Atrapados por el tiempo

"23 Grados y Medio", el blog de Ana Azpilicueta desde el campo base del Manaslu

Ana Azpilicueta

Foto: Alex Txikon
Foto: Alex Txikon

De una forma implacable, el tiempo nos condiciona cada día. La marmota Phil, en Pensilvania, anunciaba de nuevo un invierno largo. No el nuestro que empieza a apretar al tiempo que vivimos el día de la marmota una y otra vez.

El tiempo en forma de reloj de arena y un billete de avión marca el fin del campo base. Hay un límite, nos guste o no, para una invernal. Durante este mes he sido testigo del trabajo incansable que se ha hecho aquí arriba. Alex ha pasado más de la mitad de los días arriba aclimatando y equipando. Chhepal, junto a él, de no ha parado. Ambos conocen este juego y saben que hay que apretar todo lo que se pueda para poder ganar tiempo al tiempo.

Pero hay un tiempo más indomable, del que no somos dueños y sí presos. La Meteo. Durante estas semanas no he hecho más que aprender a leer el cielo. De la mano de Simone y su metereologo de cabecera Karl Gabl. Y en la otra mano a un buen amigo, Julián Morcillo, que mañana tras mañana me ha pasado el parte y explicado el porqué de tanto cambio. No es fácil guiar a través de mil gráficas y mapas, ser conservador en la lectura de las nubes hace que 5 personas vuelvan sanos y salvos. Aquí aprendes que hay dos factores fundamentales para seguir con vida: uno, saber leer la meteo. Dos, confíar en tu instinto. Y de eso, Alex sabe mucho. Tras todos los informes que hemos ido pasando, él supo que la opción era bajar, y sin duda alguna acertó. Simone me decía estos días que prefiere estar en un campo base y que arriba haga bueno, que no arriba y con tiempo malo. Es la base de su supervivencia, su plena confianza en Gabl.

Y no sólo en el Manaslu, el trabajo que hace Alex año tras año enfrentándose a invernales es estoico: Everest, Nanga Parbat, K2, Pumori. Dos cimas de cuatro, en invernal, aprendiendo de cada una para sacar lo mejor de sí mismo. Sólo así consigue nuevo éxitos, aprendiendo de errores y dando lo mejor en cada expedición.

 

Y así, con lo tiempos aparentando, volvemos a estar todos en el base, un día más, sin saber distinguir si es lunes o miércoles, con un ojo en el reloj y el otro en el cielo intentando olisquear una nueva ventana.

En la película "Atrapado en el tiempo" (ojo, 'spoiler') Bill Murray pasaba por todos los estados emocionales hasta llegar a la conclusión de que, sólo haciendo todo lo mejor posible conseguiría salir de ese frío día de febrero donde estaba atrapado. Aquí pasa un poco lo mismo, una invernal no es un trabajo fácil, es una lucha a un nivel físico que no os hacéis una idea. Y no sólo en el Manaslu, el trabajo que hace Alex año tras año enfrentándose a invernales es estoico: Everest, Nanga Parbat, K2, Pumori. Dos cimas de cuatro, en invernal, aprendiendo de cada una para sacar lo mejor de sí mismo. Sólo así consigue nuevo éxitos, aprendiendo de errores y dando lo mejor en cada expedición. 

A Bill Murray en la película le miraban como a un loco por sus comportamientos extraños hasta que consiguió su objetivo. A Alex quizá haya gente que no entienda, pero aquí dentro, atrapada en el tiempo de la expedición, he conseguido entender este mundo extraño de las invernales y todos sus comportamientos.

Aquí dentro, atrapada en el tiempo, sé que se hará lo posible por encontrar una nueva ventana, ya sea ahora, ya sea en otra ocasión. Que montañas hay muchas y vida una.

 

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Foto: Phelipe Eizaguirre

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