Desembarcamos en Tromsø, la puerta del Ártico, después de haber recorrido algunas de las costas más hermosas del planeta a bordo del legendario Hurtigruten. Nada más pisar tierra firme, nos recibe una ciudad que equilibra magistralmente el vibrante ambiente urbano con una naturaleza indomable que nos deja sin aliento.
Situada a unos 300 kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico, Tromsø es la ciudad noruega más grande del norte, famosa por ser uno de los mejores spots del mundo para contemplar el célebre espectáculo de las auroras boreales. Apenas dejamos nuestro equipaje, nos preparamos con entusiasmo para salir a "cazar" las luces del norte. Es otoño avanzado, y el cielo despejado nos anticipa una noche mágica. Subimos al teleférico de Fjellheisen, que en menos de cinco minutos nos sitúa en el mirador del monte Storsteinen. Desde allí, contemplando las luces tenues de la ciudad a nuestros pies y los fiordos enmarcando el paisaje, el cielo se transforma lentamente, regalándonos un espectáculo inolvidable de luces verdes y violetas que bailan lentamente sobre el amplio horizonte.
A la mañana siguiente, seguimos nuestro recorrido por la ciudad. Comenzamos en el Museo Polar, que nos sumerge en la fascinante historia de los exploradores árticos y las duras condiciones de vida en estas latitudes extremas. La experiencia se complementa con una visita a Polaria, un centro interactivo que nos acerca aún más a la vida marina del Ártico. Sin olvidar la icónica Catedral del Ártico, cuya arquitectura, inspirada en los glaciares, impresiona y ofrece una postal ideal para nuestras fotografías.
Pero Tromsø no solo vive del pasado y de sus paisajes urbanos. Aquí la naturaleza nos reclama constantemente. Optamos por una excursión en trineo tirado por huskies, atravesando bosques nevados y planicies blancas que se pierden en el fondo. Los perros, tan entusiasmados como nosotros, corren enérgicamente mientras respiramos el aire frío y puro del norte, sintiéndonos verdaderamente vivos y conectados con el entorno ártico.
Por la tarde, decidimos conocer un poco más sobre la cultura sami, moradores ancestrales de estas tierras. En un campamento tradicional, disfrutamos de historias junto al fuego y alimentamos renos bajo la atenta guía de nuestros anfitriones, quienes nos cuentan sobre su profunda relación con el entorno y cómo su estilo de vida se ha adaptado a estos duros paisajes.
Antes de despedirnos, aún nos queda tiempo para embarcarnos en un pequeño crucero por los fiordos cercanos, con el objetivo de avistar ballenas. No tarda en aparecer un grupo de orcas, y después algunas imponentes ballenas jorobadas, que saltan y se sumergen majestuosas cerca de nuestro barco.
Aún nos quedan unas horas, así que decidimos explorar Tromsø desde otra perspectiva: alquilamos unas raquetas de nieve y nos internamos por senderos bien señalizados en la isla de Kvaløya, donde el silencio invernal solo es interrumpido por el crujir de la nieve bajo nuestros pies. En verano, esta misma zona se transforma en paraíso para senderistas, con rutas como la que asciende al Tromsdalstinden, una cumbre que ofrece vistas espectaculares del fiordo.
Cerramos nuestra estancia disfrutando de la gastronomía local en el centro de la ciudad, degustando mariscos frescos y cervezas artesanales en la Mack Brewery, la cervecería más septentrional del mundo. Brindamos por Tromsø, esta ciudad que nos ha regalado experiencias únicas, entre auroras, aventuras en la nieve, cultura ancestral y el impresionante espectáculo natural que solo el Ártico puede ofrecer.
Guía práctica
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Cuándo ir: De noviembre a marzo para ver auroras boreales y disfrutar de actividades invernales. De junio a agosto para el sol de medianoche y senderismo.
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Cómo llegar: Vuelos directos desde Oslo. El Hurtigruten también conecta Tromsø por mar en su ruta clásica.
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Cómo moverse: Transporte público eficiente. Muchos tours incluyen recogida en hotel. El centro es caminable.
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Qué llevar: Ropa térmica en capas, botas impermeables, gorro, guantes y cámara con trípode.
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Actividades recomendadas: Safari de auroras, trineos de huskies, cultura sami, excursiones con raquetas, crucero de avistamiento de ballenas, visita a museos.
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Dónde comer: Fiskekompaniet para pescado fresco, Bardus Bistro para cocina noruega moderna, y un brindis obligado en Mack Brewery.