Castellón es una provincia que lo tiene todo, desde hermosas playas y pueblos costeros bañados por un mar excepcional, hasta zonas montañosas que guardan un buen número de itinerarios y parajes inolvidables. Una prueba palpable e insólita de esta conjunción la encontramos en el Parque Natural de la Sierra de Irta, que también lo tiene todo.
Situada en la comarca del Bajo Maestrazgo, la Sierra de Irta es un enclave idóneo para quienes amamos el Mediterráneo, la calidez del sol, la naturaleza, el senderismo y la vida tranquila y placentera. El Parque está situado, por la costa, entre las localidades de Alcossebre y Peñíscola, y sus límites por el interior llegan hasta las poblacio- nes de Santa Magdalena de Pulpis y Alcalà de Xivert. Este espacio constituye uno de los paisajes más bellos de la Comunitat Valenciana, siendo una de las ultimas sierras litorales sin edificar. La Sierra de Irta es un verdadero tesoro, de13 kilómetros de costa virgen. Aquí, los pinares viven en diálogo con el palmito, el romero y el hinojo; las calas recónditas y de agua cristalina se alternan con acantila- dos, algunos de ellos espectaculares. Por supuesto, posee un clima envidiable y ya sea en primavera, verano o incluso en otoño, sus aguas llaman a que tomemos el baño en ellas.
La Sierra de Irta es una alineación montañosa que discurre paralela al Mediterráneo. A 4 kilómetros del mar aparecen una serie de cumbres cuya altura máxima es el pico Campanilles, de 572 metros, sus abruptas laderas descienden de manera suave y relajada hacia tocar las aguas marinas. En estas montañas se origina un atractivo paisaje kárstico, con algunos ejemplos de morfología lapiaz, un sinfín de rincones singulares que constantemente nos hacen pensar que estamos ante uno de esos paisajes únicos, capaces de ofrecer momentos y vistas que permanecerán en nuestra retina durante mucho tiempo. Y como no podía ser de otra manera, tanto por mar como por montaña.

Aprovechar que el mar baña la Sierra de Irta es algo que no podemos dejar pasar gracias a las actividades deportivas y de turismo activo, como el buceo y snorkel, kayak, ciclismo o senderismo.
Existen ocho opciones para senderistas y tres para ciclistas, todas muy bien señalizadas y de diferentes intensidades. Algunas discurren por sendas paralelas al mar, desde las que contemplaremos con nue- vas perspectivas la belleza de sus playas y calas. Otras discurren cerca de acantilados. Otras se acercan a zonas de dunas. Quizá, la ruta más emblemática, la que es como un compendio de toda la hermosura de la Sierra de Irta, es la Ruta Circular por el Mas del Senyor, Clot de Maig, Dunas del Pebret y Torre Badum. Pero si lo que buscamos es adentrarnos en sus aguas, las empresas especializadas de la zona proporcionan todas las facilidades para la práctica de actividades. Podemos encontrar en www.experienciascv.es las diferentes opciones.

Además, la proximidad a poblaciones como Peñíscola y Alcossebre hace posible combinar el turismo activo con el cultural y lúdico. Y por qué no perderse por el caso antiguo de Peñíscola y visitar el Castillo del Papa Luna. Por qué no acercarse a Alcossebre para disfrutar de sus calas o llegar hasta la Ermita de Santa Lucía, desde donde se pueden vislumbrar las Islas Columbretes. Y siempre, sabiendo que contamos con una excelente red de alojamientos para descansar, y de restaurantes para degustar la gastronomía tradicional, rica en pescados y mariscos frescos recién traídos de las lonjas.
Todo esto convierte el Parque Natural de la Sierra de Irta en un refugio con mar, montaña, sol, cultura y mucha, mucha belleza.
Más información: comunitatvalenciana.com