Por más que queramos retar a la naturaleza, tiendes a sorprenderte y enamorarte por la majestuosa belleza de aprender a convivir con ella.
Richard Hidalgo leía un periódico local cuando descubrió un anuncio sobre un curso de iniciación al montañismo. Tenía más de 25 años, pero interesado se acercó por el Club Andino Peruano y su destino quedó para siempre ligado a la llamada de las grandes cumbres. Y no necesitaba ir muy lejos. En la Cordillera Blanca de Perú ascendió el Huascarán (6.768 m), abrió rutas en montañas como el Yanashinga (5.300 m) o el Rajuntay (5.470 m,) en la Cordillera de la Viuda; ascendió en solitario el Huamashraju (5.250 m) y el Tocllaraju (6.032 m) o llevó la bandera de Perú hasta la cima del Cayesh (5.721 m) por primera vez en la historia. Cimas hermosísimas, arriesgadas, que le abrieron el camino de los Himalayas y del futuro, haciendo del oficio de guía de montaña su profesión.
Richard nacía en Lima hace ahora 52 años y su desaparición en el Makalu ha causado una enorme conmoción en su país, donde su sonrisa era habitualmente reconocida, entre otras cosas por tratar de ser el primer peruano en lograr los 14 ochomiles sin utilizar oxígeno suplementario. Holló seis de ellos: Shisha Pangma, Cho Oyu, Manaslu, Annapurna, Gasherbrum II y Broad Peak. Pero la fortuna, lo imponderable, ha truncado su camino. Richard era hallado sin vida en su tienda del campo 2, por encima de los 6.500 metros en el Makalu, tras fallecer mientras dormía a causa de los ambientes viciados de la altitud.
Su tesón y audacia le llevaron a abrir una nueva ruta en el Shisha Pangma y a marcarse una ambiciosa meta: finiquitar el proyecto de los 14 ochomiles para 2021, cuando se celebrará el Bicentenario de la Independencia de Perú. Sobrevivió al gran terremoto de Nepal de 2015, mientras intentaba ascender el Lhotse, e intentó el Everest, su gran sueño, en varias ocasiones. Pero por encima de todo siempre demostró una pasión innegociable por los entornos salvajes del mundo: "A lo largo de mi carrera como montañista profesional, descubrí y aprendí que por más que queramos enfrentar y retar a la naturaleza, tiendes a sorprenderte y enamorarte por la majestuosa belleza de aprender a convivir con ella".
Muchas de las personalidades de su país han querido rendirle tributo. El primer ministro de Perú, Salvador Solar, le dedicaba estas palabras al alpinista: "Que permanezca entre nosotros el espíritu de desafiar los límites y de llevar siempre al Perú a lo más alto". También el Instituto Peruano del Deporte ha mostrado su pesar: "Será recordado por sus exitosas expediciones y conquistar los cielos de las montañas más altas del mundo". Flor Cuenca, destacado alpinista peruano, escribía: "Es muy difícil creer que los grandes montañistas son inmortales, pero claro que lo son en nuestros corazones y en el recuerdo. Me cuesta creer que ya no nos veremos por las calles de Huaraz físicamente. Me duele tu partida. Hasta pronto, amigo".