K2 invernal, calentando motores

Esta temporada de invierno, varios equipos pretenden el gran logro alpino pendiente

Alex Txikon durante el pasado invierno en el K2. Foto: Col. Alex Txikon
Alex Txikon durante el pasado invierno en el K2. Foto: Col. Alex Txikon

Quedan muchos, muchísimos desafíos en las montañas del mundo. Siempre hay algún "último gran reto", una mera cuestión de tiempo, una barrera que será traspasada antes o después por el empuje de los conquistadores de lo inútil. Y cuando ese gran proyecto se resuelve, en seguida es sustituido por otro más comprometido, mayor, bailando en el filo de lo imposible. Como lo fue la cara Oeste del K2, la pared resplandeciente del Gashebrum IV, la travesía de la arista Mazeno en el Nanga Parbat o el Everest invernal en aquellos revolucionarios años 80. Pero uno de esos desafíos persiste, defendiendose con uñas y tormentas, ante las ambiciones humanas. El K2 invernal lleva muchas temporadas centrando los esfuerzos de los mejores alpinistas del planeta. Alex Txikon, Denis Urubko, los grupos lanzados por Wielicki... todos han sucumbido ante la meteorología y la dificultad intrínseca de una las montañas más peligrosas, más hermosas, más atrayentes, más mortales. Y este invierno la historia no va a ser diferente.

Lejos de las estrategias pesadas y castrenses, escalar el K2 durante la estación fría parece más una cuestión de velocidad y ligereza. De seguir ese camino iniciado por tipos como Wojciech Kurtyka en los Himalayas. Equipos pequeños y ascensiones audaces, aunque sea inevitable equipar la montaña previamente y dejar varios depósitos de provisiones para afrontar los caprichos de sus laderas. Siguiendo esa estrategia, al menos tres cordadas se citarán en el campo base a finales de año. Denis Urubko, Nirmal Purja y Mingma Gyalje liderarán las tentativas en el último ochomil que resta por ascender durante el invierno. Alex Txikon ha anunciado que este no será su año, mientras le da vueltas a un nuevo objetivo, y los incombustibles polacos de Wielicki posponían su intento para la siguiente temporada a falta de un equipo suficientemente sólido para lanzar un envite razonable.

Denis Urubko y el camino de la leyenda

Que Denis Urubko es uno de los mejores alpinistas de todos los tiempos está fuera de toda duda. Tanto sus actividades como su solidaridad en montaña le han hecho merecedor de la admiración mundial. Y ahora, que ya piensa en alejarse de las grandes montañas, pretende culminar su carrera con un hito histórico. O dos, si todo va bien. Como confesaba recientemente durante el festival de montaña de Zakopane, este invierno partirá en pos de ascender el Broad Peak y, si las condiciones lo permiten, también intentará el K2. "Además del Broad Peak, también tendré permiso para el K2. Es una opción. Si logro ascender el Broad, tendré una buena aclimatación, y si la meteo es adecuada y encuentro el compañero correcto, iré al K2. Depende de muchos factores, el riesgo de escalar el K2 en invierno es altísimo".

Cabe recordar que para Urubko las ascensiones invernales deben completarse antes del final de febrero, por lo que el Broad Peak sigue siendo, según su filosofía, un objetivo prioritario. La primera invernal la firmaban los polacos, claro, liderados por Maciej Berbeka, Tomasz Kowalski, Adam Bielecki y Artur Malek. Aquella escalada, finiquitada un 5 de marzo, se convertía en un trágico éxito cuando durante el descenso, y tras vivaquear a más de 7.900 metros, Berbeka y Kowalski desaparecían.

El socio principal de Denis Urubko en el Broad Peak será el curtidísimo canadiense Don Bowie, aunque no está claro que luego vaya a acompañarle en el K2, por lo que Denis podría unirse a alguna de las otras expediciones en la "Montaña Salvaje". Este podría ser el final del camino de Urubko en los gigantes de la Tierra. Un final de leyenda. "Después de este viaje querré terminar mi aventura en las montañas más altas y centrarme más en la escalada en roca". Otra referencia directa al estilo de Kurtyka...

Nirmal Purja sin oxígeno

Mientras se prepara para concluir su homérico proyecto, escalar los 14 ochomiles en siete meses (le restan 3 para este otoño), Nirmal Purja ya tiene en mente su gran objetivo. El nepalí tiene claro que para consolidarse como una de las grandes figuras del Himalaya debe cambiar de estilo y afrontar alguno de los desafíos pendientes. Y el K2 responde a la búsqueda. Admirado y criticado a partes iguales, su carrera en los ochomiles ha discurrido por las rutas normales, apoyado por un gran equipo de sherpas (cabe mencionar que él y su equipo han abierto gran parte de los itinerarios y han participado en varios rescates), y usando oxígeno suplementario. Para el K2 invernal ha confirmado que no usará los cilindros de oxígeno. "La única razón por la que he usado oxígeno en mi reto actual es debido a sus dimensiones. No puedes planear una única montaña aisladamente. Debía considerar toda la fase al completo: la meteorología, los relieves de la montaña y las condiciones. Tengo que volver a bajar en un estado que me permita alcanzar la siguiente montaña. Escucho a mi cuerpo. Debes tener humildad para poder regresar a casa. Siempre puedes volver a ir sin oxígeno si eso es lo que importa, pero no puedes si estás muerto".

Un trío prometedor

Mientras que las dos anteriores expediciones todavían deben confirmar definitivamente sus intenciones, o dejarlas para la próxima temporada, los que si han dejado claro que tratarán de resolver la gran incógnita del Karakorum han sido Mingma Gyalje, John Snorri y Gao Li.

El nepalí Mingma G. llevaba ya tiempo cristalizando su propósito, a falta de encontrar la compañía adecuada. El islandés Snorri y el chino Li deben serlo a la vista de la altísima motivación que muestra Mingma para este invierno. El director de la agencia Imagine Nepal, encabezará una cordada insólita pero muy prometedora. Él y Snorri ya escalaban el K2 juntos en 2017, mientras que con Gao Li compartía la ascensión al Manaslu en 2016. "Llevamos largo tiempo hablando sobre el K2 en invierno, nos conocemos muy bien y tenemos mucha confianza en que podemos con este enorme reto", explica Mingma, que aclara que podrían buscar a otros dos o tres compañeros de Nepal o Paquistán para reforzar su tentativa.

La ruta que han escogido es la del Espolón de los Abruzzos, la más tradicional de la montaña.

Alex Txikon para otra ocasión

"Estamos ya a las puertas del otoño y el invierno lo tenemos encima. Durante estos últimos meses hemos tenido la mirada en el K2. Me encuentro con mucha fuerza , energía y motivación para volver a intentarlo, más si cabe tras nuestra primera expedición. Pese al resultado, fue un buen año, en el que innovamos y aportamos valor, en el que aprendimos muchos aspectos que pueden ser claves para lograr nuestro objetivo en el futuro. Todo esto, unido a la larga experiencia acumulada en tantas expediciones, muchas de ellas invernales, nos hace estar convencidos de que realmente tenemos mucho que aportar". Así comenzaba su último comunicado el alpinista vizcaíno, uno de los que más expectación ha levantado durante las últimas temporadas tanto en el K2 como en el Everest. Pero no será este invierno cuando volvamos a verle en acción, no al menos en el K2. "Las expediciones invernales no son ir y besar el santo, hay que estar ahí, hay que apretar los dientes desde que sales de campo base. En invierno, prevalece la velocidad frente al viejo estilo soviético de resistencia en campos de altura. Has de ser capaz de soportar temperaturas de 40 grados bajo cero y vientos extremadamente violentos, no los 12 grados bajo cero que hubo en el día de cumbre del K2 el año pasado. En el invierno, la exposición y el compromiso son altísimos y creo que solo unos pocos alpinistas cuentan con garantías suficientes de escalar -ahora sí - el K2 invernal. Por nuestra parte, creo que desde nuestra primera expedición invernal hemos tratado de mostrar la realidad con objetividad. Lo hemos intentado siendo fieles a nuestros principios, a nuestros valores, evitando caer en los patrones y parámetros actuales. Me gustaría recordar que hace no mucho tiempo atrás, en el año 2016, nos encontrábamos en el Nanga Parbat. Fruto de un árduo y duro trabajo por parte de Ali Sadpara y el resto del equipo, conseguimos equipar la vertiente del Diamir por la ruta khinsofer. Cuando solo faltaba el ataque a cumbre, invitamos a dos personas más a que se sumaran a nuestro equipo. Y he aquí la demostración de cómo la colaboración entre dos expediciones pueden dar resultados muy diferentes, dependiendo de la seriedad y del grado de implicación. En 1895 se intentaba por primera vez una montaña de 8.000 metros, el Nanga Parbat, y ese capítulo, iniciado hace más de 100 años, se completó con la primera escalada invernal al mismo Nanga el 26 de febrero del 2016. Sin duda, fuimos capaces de escribir ese capítulo de la historia porque realizamos un trabajo magnífico aunando fuerzas, no compitiendo. Por todos estos detalles, y viendo la gran expectación generada por los muchos que quieren intentarlo, hemos decidido, muy a mi pesar, no volver al K2 este año, aun teniendo gran parte de nuestro equipo en Pakistán, incluso en el mismísimo campo base. Después de ocho temporadas de expediciones invernales, sentimos que este no es nuestro momento, así que cogemos ticket y nos pasamos al último puesto de la fila. Y a todos y todas los que lo van a intentar este año, les deseamos toda la suerte del mundo, ojalá que el K2 les de la oportunidad que no nos brindó a nosotros".

Dicho esto, deberemos esperar al menos un año para contemplar esa titánica batalla entre Alex y el K2, al igual que sucederá con los polacos, que ya tienen programado su intento para 2020. Sea como fuere, nos espera una nueva temporada de emociones en el Karakorum...

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