Denis Urubko explica las condiciones en el K2

El kazajo asciende hasta los 6.500 metros por el Espolón de los Abruzzos y advierte de una buena oportunidad de cima para la próxima semana.

Redacción Oxígeno

Denis Urubko explica las condiciones en el K2
Denis Urubko explica las condiciones en el K2

El kazajo Denis Urubko se ha ganado, por trayectoria y por acciones como el rescate en el Nanga Parbat, el respeto más absoluto de la comunidad alpina. Tanto es así que parece tener carta blanca en el K2 para reconocer por su cuenta la posible ruta de ascensión. Tras cambiar de objetivo por las peligrosas condiciones en la ruta Cesen, la expedición polaca ha puesto sus ojos en el Espolón de los Abruzzos, la línea clásica, y de inmediato Denis se ha lanzado a reconocer las condiciones por encima de los 6.000 metros. Este es el parte que ha dado de su última incursión en la “Montaña Salvaje”.

“Tras mi petición, y de acuerdo con la decisión del líder de la expedición, me lancé a reconocer la ruta del Espolón de los Abruzzos. La tarea era inspeccionar las viejas cuerdas fijas instaladas en la ruta y los emplazamientos para instalar el Campo 2 y el Campo 3, mientras continuamos con nuestra aclimatación. Debido a las malas condiciones meteorológicas decidí ascender en solitario.

Durante el primer amanecer logré alcanzar el Campo Base Avanzado, el principio de la ruta. La huella hasta allí ya estaba abierta y se habían instalado tiendas gracias a la labor de los porteadores de altura paquistaníes y el trabajo de Janusz y Maciej.

Pronto, en la mañana del 12 de febrero, empezaba a escalar el corredor que parte desde allí hasta el C1. Desde el primer campo contacte por radio con el Campo Base para explicarles que todo estaba en estado normal y que las cuerdas fijas parecen en buen estado hasta más arriba. Conmigo llevaba 120 metros de cuerda que he dejado allí al no ser necesario instalarla.

En 2003 pase por aquí en varias ocasiones, aunque no llegue a la cumbre. La memoria conserva muchos momentos. Ahora la ruta pasa por secciones de hielo duro y pasos con roca descompuesta, a diferencia del verano cuando se puede avanzar mejor debido a la capa de nieve.

Tuve que trabajar duro, desenterrando cuerdas del hielo. Me deje los hombros descompuestos. Es importante centrarse más en la pericia en este tipo de labores, que en la fuerza bruta, para no dañar las cuerdas de las que depende tu vida.

Las secciones de roca se combinaban con bloques de hielo. El viento soplaba a ráfagas, pero no tanto como para derribarme. A las 12:00 de esa jornada alcanzaba los 6.500 metros, desde donde volvía a llamar al CB para confirmar que todo estaba bien. En ese momento me di cuenta de que las rachas de fuerte viento azotaban las partes superiores, mientras yo a esta altitud estaba resguardado por un conjunto de rocas. Aquí encontré un buen lugar para plantar la tienda, donde decidí quedarme.

Es muy aburrido tratar de equilibrar la tienda durante dos horas, por lo que fue una alegría cuando logré asegurarla y meterme dentro, hervir un poco de agua y comer unos snacks fríos. Tenía comida y combustible para otras tres jornadas. Mi plan, para la mañana siguiente, era tratar de llegar hasta el C3, en lo que el líder Wielicki estaba de acuerdo. Por eso me sorprendió cuando se me ordenó descender al campo base. Fue una pena rendirse ante un trabajo sin concluir. El lugar donde me encontraba es, en mi opinión, suficientemente bueno para establecer un C2 invernal.

La noche fue preocupante, pero seguro. Las condiciones eran muchísimo peores unos metros por encima de mí, a juzgar por el zumbido misterioso que escuchaba. Al amanecer del 13 de febrero comenzaba el descenso. A las 7:45 me encontraba con Marci, Peter, Amin y Fazar en la tienda del Campo Base Avanzado, desde donde pretendían seguir ascendiendo. A las 10:00 ya había llegado al Campo Base.

De acuerdo con los partes meteorológicos, el día 20 de febrero podría abrirse una buena ventana para el ataque a cumbre…”

Fotografías: Denis Urubko