Todavía estamos inmersos en la temporada otoñal en el Karakorum (quizá algo devaluada por su caracter más comercial) pero ya podemos poner los ojos en el corazón del invierno y salivar con las relatos de una aventura clásica. Un equipo compuesto por experimentados alpinistas de Rusia, Kazajistán y Kirguistán se postulan para quebrar la invulnerabilidad del K2 en la estación fría.
Tras la emotiva y polémica temporada pasada, con los polacos quedándose cerca de cerrar el círculo del himalayismo invernal iniciado por ellos en los 80, parecía que nos íbamos a quedar huérfanos de emociones este año. El gran problema pendiente del Karakorum vivirá un nuevo asedio, al más puro estilo del este de Europa.
El K2 es el único ochomil que resta por sucumbir en invierno, pero el ruso Artem Brown no tenía intención de esperar al 2020, cuando el alpinismo polaco, liderado por Krzystof Wielicki, ha programado un nuevo intento. Brown ha organizado una expedición liderada por Vassily Pivtsov (con los 14 ochomiles ya en su zurrón) y que incluirá a recios montañeros como Roman Abildaev, Vitaly Akimov y Eugeny Glazynov, de Rusia; Vitaly Akimov e Ildar Gabbasov, de Kazajistán, o el kirguiso Mikhail Danichkin. "Todos los participantes comprenden los riesgos de una escalada como esta, pero su deseo de alcanzar la cima y dejar su marca en la historia del montañismo es una cuestión de honor y orgullo en nuestros países", reconocía el equipo durante la presentación oficial de la tentativa.
Además de todos los obstáculos que puede presentar el K2 en invierno, que son muchos, el problema principal en este momento es el financiero. La expedición todavía busca más patrocinios, aunque no tenemos duda de que su ambiciosa meta atraerá la atención necesaria.
Temperaturas que pueden rondar los -40º, la alta tecnicidad de la montaña, su halo inmaculado y la negativa a usar oxígeno suplementario hacen del intento, tengan éxito o no, una de esas historias de la montaña que merecen ser contadas.
Máximas altitudes alcanzadas en el invierno del K2
En siete ocasiones se han superado los 7.200 metros en el invierno de la "Montaña Salvaje":
1987-88 El 2 de marzo, Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy se convertían en los primeros en establecer el tercer campo de altura en la montaña, sobre los 7.300 metros. Cuatro días después, Roger Mear y Jean-Francois Gagnon los emulaban. Lo hacían a través del Espolón de los Abruzzos, en una expedición polaco-canadiense-británica dirigida por Andrzej Zawada.
2002-03 Denis Urubko y Piotr Morawski pisaban los 7.650 metros el 12 de febrero, instalando el C4. Es la mayor altitud alcanzada nunca y la única vez que ha podido establecerse el último campo de altura. El 26 de febrero, Urubko repetía en compañía de Marcin Kaczkan. Trazaban su ruta por la arista norte, gracias a la estrategia del líder Krzysztof Wielicki.
2011-12 Una expedición rusa, dirigida por Victor Kozlov, avanza por la ruta Cesen. El 1 de febrero, Ilyas Tukhvatullin, Andrey Mariev y Vadim Popovich llegan a los 7.200 metros instalando cuerdas fijas. Al día siguiente la montaña se ve barrida por vientos huracanados que fuerzan a todos a la retirada.
2017-18 Denis Urubko y Adam Bielecki superaban, el 20 de febrero, los 7.400 metros. Ante la sorpresa de Urubko, el líder de la expedición, Krzysztof Wielicki, les ordena bajar cuando se abría una buena oportunidad de cima. El 26 de febrero, en solitario, Denis Urubko llega alrededor de los 7.600 metros por el Espolón de los Abruzzos, haciendo caso omiso a la estrategia del equipo.