Stefi Troguet: "Me muero de ganas de pisar los 14 ochomiles"

Acaba de ascender su primer ochomil, el Nanga Parbat sin oxígeno, y ya sueña a lo grande

Stefi Troguet: "Me muero de ganas de pisar los 14 ochomiles"
Stefi Troguet: "Me muero de ganas de pisar los 14 ochomiles"

El Nanga Parbat; ya saben, esa mole solitaria del Karakorum, tan cargada de nieve como de historia, donde se alojan algunos de los mayores abismos del planeta, donde el alpinismo ha vivido muchas de sus grandes historias, espléndidas o trágicas. Una montaña difícil, perturbadora y rara vez una buena elección si uno pretende coronar su primer ochomil. Pero lo de seguir los caminos transitados no parece que encaje con Stefi Troguet. La andorrana hollaba la "Montaña Desnuda" el pasado 3 de julio, sin usar oxígeno artificial y a ritmo de veterano: un brillante amanecer para sus correrías por los Himalayas.

Lejos de arrugar su ánimo, las peripecias vividas entre las severas incógnitas del Nanga Parbat la han espoleado para pensar a lo grande. Stefi acaba de poner su coche a la venta, comenzando esa eterna búsqueda de financiación para su siguiente ochomil. Eso también será parte del entrenamiento; lidiar con los laberintos logísticos y financieros que supone marchar por las grandes cordilleras del mundo. Sobre todo si uno tiene en mente el proyecto de los 14 ochomiles... Pero casi mejor que os lo cuente ella.

¡Tu primer ochomil!

Elegir el Nanga Parbat como primer ochomil fue una apuesta arriesgada. Podía salir bién o podía ser un desastre. Me fuí de casa con las expectativas bastante bajas, la verdad. Eso hace que el resultado haya sido una bomba de energía y felicidad.

Ha sido una experiencia increíble... unos días duros físicamente ya que el Nanga es muy exigente. La meteo no nos acompañó la mayor parte de la expedición, pero eso también fue un valor añadido... ¡Qué pedazo de experiencia! El trabajo en equipo, las ganas de subir de todos... Y encima pisar la cumbre, con un día perfecto. ¡Brutal!

Entrevista Stefi Troguet

Stefi Troguet, junto a Reinhold Messner, a finales de mayo. Foto: Stefi Troguet

¿De dónde te viene la pasión por las grandes montañas?

Me he movido en las montañas desde pequeña. Practicamente nací con unos esquís en los pies ya que mi padre era monitor de esquí. De niña fui a campamentos de verano y aprendí mucho sobre la montaña.

Soy entrenadora de esquí y guía de media montaña y al estar rodeada de montañas todos los días, nació una inquietud, unas ganas de subirlas, de pisar esas canales que se veían tan evidentes. Empezamos a hacerlo con compañeros de trabajo y amigos. Y descubrí mi pasión por las alturas... quería más. Empecé a intentar cumbres más altas como Aneto, Mont Blanc, Cervino, Elbrus, Kilimanjaro, Aconcagua, Denali, Ama Dablam... Resultó que mi cuerpo iba reaccionando genial a la altura, así que inevitablemente, ¡quise más!

Al usar oxígeno se pierde la esencia.

Y para empezar en los ochomiles, el Nanga Parbat...

Cómo os decía, fue una decisión arriesgada. Por una parte, tenía ganas de escalar un ochomil poco concurrido. No quería que mi primera experiencia a ocho mil metros fuera en uno de los más turisticos o abarrotados. Tenía ganas de vivir exactamente lo que he vivido. La compenetración entre equipos para conseguir llegar arriba, el trabajar para montar las cuerdas fijas, abrir la ruta...

La parte técnica del Nanga Parbat me atraía muchísimo... No es sólo andar y superar el desnivel, sino que cada uno de los días en que te mueves, tienes una parte que te desafía. ¡Eso me tenía enamorada!

Finalmente, y no menos importante, ¡el equipo! Estuve con Nims y Mingma en Ama Dablam, me contaron su proyecto de los 14x8.000m en 7 meses, y querían que estuviera con ellos en alguna de las cumbres. Les conocía, les había visto en acción y sabía exactamente la fuerza que tienen... así que en el momento de elegir el Nanga Parbat, sabía perfectamente la fuerza del equipo con que iba. ¡Eso me dio la seguridad absoluta para acabar de decidirme!

¿Te interesa el proyecto de los 14 ochomiles?

¡Sí! Ese es ahora mi objetivo, mi reto y mi sueño. Muero de ganas de pisar los 14 ochomiles. Unos me enamoran más que otros, sin duda, pero la intención es intentarlos todos.

Siempre hay lugares, épocas y escaladas dónde no hay nadie.

¿Cómo has visto esta temporada tan controvertida en el Himalaya?

Creo que vivimos en una sociedad en que acabamos masificándolo todo. Las imágenes de Everest han sido muy chocantes... pero si miramos las inscripciones a carreras en montaña o en maratones, triatlones, carreras en bici, ironmans... ¡también són increíbles! Nos movemos en masa, vamos por modas, todo el mundo quiere retos, desafiarse a sí mismo... Y los ochomiles, trekkings y coronar cumbres épicas evidentemente son retos extremadamente gratificantes.

Esas colas que hemos visto en las fotografías, ocurren una vez al año... el momento de ventana de buen tiempo, en plena época alta. Siempre hay lugares, épocas y escaladas dónde no hay nadie.

Entrevista Stefi Troguet

¿Qué opinas del uso de oxígeno artificial en la montaña?

Para mi no es una opción. Soy de pensar que si hay una montaña que me roba el corazón, voy a por ella con toda mi energía, ganas y ilusión. Desde mi punto de vista, usar oxígeno es cómo facilitar el ascenso, cambiar la experiencia, la dificultad de llegar arriba.

Evidentemente todos queremos pisar la cumbre. ¡Para eso vamos! Pero no hay que olvidar, que el camino hasta ella es muchísimo más importante y bonito. Al final, lo que uno se lleva a casa, no es sólo el momento de pisar el punto más alto; sino cada minuto vivido para llegar. Cada obstáculo superado. Cada paso luchado, cada momento de sufrimiento. ¡Es la parte indispensable de todo esto! Y al usar oxígeno, en mi opinión, se pierde parte de todo eso, se pierde esa esencia.

¿Próximos planes?

La idea es volver al ataque en Septiembre. No es nada seguro ni tengo nada cerrado. Pero tengo mil ganas de reencontrarme con los chicos (mi equipo del Nanga) en Nepal, en su última fase del proyecto. Mi presupuesto anual lo destiné a Nanga Parbat, así que he puesto mi coche a la venta. Tengo la esperanza de que se venda, ¡y así poder arrancar de nuevo! ¡¡¡ Por ganas no será!!!

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