Erik Monasterio lleva tanto tiempo dedicado a las actividades de aventura como a la ciencia. Sus últimos estudios le han llevado a determinar cómo los deportistas extremos, como saltadores BASE o escaladores en solo integral, comparten una misma tendencia temperamental: la búsqueda de la recompensa personal a través del riesgo.
Existe una escala llamada “harm avoidance" (evitación del daño) capaz de medir la capacidad de una persona para actuar ante situaciones potencialmente mortales. Esta escala es la que usa Erik Monasterio, un alpinista con una larguísima carrera en las montañas, que además ha combinado sus peripecias entre rocas y paredes de hielo, con la ciencia de la psicología. A través de sus estudios, no sólo es capaz de determinar lo qué buscan los grandes deportistas de riesgo, también se puede utilizar como parte terapia para sacar a personas en riesgo de exclusión social o metidas en entornos criminales y reconducir sus vidas hacia las experiencias extremas en la naturaleza.
Erik, explícanos a grandes rasgos en qué consisten tus estudios en este campo.
La escala de evitación al daño es un aspecto temperamental parcialmente hereditario, relacionado con un neuroquímico llamado serotonina. A un nivel neurobiológico, estas personas no tienen un sistema de estrés muy desarrollado. No sienten excesivo nerviosismo o temeridad frente a situaciones donde puede haber peligro. Se sienten generalmente con mucha confianza en situaciones que preocuparían a la mayoría de la población. El resultado es especialmente visible en saltadores base, con un rango de 2 en esa escala.
¿Cuál es el rango normal?
El 9. Hay un grupo de atletas con un nivel bajísimo de evitación del daño y esto nunca ha sido descrito en ninguna otra población estudiada. Como Alex Honnold…
¿Qué piensas de Alex?
Lo que él hace habla por sí mismo. Pero alguien como él, a mi criterio, tiene una fisiología fuera de lo normal. Si le ves escalar sin cuerda le ves relajado, totalmente concentrado. Si cualquiera de nosotros lo intentásemos sentiríamos muchísimo estrés, hasta terror. En pasos técnicamente muy difíciles él está relajado. Han hecho un estudio sobre su amígdala, la parte del cerebro que le da un componente emocional a como analizas una situación o un entorno, y comprobaron que la suya tiene un nivel bajísimo de reactividad. Todo eso me hace pensar que su evitación del daño es bajísima, y eso le permite poder practicar actividades a un nivel tan alto, con tanto riesgo, con confianza y tranquilidad.
Sus últimos estudios le han llevado a determinar cómo los deportistas extremos comparten una misma tendencia temperamental: la búsqueda de la recompensa personal a través del riesgo
¿Esta capacidad viene dada o se desarrolla?
Naces con esos factores temperamentales. Esa tendencia ya está presente al nacer. Si tu observas a cualquier niño, desde que nace, tiene ciertas tendencias de conducto. Algunos son ansiosos, otros dependiente, y otros que por naturaleza se sienten cómodos en situaciones peligrosas como bajar escalaras o trepar árboles, con mucha confianza sobre sus capacidades. Más allá del temperamento, también cuenta el carácter, otro aspecto de la personalidad que se amolda a través de la experiencia, de tus oportunidades, etc. Mi teoría es que el temperamento, esas tendencias innatas, te llevan a ciertas situaciones. Si creces en un barrio marginal sin oportunidad para encontrar estos deportes te lleva a meterse en situaciones de criminalidad. Buscas experiencias fuertes y experiencias nuevas.
Entonces, ¿se pueden utilizar los deportes de riesgo como terapia?
Soy psiquiatra forense y siempre me pregunto cuando conozco a jóvenes que entran en una vida de criminalidad que buscan experiencias fuertes, es posible que a estas personas se les pueda alejar del mundo asocial a través del deporte. Hay muchas intervenciones al respecto, influyendo en los jóvenes para que canalicen esta energía potencialmente destructiva hacia algo más constructivo. En uno de los estudios que hicimos en saltadores BASE, recolectando sangre antes y después de saltar, y me di cuenta de que en muchos era dificilísimo encontrar una vena para sacarles sangre, lo que significa una historia detrás de drogas intravenales. Tras una conversación rápida con ellos, muchos reconocían haber sido drogadictos y haberse salido al conocer este deporte. Cambiaron la excitación a través de las drogas por la que ofrece el deporte.
¿Hay estudios al respecto?
Dentro del mundo penitenciario y correccional hay varios trabajos con jóvenes o adolescente a los que llevan a la montaña con resultados realmente buenos. Lo importante es poder identificar a las personas adecuadas para esta intervención, pues no todos los que se meten en el mundo criminal comparten este temperamento.
Cambiaron la excitación a través de las drogas por la que ofrece el deporte
¿Te has hecho este estudio a ti mismo?
¡Sí! Lo interesante a nivel de estudio siempre es poder combinar la experiencia de una actividad con la propia ciencia y una de las cosas que me llevo a hacer este estudio porque innatamente para mí era tan importante buscar experiencias en la montaña de alto riesgo. No me sentía satisfecho a menos que pusiera muchísima demanda sobre mí mismo. Esa inquietud era una necesidad primitiva. Empecé a escalar sin ningún tipo de instrucción. Mi primera montaña tenía más de 6.000 metros, con material prestado, sin experiencia ninguna. ¿Por qué tenía esa necesidad? Esto me llevó a hacer esta clase de estudios y me di cuenta de que mi perfil era parecido a estos atletas extremos, aunque un poco más alto. Estaba por 4. Mi búsqueda de recompensa sigue siendo muy elevada. Esta tendencia es como un motor. Experiencias menos fuertes no son lo suficientemente estimulantes para mantenerte metidas en ellas. ¡Y debes tener mucho cuidado! No puedes ir por delante de tu experiencia. Yo soy una advertencia de todo esto. Como no me mate fue un milagro, nada más.
¿Buscar la novedad también influye en esta tendencia masiva de practicar muchas actividades distintas en la montaña?
Sí, por definición, el otro rasgo temperamental es la búsqueda de novedad. Te sientes aburrido con la misma actividad, sobre todo cuando eres más joven. Lo que puede empezar a pasar es que cuando empiezas a desarrollar una técnica muy elevada te vas metiendo más en un deporte en particular, pues es donde empiezas a obtener grandes recompensas. Cuando canalizas tu energía en un deporte entras en un estado mental diferente, descrito por un psicólogo húngaro, que decía que cuando entras en una actividad que te pide toda tu atención, dejas de pensar racionalmente y pasa a ser intuitiva, casi automático. Una experiencia de la consciencia muy atractiva.
¿Qué me puedes decir de alguien como Kilian Jornet?¿Es paralelo a este tipo de conductas o al contrario?
Por lo que se de Kilian creo que es más un deportista de alto rendimiento más que de riesgo. Los corredores de ultra distancia por ejemplo tienen un rasgo de personalidad diferente a los deportistas de riesgo. Los resultados sobre su personalidad tienden más hacia la perseverancia que hacia la recompensa. La persistencia, lo llamamos. Ninguno de los deportistas extremos tienen un nivel alto de esto, pero Kilian lo debe tener por las nubes. También tendrá baja evitación del daño, pero la búsqueda de novedad mucho más baja, si no no haría deportes de alta resistencia, pues para los deportistas extremos esto suele ser muy aburrido. También estuvo en la montaña desde muy temprana edad, con una historia familiar que le llevó a canalizar sus energías en las cimas desde el principio de su vida. El perfil puede ser similar, pero no tan exagerado hacia la búsqueda del riesgo.
Otro punto muy interesante es la comparación entre estos deportistas extremos y los psicópatas.
A nivel temperamental son muy similares. La diferencia entre un camino y otro es una combinación de muchas cosas, como elementos sociales o familiares, pero sobre todo los deportistas extremos tienen un nivel de autodirección y cooperación alto, lo que impide que puedan hacer daño a otras personas, mientras los criminales psicopáticos lo tienen bajísimo. Otro dato importante es que los atletas extremos tienen resultados bajísimo en autotrascendencia. Esto me resultó muy curioso. Si has leído literatura alpina siempre hablan de dimensiones espirituales, de acercarse a la naturaleza de forma mística, aceptando las tragedias en la montaña de otra manera. Esto me sorprendió pero cuando lo analizo con cuidado lo voy comprendiendo. Este grupo de atletas no están sólo contentos de mirar la naturaleza, ellos quieren llegar a la cima –hablamos de atletas de élite siempre–, si esos niveles de autotrascendecia fueran altos la experiencia y la recompensa sería positivo y suficiente con contemplar los espacios salvajes, escuchar un río… pero ellos necesitan coronar la cumbre, necesitan el resultado para sentirse satisfechos.