No hay que viajar muy lejos para encontrar algo nuevo. El viaje es una actitud, una forma de afrontar el azar. Un espíritu de aventura, a menudo en pequeño: desayunar tranquilo, andar mirando hacia arriba, saludar a un desconocido. Cosas que, a diario, no hacemos. El Camino Primitivo en Asturias es quizá la ruta jacobea más propicia a esa forma de encarar un peregrinaje o unas vacaciones, una desconexión total. Es una manera tranquila de sumergirte en un viaje milenario, origen del Camino de Santiago, que mantiene esa suerte de espiritualidad interior con un recorrido de montaña y bosque, de aldeas y gentes, que resdescubre Asturias y te redescubre a ti.
Avanzando por el Camino Primitivo, constatarás esa comunión de los asturianos y asturianas con su tierra, que le confieren a la hospitalidad un sentido genuino.
El Camino Primitivo es el origen de la peregrinación jacobea porque fue el que realizó el rey asturiano Alfonso II para ver los restos recién hallados del apóstol Santiago en Compostela. Desde aquel siglo IX, millones de pasos han transitado por este recorrido rural, genuino, que en su tramo asturiano suma 145,6 kilómetros (o 141,9 si se recorre por la variante de los Hospitales).

Son siete etapas entre Oviedo/Uviéu y Grandas de Salime - Puerto del Acebo, exigentes para el senderista o el cicloturista en algunos de sus tramos, por las pendientes y el esfuerzo que conllevan, pero que pueden planificarse según la forma física de cada cual y que recompensan siempre: una iglesia hermosa en un desvío, un puente en silencio sobre un río, un mercado de pueblo, un valle con la luz del atardecer. Estampas que te esperan en Santa María de Bendones, Las Regueras, Grau/Grado o Pola de Allande, y en las visitas que puedes organizar a partir de las etapas marcadas, según te apetezca, aprovechando los abundantes servicios, la red de albergues, los taxis, o el transporte de equipajes. En Asturias tú eres el Camino, y lo planificas como quieras.
En 2025 se cumplen diez años desde la declaración de la UNESCO de los llamados Caminos del Norte como Patrimonio de la Humanidad, de los cuales, dos recorren Asturias: el Camino de la Costa y el Camino Primitivo, el primero, y origen de todos los demás. A esta efeméride se añade la amabilidad de las temperaturas entre marzo y octubre y, sobre todo, la tranquilidad, pues las rutas jacobeas asturianas están alejadas de masificaciones.

Una tranquilidad que no surge sola, sino que se consigue, precisamente, desde una forma de entender el viaje. Asturias, pionera en el turismo sostenible, preserva de una forma especial su patrimonio y su naturaleza porque todo, desde la gastronomía al deporte o la cultura, se incluye en una misma pertenencia. Avanzando por el Camino Primitivo, constatarás esa comunión de los asturianos y asturianas con su tierra, que le confieren a la hospitalidad un sentido genuino. Que acogen y ofrecen, que comparten lo heredado, que continúan el sendero abierto hace siglos. Con una botella de sidra a mitad del camino, con una charla bajo un hórreo mientras descansas la mochila, con una vista panorámica cuyo silencio deja más sonidos en tu interior que todas las notificaciones del teléfono móvil que no habrás encendido. Ahora, además, tienes este paraíso más cerca que nunca, con 19 conexiones aéreas nacionales y con el tren de alta velocidad.