Todos los que os hayáis enfrentado a la roca sabréis lo duro que puede ser gestionar el miedo en una pared. Pero hay ciertos trucos, técnicas y estrategias para fortalecer nuestra mente en el juego mental que ello supone, porque todos tenemos mucho que aprender a la hora de conocer nuestra psique en situaciones incómodas.
LA CAUSA
La pregunta más importante: ¿por qué te gusta escalar? Es fundamental identificar la razón: si lo que buscamos es aventuras, es importante recordarlo cuando nos ponga nervioso lo desconocido. Si nos gustan los retos deportivos, perfecto: al caer tendremos que levantarnos e intentarlo de nuevo.
OBJETIVOS
Escoged objetivos que alimenten vuestra pasión. Pueden ser orientados tanto a procesos como metas, y tratad de tenedlos ya en mente desde el calentamiento de la jornada.
MIEDO
El miedo va de la mano con la falta de certezas inherente a la escalada. Es fácil sentir que el miedo te retiene, e importante recordar que tiene un propósito: te puede mantener a salvo. Comprender qué provoca nuestros temores y cómo los experimentamos nos puede ayudar a escalar en situaciones incómodas sin tomar riesgos innecesarios.
CAMBIOS
Todos tenemos hábitos: formas cómodas, y a menudo condicionadas, de responder a situaciones concretas. Pero algunos pueden estar bloqueando nuestra progresión. El reto es repensarlos, e intencionadamente intentar hacer pequeños cambios que marquen pequeñas diferencias.
ENTRENAMIENTO
La mejor forma de entrenar la escalada es escalando. Y la mejor forma de entrenar nuestra mente es hacerlo conscientemente, es decir: abrazando los desafíos físicos, mentales y emocionales que conlleva, y teniendo en cuenta que mientras escalamos estamos disfrutando de un momento de nuestras vidas genuinamente en presente. ¿Te cuesta concentrarte en el momento preciso que estás viviendo? Prueba esto: se consciente de cada agarre que realicen tus dedos, desde la temperatura hasta la textura de la roca; de cada fuerza y equilibrio que están experimentando tus músculos. Ténsate hasta el límite cuando sea necesario. Relájate siempre que puedas. Y, lo más importante: sonríe (os juramos que también funciona).
RESPIRACIÓN
Las respiraciones lentas y profundas ayudan a mantenerse calmado; mientras que las poderosas exhalaciones pueden ayudar a canalizar un extra de fuerza en los movimientos más duros. Prestar atención a nuestra respiración ayuda, y mucho, a mantenerse enfocados en nuestros objetivos, y es una de las mejores formas de, como decíamos antes, mantenerse concentrado en el presente.
CELEBREMOS
La reflexión forma parte del proceso de entrenamiento. Es sano escribir los pensamientos, inquietudes y experiencias que vivamos: esas notas nos pueden recordar nuestras motivaciones y avances. ¿Qué hemos aprendido? ¿Fue divertido? ¿Por qué? Y siempre, siempre recordad: ¡escalar es divertido!