Con un apellido como el suyo, que despierta el recuerdo de uno de los grandes alpinistas de la historia, era difícil que no destacase en la escena vertical antes o después. El caso es que Fabian Buhl ya lleva tiempo confirmándose como uno de los representantes más eficientes de la escalada de vanguardia. Gran parte de la culpa la tiene el inimitable Alex Huber, una de las figuras más influyentes de las últimas décadas y mentor del joven Fabian, que con 29 años acaba de legar una actividad histórica en Patagonia: es la primera vez que alguien desciende en parapente desde la cima del Cerro Torre tras escalar íntegramente la icónica aguja.
Lo cierto es que Fabian ya hace tiempo que ganaba notoriedad por sus aptitudes para el búlder o por repetir un buen número de grandes paredes solo aptas para mutantes. Dos ejemplos son la liberación de "Sueños de invierno" al Naranjo de Bulnes, en 2016, en compañía de Huber y en solo nueve horas. Para José Luis García Gallego y Miguel Díez Vives la apertura de la mítica ruta les supuso 69 días de lucha con la pared y con el invierno de Picos de Europa. Dos años después, Buhl y Huber volvían a formar cordada para ascender por primera vez la impresionante arista del Choktoi Ri (6.166 m), en el Karakorum. Un rutón de 2.200 metros que bautizaban como "The Big Easy".
Ahora, Fabian ha vuelto a poner toda la carne en el asador para ascender, junto a Laura Tiefenthaler y Raphaela Haug, la ruta de los Ragni di Lecco al Cerro Torre y, posteriormente, pegarse un vuelo histórico desde la cumbre. Rolando Garibotti, posiblemente el máximo conocedor de los obstáculos que uno puede encontrarse en las agujas de Patagonia, la ascensión es mucho más meritorio de lo que puede parecer. "Practicamente reabrieron la ruta, al ser los primeros de la temporada, quitando grandes cantidades de nieve". Pero llegar a la cima, como siempre, solo era la mitad de la actividad. Buhl decidía despegar al amanecer, evitando de ese modo unas peligrosas corrientes termales que podían haber puesto en jaque su vuelo. "Al dar los primeros pasos, se dio cuenta de que uno de los hilos estaba enredado, pero sabía que si paraba le iba a costar un mundo concentrarse para volverlo a intentar, así que simplemente siguió corriendo con la esperanza de que el hilo se desenredara al abrirse el parapente. Pero no fue así". Tras volar con incertidumbre durante 17 minutos, el joven alemán aterrizaba en el Glaciar del Torre. "Le hubiera gustado estar más tiempo en el aire, pero sus manos estabas congeladas".
Un vuelo a la historia
Buhl ha firmado de esta manera el tercer despegue desde la cima en parapente. El primero de ellos lo protagonizaban, allá por 1988, los hermanos Matthias y Michael Pinn, que accedían a la cumbre en helicóptero. Ese mismo año, el dúo volaba desde el Fitz Roy tras ascender la peliaguda "Supercanaleta". Cuatro días después, junto a Uwe Passler, escalaban la Ruta del Compressor al Torre, pero la meteo impedia que desplegasen sus velas. "Habría que felicitarles por ser unos adelantados a su tiempo", reconoce Garibotti.
La estrategia de acceder en helicóptero a la cumbre del Cerro Torre también la utilizaría Roman Tschurtschenthaler en 1991. Es decir, hasta ahora nadie había logrado despegar tras escalar la montaña.