Los peores presagios se han confirmado en el Pastore Peak (6.209 m). Alex Goldfarb, que llevaba dos noches desaparecido en la montaña, ha sido hallado sin vida tras el último reconocimiento en helicóptero. Al ruso-americano se le perdía la pista tras su última comunicación por radio, cuando se internaba en solitario hacia una cumbre que debía servir de aclimatación para su intento invernal al Broad Peak, junto a Zoltán Szlankó.
Desde la mañana de ayer se ponían en marcha diferentes partidas de búsqueda, tanto a pie como por aire. Hoy, a las 9:00 am (hora de Paquistán), dos helicópteros de Askari Aviation despegaban desde Skardú. Su llegada al Baltoro se retrasaba tras verse forzados a aterrizar en la aldea de Paju debido a las malas condiciones meteorológicas. En cuanto ha sido posible, los aparatos volaban al campo base del K2, donde recogían a John Snorri y Sajid Sadpara, que se ofrecían para colaborar con Zoltán Szlankó en la búsqueda y posible rescate.
Los helicópteros realizaban tres rondas de reconocimiento, alertando de la gran cantidad de grietas presentes en los bastiones superiores de la montaña. El primer vuelo se abortaba a causa de los fuertes vientos. Cuando los cielos concedían una nueva oportunidad, los helicópteros eran capaces de sobrevolar la cima. Desde allí se localizaban algunos restos de una tienda. Todo alrededor eran peligrosas simas. Una tercera inspección revelaba el trágico destino de Goldfarb, que era encontrado sin vida, presumiblemente tras sufrir una caída.
"Estamos profundamente afectados por la noticia. Zoltán, su compañero de escalada, está obviamente devastado por los acontecimientos. Queremos agradecer sinceramente sus esfuerzos a John Snorri, Ali Sadpara, Sajid Sadpara, Asghar Ali Porik y a todos los que de algún modo han colaborado en la operación de búsqueda", se lamentaba László Pintér, encargado de las labores de comunicación de la expedición.
Su hijo, Levi Goldfarb, ha querido compartir con todos estas hermosas palabras: "Alex es un hombre que nunca se rinde. Se había trasladado a America tras la caída del régimen soviético, para empezar a trabajar de forma ilegal en una fábrica de plástico y vendiendo su propia sangre por unas monedas. En solo una década, ya se había sacado su segundo doctorado y ejercía como profesor de medicina en Harvard. Pronto ya acumulaba una extraordinaria carrera, habiendo publicado más de 70 ensayos y varios libros, el más reciente era el primer libro de cuidados médicos que incluía un capítulo sobre el COVID. Su frenética energía atraía a todos hacia él, y nuestra casa acogía, cada viernes, invitados espontáneos que se reunían alrededor de la mesa de Shabbat para disfrutar de la comida y el vino. Alex era siempre la estrella del show: cuando no estaba compartiendo sus últimas bromas, nos regalaba los épicos relatos de sus ascensiones, como aquella vez que pasó la noche en un iglú que construía a mano, durante el descenso del Pico Lenin (7.134 m). O cuando salvaba la vida de un hombre en el Khan Tengri (7.010 m). Siempre tenía tiempo, además, para otros hobbies interesantes (más recientemten la cría de abejas), y se mantenía en contacto con todos sus amigos alrededor del mundo. Alex me enseñó que hay que intentar dar lo mejor de nosotros mismos. Estaba contínuamente leyendo, investigando, escribiendo o de aventuras. Ningún logro era nunca suficiente; gozaba con la emoción de la caza. También me enseñó que el verdadero carácter de una persona se muestra en las peores circunstancias. Cuando la pandemía del COVID explotó, la mayoría de la gente (incluído yo) prefirió quedarse en casa y mantenerse a salvo. Alex, sin embargo, viajó al epicentro de la pandemia para ayudar inmediatamente a todos los pacientes necesitados. Me enseñó a mantenerme firme por mis creencias, y a luchar por aquellos que no pueden defenderse. Si tuviera que decidir cuál fue su mayor logro, Alex no dudaría en mencionar a su familia. Sabíamos que haría cualquier cosa por nosotros. Nunca tuvimos que preocuparnos, porque el podía afrontar cualquier cosa por aquellos a los que amaba. Era un gran hombre y estoy orgulloso de ser su hijo. Espero, que algún día, pueda llegar a ser una fracción del hombre que fue. Baruch Dayan Emet".
El propio Levi era el encargado de lanzar un GoFundMe para cubrir los costes de las operaciones aéreas llavadas a cabo hoy (merced a Askari Aviation y a Global Rescue). La suma, que ascendía a 30.000 dólares, era rápidamente recaudada en una nueva muestra de la enorme solidariad de la comunidad alpina. "Sin el tremendo apoyo de todos vosotros, no habría sido capaz de financiar ni una única partida de búsqueda. Gracias por vuestra enorme contribución para intentar traer a Alex a casa". László Pintér también mostraba su agradecimiento: "Ha sido un grandísimo esfuerzo de esta maravillosa comunidad".
Al Broad con estilo
Alex Goldfarb, se preparaba estos días para intentar la cumbre invernal del Broad Peak (8.047 m), junto a su compañero el húngaro Szlankó. Ambos habían llegado a Paquistán el 28 de diciembre y pretendían un ataque ultraligero al Broad, sin oxígeno artificial ni ayuda de porteadores. Habían escogido un estilo impecable para su acometida a la decimosegunda montaña más alta de la tierra, ya ascendida en invierno, en marzo de 2013 (Adam Bielecki, Artur Malek, Maciej Berbeka y Tomasz Kowalski).
Goldfarb y Zoltán marchaban juntos en el Pastore Peak durante la mañana del 16 de enero, pero el húngaro decidía retirarse por las pésimas condiciones de la ruta. Zoltán, experimentado instructor de alpinismo y rescatador, muy sensible a los peligros del terreno, recomendaba descender a su compañero, pero Goldfarb prefería continuar con la ascensión en solitario. Al no regresar esa tarde al CB, Zoltán daba la alarma.
El Pastore Peak es un seismil técnicamente sencillo, utilizado habitualmente para tareas de aclimatación o ascensiones turísticas. Pero en el invierno del Karakorum, cualquier lugar puede ser una trampa y cualquier error puede ser fatal.
Tras el fallecimiento ayer de Sergi Mingote, crueles noticias siguen nublando el logro nepalí en el K2 invernal, como si aquellas montañas, tras ser humanizadas, quisieran recordarnos toda su crudeza.
Merece ser destacada la labor de László Pintér y Elena Laletina, directora de Russian Climb, coordinando las informaciones y difundiendo el crowfunding.
Seguiremos actualizando la información a medida que se confirmen los detalles. Aquí los post oficiales de la expedición.