Adam Bielecki y Felix Berg se habían planteado una actividad audaz y vanguardista para esta temporada. Su intención era aclimatar en el Langtang Lirung (7.229 m), ya de por sí una actividad de envergadura, para después tratar de abrir una nueva ruta en la vertiente Noroeste del Annapurna. Se trataba, sin duda, de uno de los planes más interesantes del año en el Himalaya, pero la meteorología no ha tenido piedad con sus fantásticas intenciones.
"Hemos escogido la seguridad antes que la ambición", explicaba Bielecki hace unos días, cuando decidían retirarse del Langtang Lirung. El polaco confirma ahora lo sabio de aquella decisión. "Las nevadas que han caído constantemente durante los últimos días han demostrado que nuestra decisión fue la única correcta. El pronóstico del tiempo para la semana que viene es miserable. El clima no nos da la más pequeña oportunidad de escalar esta hermosa y difícil montaña". Sin haber podido completar su aclimatación y ante la ferocidad que puede llegar a presentar la Noroeste del Annapurna, una pared oceánica y técnicamente muy exigente, su decisión final es la de regresar a casa. La montaña siempre puede esperar. "El Annapurna también está bajo una nevada constante y nuestra aclimatación es demasiado débil como para tratar de escalar una ruta nueva y tan comprometida en un ochomil. Nos vemos obligados a terminar nuestra expedición. La mayor decepción es que no hemos tenido la oportunidad de intentar una ruta para la que me he estado preparando durante los dos últimos años. Nunca he estado tan preparado para una expedición y, sin embargo, he fracasado completamente en cumplir mis objetivos deportivos". En esto último no estamos de acuerdo con Bielecki: el único fracaso es no volver a casa.
En cualquier caso, el polaco no pierde el optimismo. "Me consuelo a mi mismo pensando que el fracaso es la madre del éxito. Si miro la situación desde un ángulo diferente debo reconocer que hemos experimentado una maravillosa aventura en una montaña rara vez escalada, preciosa, ascendiendo por secciones muy difíciles. Hemos aprendido valiosas lecciones sobre como ascender en estilo alpino en las montañas más altas del mundo y Felix y yo todavía somos buenos amigos, que es lo más importante junto al hecho de gozar de buena salud para regresar con nuestros amigos y seres queridos".
Con todo lo que está sucediendo en los ochomiles esta primavera, la actitud y el compromiso de Bielecki y Berg son un soplo de aire fresco. "Ahora tengo muy claro que mi futuro pasa por estas montañas altas, por aventuras autónomas en regiones salvajes, y que este tipo de actividad es para mí mucho más tentandor que escalar un ochomil como tal. También he comprendido que una montaña de siete mil metros sigue siendo una montaña alta y grande", acaba bromeando Adam.
Como escribió el estupendo alpinista Roger Baxter Jones: "Regresad vivos, regresad como amigos, llegad a la cumbre. Por ese orden".