Aventura en Berna: descubrimos la capital suiza y su entorno natural

El otoño es una época ideal para visitar Suiza y sumergirse en sus impresionantes paisajes

Berna en otoño
Berna en otoño

Ya sabéis que Suiza es uno de nuestros destinos preferidos por la cantidad de posibilidades que nos ofrece a los amantes del deporte en la naturaleza de disfrutar de las actividades outdoor durante todo el año: trekking, alpinismo, mountain bike, vías ferratas, esquí, rafting…  Pero ¿y si os decimos que este verano hemos estado en el “país de las montañas”, no para ascender a uno de sus 48 cuatromiles o realizar una travesía por el glaciar del Aletsch, sino para ver partidos de fútbol? Pues sí, el pasado mes de julio Suiza acogió la Eurocopa Femenina de la UEFA 2025, una excusa más para visitar el país helvético y descubrir, no sólo los impresionantes espacios naturales que atesora, sino también encantadoras ciudades como Berna, la capital y sede del primer partido de la selección española contra Portugal, al que pudimos asistir gracias a la invitación de Turismo Suiza. Acudíamos así a la llamada de la presidenta de la Confederación Helvética, Karin Keller-Sutter, que en una campaña de promoción turística animaba a los aficionados al fútbol a visitar su país durante el mes que duraba la competición. Lo que no hicimos fue cumplir con la segunda parte de su mensaje: “Por favor, perded, así tendréis más tiempo para las maravillas de Suiza”, y es que España llego a la final contra Inglaterra (perdió en la tanda de penalties). El lema de esa campaña de turismo venía a decir que “en Suiza, aunque se pierda, se gana”. Y es cierto, la derrota tendría un sabor menos amargo si se endulzaban esos días sin fútbol explorando las ciudades y espacios naturales suizos. Pero lo mejor es que no hay que limitar este lema a un periodo concreto de tiempo, ya que Suiza nos espera, en cualquier época del año, con una goleada de experiencias increíbles: antes, durante y después de la Eurocopa Femenina. Ahora, en otoño, tenemos otra oportunidad, porque además esta estación es especialmente bonita para disfrutar de la naturaleza y las montañas suizas. 

Rio Aar
Las aguas turquesas del río Aar abrazan Berna Foto: Elena Moro
 

 

Dejarse llevar por la corriente en el río Aar

Al pasear por Berna, tanto por su coqueto casco antiguo (Patrimonio de la UNESCO desde 1983), como por los barrios más modernos, el visitante, si es medianamente observador, puede darse cuenta de cómo identificar fácilmente a los locales: una bolsa estanca que llevan colgada a la espalda o cruzada a modo bolso…  Un  complemento de vestuario indispensable para practicar una de sus actividades preferidas durante los meses de buen tiempo: dejarse llevar por la corriente del Aar. El impresionante río de aguas turquesas que abraza a la capital helvética, el más largo del país, no sólo embellece aún más el entorno urbano, también hace las veces de parque acuático natural para los locales, y casi de medio de transporte para llegar a casa u a otro barrio de la ciudad al salir de trabajar -o al menos esto es lo que cuentan las leyendas urbanas… -; no pudimos comprobar si algunos metían el portátil en la bolsa estanca, pero sí la cantidad de ellos que pasaron esa larga tarde estival en la piscina al aire libre del barrio de Marzili.

iStock 1028861422
Bañarse en el Aar es casi una religión en Berna

 

El Marzili (también conocido como «Marzer»), «la piscina al lado de un río más bonita de Europa», tiene 10.000 m2 de césped para tumbarse a la bartola, una piscina deportiva con 8 calles de 50 metros y una piscina infantil, cuenta con unas espectaculares vistas al Parlamento y a la catedral, y encima es gratis. En 1782 se inauguró la primera piscina. Entonces, la entrada costaba 5 céntimos, por lo que recibía el nombre de «Füfiweiher» (la alberca de los 5 céntimos). En 1822, se inauguró una piscina ovalada con agua del río Aar. En 1957, se añadió la zona verde, y en 1968, la piscina de 50 metros. Pero lo mejor es que es la entrada al parque de atracciones del Aar.

iStock 1028861412
Una de las entradas al "circuito" del Aar
 

En la orilla que da al río, a lo largo de 900 metros, se han construido escaleras y barras de sujeción para entrar al agua en diferentes puntos y dejarse llevar corriente abajo, hasta una señalización nos avisa a 300 metros de que hay que arrimarse a la orilla izquierda, entrar en una especie de carril de deceleración y salir del río a la zona de Marzili. Si queremos hacer otro descenso, pues nada: a caminar río arriba hasta el punto de entrada que queramos, volver a zambullirnos, y así, de chapuzón en chapuzón, y dejándonos llevar por la corriente, nos podemos pasar las horas. La bolsa estanca nos sirve para guardar nuestras pertenencias a salvo de la entrada del agua y también nos ayuda en la flotabilidad. Esta práctica es lo que los suizos denominan «aareböötlen» o dejarse llevar a la deriva, obedeciendo a la voluntad del curso fluvial, eso sí, los locales avisan encarecidamente de que hay que ser buen nadador/a antes de meterse en el agua y dejarse llevar…

Más información: aaremarzili

iStock 2204388021
La Torre del Reloj o Zytlogge, uno de los "must" de Berna
 
Descubriendo el casco antiguo, Patrimonio de la UNESCO

La capital de Suiza es una ciudad con el tamaño ideal para ser visitada y descubierta a pie o en bicicleta. Cruzar bajo el arco en el que se apoya la famosa Torre del Reloj o Zytlogge, la antigua puerta de entrada a la ciudad, supone viajar a la época medieval en la que fue levantada en un recodo del Aar, tal es el nivel de conservación de su casco antiguo. De hecho, por esta razón fue declarada Patrimonio Cultural de la UNESCO en 1983. Sus calles adoquinadas, salpicadas de ornamentadas fuentes y esculturas, están abrazadas por seis kilómetros de bóvedas o soportales (en alemán Boden), que protegen el acceso -hoy en día- a exclusivas tiendas de decoración y productos gourmet, y también a edificios de casas particulares, una de ellas famosa por ser el hogar de Mileva Maric y Albert Einstein entre 1903 y 1905. Así, nombrando a Mileva primero, para reconocer el talento y el valor de esta gran física y matemática serbia, nos presentó nuestra guía la casa donde vivió el matrimonio de científicos entre 1903 y 1905, y donde formularon la famosa Teoría de la Relatividad. Decimos formularon, en plural, porque según las últimas investigaciones, Mileva fue coautora de algunas de las teorías más importantes de Einstein, aunque éste nunca la reconoció, a diferencia de otro matrimonio célebre de científicos: Pierre y Marie Curie (Pierre rechazó recoger el premio Nobel de Física si no reconocían también a su compañera). La casa, situada en el número 49 de la Kramgasse, una de las avenidas principales de Berna, es hoy en día un museo dedicado a la figura del físico alemán.

Casa Einstein
La casa de Mileva Maric y Albert Einstein Foto: E.Moro
 

La misma Kramgasse alberga otros monumentos históricos de la ciudad: las fuentes de los Zähringer o la fuente Kindlifresser, y al fondo, la famosa Zytglogge o Torre del Reloj (la traducción real sería «Torre de la campana y hora») construida en 1256. Torre fortificada, prisión, torre de vigilancia, torre de control de incendios y, finalmente, torre del reloj: a lo largo del tiempo, este emblema ha asumido diversos roles importantes para la ciudad de Berna. Se puede visitar su interior para contemplar el mecanismo del fabuloso reloj astronómico, conocido como astrolabio, uno de los más antiguos de Europa -data de 1530- que sigue funcionando.

IMG 6412
E mecanismo del reloj,uno de los más antiguos de Europa
 
 

Las esferas giratorias son una representación exacta de los cuerpos celestes, con la Tierra en el centro y el sol, la luna y las estrellas orbitando alrededor de nuestro planeta. Esta compleja representación del hemisferio norte de la Tierra muestra siempre el signo zodiacal actual, la fase de la luna, la hora del amanecer y del atardecer, así como la fecha. Y también asistir, desde la calle, al espectáculo exterior que ofrece al dar la hora. Cuatro minutos antes de la hora en punto, el canto de un gallo anuncia el baile de las marionetas en círculo: los osos que identifican a la ciudad bailan en círculo, un bufón hace sonar la hora antes de tiempo con picardía, las campanadas del cuarto resuenan desde la torre, Cronos, el propio dios del tiempo, da la vuelta al reloj de arena, avisándonos del paso del tiempo, y, finalmente, el caballero dorado Hans von Thann golpea la campana. 

IMG 6430
La catedral gótica
 

Tras contemplar el espectáculo del reloj nos podemos acercar a la catedral gótica de Berna, conocida localmente como Bern Münster, y la iglesia más alta de suiza gracias a sus cien metros de “aguja” o torre. En e interior hay unas espectaculares vidrieras que recrean escenas bíblicas, es impresionante la que representa el Juicio Final. Como calentamiento de cara a los trekkings o rutas en bicicleta que podemos hacer los siguientes días, se pueden subir los 300 escalones de la torre hasta su mirador. El esfuerzo tiene su recompensa: unas increíbles vistas de todo el casco antiguo y las cumbres del Oberland bernés en el horizonte.  

Parlamento
El Parlamento suizo Foto: E.Moro

Seguimos con nuestro circuito a pie por la ciudad: las siguientes paradas son el elegante edificio del Parlamento suizo, construido en 1902. En su entrada hay 26 fuentes que representan los 26 cantones del país; y el BärenPark, el Parque de los Osos. El oso es el símbolo de Berna. Hay constancia de que la ciudad albergaba osos pardos en sus alrededores en la antigüedad, desde 1513 hasta 1857 lo hizo en la propia ciudad, y después en el llamao “foso de los osos”, que en 2009 se convirtió en un parque de 6.000 hectáreas que se extiende desde el mismo lugar donde estaba el antiguo foso hasta el río Aare en la orilla frente al casco antiguo de la ciudad. Hay que cruzar el río por el majestuoso puente Nydeggbrücke para llegar al parque, donde podremos observar a la actual familia de osos en su rutina -   Björk, la madre, Finn, el padre y Ursina, la hija- e incluso les vemos darse algún chapuzón en el Aar.

 

Rutas a pie y en bici cerca de Berna

Berna es un punto de partida ideal para excursiones a la montaña, tanto en verano como en invierno. A pie o en bicicleta hay multitud de posibilidades, adaptadas a todos los niveles, y de una o varias jornadas. Aquí os mostramos solo algunas de las propuestas para explorar los alrededores de la capital suiza. 

GURTEN, la montaña de la capital suiza

Los berneses tienen su “montaña” particular: Gurten. Un bloque redondeado de poco más de 800 metros -es más bien una enorme colina- que se levanta pegado al sur de la ciudad, y que es un mirador privilegiado de Berna, de las llanuras del Milelland y de los Alpes berneses, en un día despejado se distinguen claramente las cimas del Eiger, el Mönch y la Jungfrau. Podemos subir al punto más alto andando, siguiendo un sendero señalizado, o cómodamente en el ferrocarril de Gurten, que desde 1899 salva los 858 metros de desnivel hasta el mirador del Ostsignal, donde parten varias rutas a pie señalizadas y hay una gran zona de recreo (hay un mini ferrocarril, un recorrido en trineo, rocódromo…). En verano se celebra aquí un legendario festival de música: el Gurtenfestival.

berna web2
Gurten, la montaña de Berna

 

Parque Natural Gantrisch 

Berna es un punto de partida ideal para acometer excursiones a la montaña, tanto en verano como en invierno. Desde Berna se puede llegar rápidamente al Parque Natural Gantrisch, un paraíso de frondosos bosques, praderas vírgenes y profundos cañones por donde corre el agua pura de los Alpes, situado a unos 40 km en el sureste de la capital. El Parque natural Gantrisch y la cumbre del mismo nombre se encuentran en el triángulo formado por tres ciudades: Berna, Thun y Friburgo. Hay un montón de rutas para hacer, en la web del parque están divididas como rutas de verano y de invierno (para hacer con esquí de travesía o con raquetas), y clasificadas en rutas temáticas, para hacer a pie o en bicicleta. Pero para llevarnos una impresión general el Sendero Panorámico es ideal  uno de los paseos más bellos de los Prealpes berneses y nos regala vistas increñibles del Napf y la Suiza central hasta los imponentes picos de más de 4.000 metros del Oberland bernés.

iStock 2226688932
Parque Natural Gantrisch 
El cinturón verde de Berna a pedales 

Solo se necesitan nueve minutos para estar en plena naturaleza desde Berna: esta ruta temática de 58 kilómetros conecta a pedales los municipios alrededor de la capital. Esta ruta puede recorrerse en varias etapas, puedes elegir libremente el punto de partida, así como la dirección y la duración de tu viaje. Partiendo desde la estación principal de Berna, la red de Veloland te lleva directamente al Cinturón Verde. Una experiencia perfecta que combina naturaleza, cultura, sabores locales y vistas inolvidables alrededor de la capital suiza.

Estas son solo algunas de las múltiples posibilidades de recorrer a pie o en bicicleta Berna capital y la región del mismo nombre. Toda la información la puedes encontrar en: myswitzerland.com