Los Caminos de Santiago de Navarra

Un viaje en bicicleta por las rutas jacobeas navarras es un descubrimiento constante de la inmensa variedad de atractivos ambientales, culturales, históricos y naturales a disfrutar en un viaje en el tiempo para los ciclo viajeros del siglo XXI

Los Caminos de Santiago de Navarra
Los Caminos de Santiago de Navarra

Las rutas jacobeas son hilos de la historia, durante siglos han sido los grandes canales de comunicación y comercio que han usado los viajeros y peregrinos de todos los tiempos siguiendo antiguas vías romanas, cañadas ganaderas y viejos caminos medievales que han servido a las civilizaciones del occidente europeo para establecer dominios, invadir territorios, implantar culturas y fundar las bases de las innovaciones sociales, artísticas, arquitectónicas y comerciales que han evolucionado hasta el momento actual. Y mientras tanto peregrinos de todos los confines de Europa caminando por tierras extrañas y pueblos desconocidos hasta el temido final de la tierra, en la lejana costa de Galicia, para rendir culto y sentimiento a las reliquias de un apóstol de Cristo, un viaje de fe convertido ahora en una experiencia vital de descubrimiento, ocio recreativo, relación social, turismo y también de crecimiento y mejora espiritual.

El Camino de Santiago es un enigma, tiene más de mil años y sigue palpitando un hechizo irresistible, es cierto que se ha convertido en un notable atractivo turístico pero conserva “la llamada” y es una de las facetas que le hace único. El popular Camino Francés siempre ha sido el Camino de Santiago por excelencia, el que todos los seguidores de la flecha amarilla deben hacer al menos una vez en la vida porque concentra mucha historia, arte y tradición. En la génesis jacobea hay tantos “caminos de Santiago” como peregrinos porque la tradición es realizar la ruta jacobea desde la residencia de cada uno. En el principio de las peregrinaciones el puerto de Ibañeta por Valcarlos y Roncesvalles concentraba el paso de las principales líneas europeas de peregrinación compostelana hacia el sur de los Pirineos, junto con el mítico paso de Somport, pero no eran los únicos lugares de entrada de peregrinos jacobeos hacia España, también llegaban por el puente del Bidasoa, en Irún, cerca de la isla de Santiago Aurrea, por Urdazubi/Urdax y el puerto de Belate, y por otros pasos secundarios de los Pirineos navarros según la estación, el clima y la estabilidad social del momento. En la Edad Media adentrarse en la aventura jacobea suponía recorrer territorios desconocidos expuestos a todo tipo de calamidades, robos y enfermedades. Los peregrinos se juntaban en pueblos seguros con fundaciones religiosas y hospitales jacobeos antes de iniciar los grandes desafíos de las cordilleras, o las tierras pobladas por tribus belicosas, y juntos afrontaban las travesías más peligrosas, aquellos viajes eran toda una aventura. Y después debían regresar de nuevo caminando hasta sus lugares de residencia.

En Navarra hay cinco Caminos de Santiago señalizados con las universales flechas amarillas y las conchas compostelanas, son cinco rutas variadas y singulares que ofrecen la posibilidad de conocer la inmensa diversidad de las comarcas navarras, desde La Ribera, entre la orilla del Ebro y los desiertos de las Bárdenas Reales; la Navarra Media, donde confluyen las dos importantes vías jacobeas del Francés y el Aragonés; y los bellos y seductores valles de los Pirineos navarros. Las rutas de peregrinación siempre han sido caminos de descubrimiento, una forma extraordinaria de conocer los paisajes y las gentes del mundo compartiendo experiencias y sentimientos. La historia de la humanidad está escrita con mayor o menor acierto en las huellas que ha dejado en las piedras de las calzadas romanas, los monumentos, los puentes medievales y los caminos mesteños, aparece cincelada y tallada en los edificios y los conjuntos de arquitectura popular que adoptaban las enseñanzas y tendencias de cada época. Los caminos antiguos condensan las formas de vivir, los distintos estilos de habitar y aprovechar los recursos del medio ambiente, la manera de defenderse, viajar y comunicarse o los sistemas de invasión y conquista.

En los primeros días del otoño hemos aprovechado para recorrer en bicicleta los cinco Caminos de Santiago navarros, un modo activo y reconfortante de conocer las comarcas de Navarra por los viejos caminos de la historia creada durante siglos por mercaderes, pastores, arrieros, campesinos, peregrinos, nobles, plebeyos o guerreros que poco a poco han forjado el paisanaje actual. La naturaleza pone las geografías, los bosques, los valles y las montañas. Y los seres humanos levantan los hitos de sus impulsos, ambiciones y necesidades para convertir el paisaje en historia. No te pierdas los cinco Caminos de Santiago de Navarra y aprovecha la ocasión para hacer un viaje en el tiempo con la concha peregrina colgada en algún lugar del equipaje.

Ebro (31)
 
Camino de Santiago del Ebro

Punto de inicio: Cortes.
Punto de llegada: Castejón.
Distancia: 45,4 kilómetros.

El Camino de Santiago del Ebro en Navarra es un paisaje de agua, entra en La Ribera por Cortes y directamente busca la orilla del Canal Imperial por un bonito puente de piedra con vistas de las Bárdenas Reales, un relieve único de fantasías arenosas y cerros lunares creados por el agua y la intemperie. Cortes es un pueblo medieval, tiene un castillo imponente documentado en 1128, buen escenario para el inicio del viaje ciclo peregrino, residencia de varios reyes navarros y sede de algunos linajes de la nobleza local. En la historia ha sido protagonista de acontecimientos notables por la estratégica situación en la frontera con Aragón. La ruta jacobea del Ebro en Navarra es cómoda y sencilla, apenas tiene desniveles notables y el firme es excelente por la orilla del Canal Imperial. En los primeros kilómetros atraviesa la Reserva Natural del Quebrado por los sotos ribereños de El Quebrado, El Ramillo y La Mejana, un agradable telón de olmos, chopos, álamos, fresnos y sauces entre las interminables planicies de cultivos de Buñuel y Ribaforada. En los hitos de las señales hay placas de la concha jacobea, del Corredor Verde del Ebro y del Camino Natural del Ebro GR-99.

Una visita interesante es El Bocal. El Camino de Santiago pasa por la puerta y hay que entrar para conocer la gran obra hidráulica donde nace el Canal Imperial de Aragón. En la entrada está la iglesia y enfrente un roble monumental, hay jardines, un laberinto vegetal y residencias de recreo del siglo XVIII, en el río Ebro está la presa antigua y al fondo la presa nueva y la toma de agua en la Casa de las Compuertas. En 1528 el emperador Carlos I ordenó el inicio de las obras, una construcción faraónica que duró hasta 1770, cuando el equipo del arquitecto Ramón Pignatelli concluyó la construcción de los 102 kilómetros del canal. El lugar tiene interés ambiental, arquitectónico, industrial, histórico, hidráulico y está declarado Bien de Interés Cultural. La ruta se aleja del Ebro y entra en el casco histórico de Tudela. El camino jacobeo está marcado con placas metálicas en el suelo, pasa por la Plaza de los Fueros y recorre las estrechas callejuelas de piedra de la judería hasta el pórtico del Juicio, en la catedral, donde hay que buscar la escultura del personaje misterioso. En Tudela hay mucho que ver, tiene palacios renacentistas y barrocos, iglesias, museos y también es buen sitio para una parada de recuperación con algún plato de los productos de las huertas del Ebro, unos pimientos de piquillo o los célebres cogollos de Tudela.

El Camino de Santiago sale por el monumental puente del río Ebro y las huertas de La Mejana de Santa Cruz hasta que se adentra en el Soto de los Tetones, con el magnífico cauce del Ebro al lado y algún observatorio ornitológico. La ruta de los peregrinos sigue hacia Castejón y La Rioja por unas colinas de sotos fluviales y cultivos de regadío pasando pequeñas vaguadas y campos de frutales. Antes de entrar en la población dejamos las marcas de la flecha amarilla y tomamos un desvío hacia la izquierda por unas lomas pedregosas de viñedos, vamos a pasar la noche en el hotel Luze El Villa para preparar el siguiente Camino del viaje, es un hotel Bikefriendly y los ciclistas son bien recibidos.

Aragones (80)
 
Camino de Santiago Aragonés

Punto de inicio: Sangüesa.
Punto de llegada: Obanos.
Distancia: 58 kilómetros.

El temido puerto de Somport, el summus portus medieval, tuvo una de las primeras fundaciones hospitalarias levantadas en los Pirineos para facilitar el tránsito de los caminantes jacobeos que comenzaban la andadura peregrina en Arles (Francia). En aquellos tiempos debía ser tremendo salvar el escollo de la cordillera pirenaica y surcar las hoces de Canfranc hasta Jaca, tradicional villa de acogida peregrina antes de continuar por la Canal de Berdún y el valle del río Gállego hasta Sangüesa, entrada del Camino Aragonés en Navarra. Los peregrinos medievales solían continuar por Rocaforte y la sierra de Izco hacia el pueblo de Izco y Abínzano. Ahora es habitual usar la variante de la Vía Verde del Irati por la extraordinaria Foz de Lumbier y conectar con la variante del Monasterio de Leyre en Lumbier. El paso por el cañón de Lumbier es espectacular, en la entrada está el Puente del Diablo, destruido y sin caminos aparentes, un misterio. En la entrada del primer túnel hay un panel con detalles de los valores ambientales de la Reserva Natural de la Foz de Lumbier y del antiguo tren maderero, inaugurado en 1911 entre Pamplona y Aoiz para transportar la madera de la Selva de Irati principalmente, aunque también tenía servicio de pasajeros. El túnel facilita el paso al interior de la garganta calcárea, un magnífico paisaje de roca, agua y vida salvaje. El segundo túnel es un poco más largo y como está en curva puede ser necesario usar luz o pasar con cuidado.

El puerto de Loiti salva la sierra de Izco y es la principal tachuela del Camino Aragonés en bicicleta, las lluvias recientes habían dejado el sendero de la sierra impracticable por el barro y subimos el puerto por la cuneta de la antigua carretera de Pamplona, bastante tranquila de tráfico desde la construcción de la A-21. En Izco entramos de nuevo en los caminos agrícolas marcados con la flecha amarilla y continuamos hasta Monreal planeando por las colinas de Abínzano y Salinas de Ibargoiti, hasta un divertido sendero emboscado que lleva al bonito puente medieval de Monreal. La llegada es fantástica con la estampa del pueblo apiñado en la ladera de un cerro que tiene restos del castillo original de la villa. En la travesía urbana hay que subir en molinillo por las empinadas calles adoquinadas de la antigua judería, así hay tiempo de ver las fachadas con escudos de la nobleza navarra y los rincones curiosos de algunas calles que conservan el ambiente medieval de otras épocas. En la salida de Monreal hay otro sendero emboscado sin complicaciones en bicicleta y comienza el faldeo de la sierra de Alaiz por un entretenido subibaja de carriles pedregosos que termina en Tiebas, con otro castillo en ruinas que fue una importante fortaleza palaciega a partir del siglo XIII. El Camino pasa al lado y es inevitable dejar de subir en bici hasta los arcos medievales y los viejos muros del castillo.

Los hitos jacobeos llegan enseguida al otero donde está el pueblo de Olcoz, que conserva una soberbia torre medieval y un curioso pórtico románico en la iglesia parroquial, vinculado con otro pórtico similar en la ermita románica de Santa María de Eunate. El camino se lanza por un sendero medio trialera con vistas del Canal de Navarra y parte de la Cuenca de Pamplona. La bajada es corta pero la senda es estrecha y hay que tener cuidado en las regueras, abajo conecta con el camino rural de Enériz y el senderito que lleva hasta la ermita de Santa María de Eunate, uno de los iconos del Camino de Santiago, cargada de mitos, leyendas, arte y curiosidades históricas. El edificio donde se pone el sello en la credencial es un centro de interpretación y merece la pena hacer la visita guiada, las explicaciones del guía son curiosas y aclaran ciertos misterios del templo románico. El final del Camino de Santiago Aragonés está muy cerca, apenas quedan un par de kilómetros hasta Obanos y el paso del Camino Francés hacia Puente la Reina, uno de los pueblos/camino más notables de los Caminos de Santiago navarros.

Frances (72)
 
Camino de Santiago Francés

Punto de inicio: Roncesvalles.
Punto de llegada: Pamplona.
Distancia: 41,8 kilómetros.

El Camino Francés en Navarra es largo para una jornada en bicicleta, que es nuestro plan de viaje, un día un Camino. Hemos pasado la noche en el hotel Villava Pamplona, que también es Bikefriendly, tienen cuarto/taller para bicis y buena acogida a los ciclistas, será el campo base durante los próximos días. El tramo elegido es la etapa desde Roncesvalles hasta Pamplona, la principal entrada de los peregrinos por los Pirineos navarros. En los últimos tiempos es bastante popular iniciar el viaje compostelano en Saint Jean Pied de Port, en el lado francés de la cordillera, comenzando la aventura peregrina con la etapa más dura del Camino de Santiago por el itinerario conocido como Ruta de Napoleón, salvando los altos collados de Bentartea y Lepoeder. El día está lluvioso y toca mojarse, el paisaje de los valles pirenaicos es tan acogedor y sugerente que es imposible no montarse en la bicicleta y lanzarse en busca de las flechas amarillas a pesar de las tormentas. Los pasadizos de la colegiata son buen refugio de la llovizna, por todas partes hay referencia de las andanzas de Carlomagno, el mítico guerrero Roldán y los Doce Pares de Francia en unos parajes que fueron decisivos en la creación del reino de Pamplona. Las marcas del Camino Francés pasan por la iglesia de Santiago, la capilla del Silo de Carlomagno y la primera Cruz de los Peregrinos del itinerario jacobeo. La vereda de las flechas amarillas sigue hasta Burguete, con otra cruz de piedra en la entrada, recorre el pueblo y continúa hacia Espinal. Los primeros kilómetros son fantásticos, una combinación deliciosa de montes, pastos, bosques y pueblos encantadores entre valles de montaña.

Auritz/Burguete es un importante nudo de itinerarios de turismo activo, está el Camino Francés, la vía romana del Pirineo por el valle de Urrobi, los hitos de la EuroVelo 3 y varios senderos de pequeño y gran recorrido, un selecto repertorio de opciones de ocio recreativo para recorrer a pie y en bicicleta. El primer repecho de la etapa es el puerto de Mezkiritz, la subida comienza en Aurizberri/Espinal, es cómoda y en un par de kilómetros aparece el bosque de hayas gigantes del puerto. La bajada es una vereda por el interior del hayedo con un tramo técnico de escalones al principio y después carril ganadero hasta Bizkarreta/Gerendiain, que tiene casas señoriales y un par de bares para tomar algo, hay que recuperar energías para la subida del Alto de Erro. El camino del puerto de Erro sale de Lintzoain por un carril ganadero hasta el Paso de Roldán, el bosque es cautivador y envuelve la ruta en la magia especial de los solitarios hayedos de montaña. La ciclabilidad es buena hasta el cruce de la carretera en el Alto de Erro, después la ruta jacobea sigue por una trialera con un tramo complicado hasta que conecta con la pista que baja al Puente de la Rabia de Zubiri. En el caso de no dominar bien la bicicleta en senderos técnicos es recomendable bajar por la carretera hasta Zubiri, plagado de albergues y servicios para los viajeros jacobeos. Los siguientes kilómetros hasta Larrasoaña están afeados por la presencia de una gran explotación de magnesitas, pero en algún lado tienen que extraer los minerales que necesita el progreso.

En bicicleta los kilómetros pasan rápido y los paisajes también. La bajada es constante por el valle del río Arga, pasamos por Zuriain, Antxoritz y Zabaldika sorteando los meandros del río, la carretera y los caminos secundarios que suben hacia los montes. En la playita de Irotz surge la posibilidad de continuar por el paseo fluvial del río Arga y llegar directamente hasta Pamplona por Huarte y los carriles acondicionados para peatones y ciclistas en la orilla del río. La ruta jacobea original cruza el río Arga y sigue por Zabaldika, que tiene una bonita iglesia románica del siglo XIII, salva una pequeña cuesta en el nudo de carreteras de la PA-30 y baja hacia el puente medieval de la Trinidad de Arre, en el río Ulzama. En la salida del puente está el albergue de peregrinos y la basílica. El Camino de Santiago enfila la calle Mayor hasta Burlada, que prácticamente es un barrio de Pamplona, y pasa por el puente de la Magdalena, otra joya medieval del siglo XIII. En este monumento confluye la variante del paseo fluvial del río Arga. El ambiente es urbano, están las viejas murallas de la ciudad manteniendo la esencia peregrina y finalmente el Portal de Francia, la entrada oficial al conjunto urbano de Pamplona.

Baztanes (41)
 
Camino de Santiago del Baztán

Punto de inicio: Urdax.
Punto de llegada: Pamplona.
Distancia: 74,6 kilómetros.

El Camino del Baztán, Baztango Donejakue Bidea, sigue una antigua ruta de mercaderes que tuvo mucha notoriedad en la Edad Media entre el puerto de Bayona, en la costa francesa del Golfo de Vizcaya, y la ciudad de Pamplona. Es evidente pensar que los peregrinos de aquella época buscasen la seguridad de los itinerarios comerciales amparados por el trasiego que originaban las caravanas de mercancías, especialmente en invierno o en condiciones climatológicas adversas que complicaban la entrada por Roncesvalles y los pasos altos de los Pirineos. El Valle de Baztán está en la cuenca del Cantábrico, sometido al clima atlántico y los rigores de la vertiente norte de los Pirineos, unas condiciones ambientales muy especiales que han convertido el valle en un paraíso natural y forestal, no hay yacimientos mineros ni grandes industrias, las poblaciones son principalmente pastoriles y durante siglos han conservado los vínculos con el bosque, el agua, las jerarquías señoriales y los seculares acuerdos en los repartos de pastos, leña, caza, impuestos y el resto de los recursos esenciales, son escenarios vivos de otras épocas adaptados a los tiempos actuales con sentido común y respeto hacia un particular entorno cultural creado por los antepasados mientras desarrollaban estilos de vida al paso de aquellas caravanas comerciales.

Las primeras pedaladas son en Urdazubi/Urdax, nido de leyendas y aquelarres secretos en un viejo escondite de contrabandistas, tiene albergue de peregrinos en el Monasterio de San Salvador y flechas amarillas marcando sin tregua la ruta jacobea hacia el Alto de Otsondo, al principio el firme es de hormigón pero enseguida llegan las rampas duras por unos hayedos que parecen hambrientos con las ramas rozando el casco y el manillar de las bicicletas. En el camino hay restos de búnkeres militares construidos por los vencedores de la Guerra Civil para fortificar el Pirineo y evitar una posible invasión de los enemigos del franquismo procedente de Europa. Las guaridas militares son un extraño contraste con los lavaderos, fuentes, caseríos, cercados y el resto de las construcciones y elementos de la cultura rural y etnográfica del valle. El musgo cubre las piedras, los troncos de los árboles y los palos de los cercados, parece un mundo irreal quebrado por el crujido de las hojas marchitas al paso de las bicicletas. En el puerto de Otsondo hay mesas de piedra y petirrojos que se acercan a picotear los restos del bocata. El Camino de Santiago atraviesa la carretera y baja por una senda emboscada hacia las bordas pastoiles de Unatxipia y Amaiur, un pueblo precioso de casas señoriales, balcones de madera plagados de flores, cercos de colores y eguzkilore en las puertas, la flor del sol. En el folclore vasco es símbolo de protección en la oscuridad de la noche contra males, enfermedades, tormentas y brujas. La población es una calle/camino, en la salida está la fuente de Santiago y un bonito arco con el escudo local y la inscripción “estas son las armas de los de esta noble y leal villa de Maya”, después aparece un crucero de peregrinos del siglo XVII al lado de la iglesia parroquial y la ruta entra de nuevo en los bucólicos caminitos arbolados entre los bosques y las colinas de pastos.

Elizondo es la capital del Valle de Baztán y el municipio más grande de Navarra, todos los pueblos, barrios y caseríos del valle pertenecen al mismo término municipal. La ruta jacobea pasa por la Plaza de los Fueros, imponente con las fachadas de sillería, y sigue por los soportales de la calle Jaime Urrutia hasta el célebre puente de Antxitonea, el espacio urbano más fotografiado de Elizondo. En el río está la presa de Txokoto y alrededor casas nobles construidas hace cuatro y cinco siglos. El ambiente seductor de bosques y colinas de pastos pobladas de rebaños de ovejas, vacas y caballos vuelve en la salida de Irurita, en las primeras colinas de la subida hacia el puerto de Belate. Los caminos combinan firmes de todo tipo, hay carriles ganaderos, rampas de hormigón, veredas pedregosas, callejas de hierba y tramos asfaltados en el paso por los pueblos, es una subida amena y variada en un escenario rural fantástico. Las marcas de la concha peregrina pasan por Ziga, Berroeta y salvan un duro repecho hasta Almandoz, el último pueblo del Baztán antes de coronar el puerto de Belate, un paso fundamental del valle hacia la ciudad de Pamplona. La subida de Belate por el trazado original marcado con las flechas amarillas tiene tramos complicados en bicicleta, depende de la condición física y el nivel técnico para superar algunas rampas. A partir de la Venta de San Blas hay escalones y senderos preciosos por el bosque pero requieren empujar algo la bicicleta, aunque merece la pena para recorrer el tramo de calzada medieval de Belate, jalonada por una fila de menhires de piedra y grandes losas que también complican la ciclabilidad. El Camino del Baztán pasa por el antiguo monasterio de Belate y emprende un entretenido descenso por el valle del río Ulzama que termina en la Trinidad de Arre, donde conecta con el Camino Francés.

Sakana (26)
 
Camino de Santiago de Sakana

Punto de inicio: Irurtzun.
Punto de llegada: Ziordia.
Distancia: 32,5 kilómetros.

El quinto Camino de Santiago en Navarra recorre el Valle de Sakana entre las poblaciones de Irurtzun y Ziordia, en las mugas de la Llanada Alavesa. La ruta jacobea fue recuperada en 2016, señalizando caminos y marcando los hitos monumentales, históricos y ambientales destacados en un itinerario jacobeo usado por los peregrinos compostelanos entre los siglos IX y XI, cuando Sancho Mayor de Navarra potenció las peregrinaciones por el actual Camino Francés hacia Puente la Reina y Estella. Los caminantes jacobeos seguían el trazado de la calzada romana XXXIV procedente de las Galias que entraba en Navarra por Roncesvalles y en Pamplona tomaba rumbo hacia Astorga y las minas de oro de Las Médulas. El tramo señalizado comienza en Irurtzun, donde se puede llegar en bici desde Pamplona por la Vía Verde del Plazaola. Los hitos del Camino de Santiago salvan el nudo de las autopistas A-10 y A-15 y aparece la encantadora ermita de Santiago de Itxasperri, solitaria al lado del camino entre prados y sotos campesinos, un templo del románico tardío del siglo XIII, en los primeros tiempos el paraje fue sede de las Juntas del valle de Arakil. Las flechas amarillas pasan por Egiarreta y marcan la ruta por un repecho extraño en una zona de desmontes forestales hasta Hiriberri Arakil, después sigue plácidos caminos rurales prácticamente llanos en el grandioso corredor de Sakana, un valle abierto y generoso en campos y cultivos entre la sierra de Aralar y el macizo creado por las sierras de Andia y Urbasa.

Las bicis planean sin complicaciones sobre un escenario de lomas amables cuarteadas de parcelitas de pastos para los rebaños de ovejas latxas, los animales llenan de puntitos blancos la falda de las montañas hasta el gran zócalo donde comienzan los murallones de las sierras. La cumbre más llamativa es el pico Beriain, conocido también como San Donato por la ermita plantada en la cima de la montaña. El Monasterio de Santa María de Zamartze es un lugar de interés, está en el término de Uharte Arakil, la iglesia conserva el ábside y una bonita portada románica, tiene restos de tumbas medievales y el edificio anexo es un centro de retiro espiritual. En los jardines del recinto está marcado el paso de la antigua calzada romana de Astorga a Burdeos, era el lugar ocupado por la mansión romana Araceli y convertido después en cuna del cristianismo del antiguo reino de Navarra. En Zamartze comienza la subida al santuario de San Miguel de Aralar, arcangel de culto ancestral y centro de romerías y devoción popular.

La parada de avituallamiento es en Arbizu, probamos la txistorra local, algo de queso y otras “golosinas” de los productos locales antes de cerrar el magnífico periplo jacobeo por los Caminos navarros de Santiago. La ruta sigue por Iturmendi y Urdiain hasta las calles de Altsasu/Alsasua, que es la población más grande y animada del Camino de Sakana. El final de las flechas amarillas en Navarra está muy cerca, hay que pasar por las afueras de Olazti/Olazagutía, donde sale la carretera que sube hacia la sierra de Urbasa por un puerto fantástico, y poco después está el caserío de Ziordia en el borde la Llanada Alavesa, entre las impresionantes murallas naturales de las cumbres de Aralar y las estribaciones meridionales del Parque Natural de Aizkorri-Aratz. Navarra enamora y un viaje en bicicleta por las rutas jacobeas es un descubrimiento constante de la inmensa variedad de atractivos ambientales, culturales, históricos y naturales repartidos en las comarcas navarras, un viaje en el tiempo para los ciclo viajeros del siglo XXI.