexión tras esta última actividad antes de ponerle un nombre y un grado.

Con 24 años, Ondra lleva ya una década al frente de la élite deportiva de su disciplina pero siguiendo los pasos de aperturistas que han marcado cada época, como Chris Sharma. Ahora, el checo toma el relevo y abre un nuevo horizonte de dificultad en las paredes de todo el mundo. Para entender la dimensión de su logro, basta con describir los últimos momentos de esta realización. Al llegar a la reunión, finiquitando un largo proyecto y un sueño de muchos años, no lanzó un grito al aire (como es común cuando se toca la chapa final): sencillamente se sentó allí, en silencio, mientras alguna lágrima el recorría el rostro. Y estamos hablando del tipo que asombró a todos escalando el Dawn Wall de El Capitán (Yosemite) el pasado año.

“Cuando estaba escalando el paso clave de la ruta me sentía como si estuviese en mi propio mundo, con mi mente en completo silencio y mi cuerpo relajado y fluyendo en cada movimiento, en completa armonía a pesar de la extrema dificultad. Cuando alcance la chapa final quería gritar, pero no podía. Estaba demasiado sobrecogido para romper el silencio”.

La vía se estira por 45 metros en la cueva de Hanshelleren en Flatanger y ha desvelado a Ondra desde que en 2013 pusiera sus yemas en ella. Seguro que el 9c, un grado que hasta la aparición de la perla checa parecía casi onírico, atraerá a muchos pretendientes a esta zona de Noruega para confirmar (o no) la dificultad de la ruta. Y así el juego de la escalada continúa, en las manos de quienes ven lo imposible como una meta.

Foto de portada: Pavel Blazek