Acción en El Ripollés para todo el año

La exuberante comarca gerundense se posiciona como un destino estrella para el turismo activo, entre abruptos paisajes y vestigios de otras eras

Ripollés, acción todo el año en un terreno sorprendente
Ripollés, acción todo el año en un terreno sorprendente

Para quienes todavía no hayan podido disfrutar de sus encantos, El Ripollés es una comarca ideal para la práctica del turismo activo de baja intensidad, como el senderismo o el cicloturismo, pero también tiene una amplia oferta para aquellos que buscan emociones más fuertes: del descenso de barrancos, a la escalada o el alpinismo, pasando por cascadas de hielo y cuevas para explorar... Un abanico que complacerá a cualquier apasionado del outdoor durante cualquier época del año, y también a los fanáticos de los paisajes. Un territorio abrupto y montañoso, orlado por profundos valles y vestigios medievales, que aglutina todos los tipos de terreno de aventura que puede ofrecer el Pirineo de Girona.

Climas y relieves singularmente variados; tupidos bosques de hayas o robles, extensos prados y gargantas monumen- tales, que dibujan los entornos de los valles de Ribes y Camprodon, cuyas cumbres configuran el Parque Natural de las Cabeceras del Ter y del Freser. Además, la comarca posee una de las concentraciones más grandes de arte románico de Europa, aglutinadas en una veintena de pequeñas villas de origen medieval.

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MILES DE KILÓMETROS PARA TREKKING Y MOUNTAIN BIKE

Más de mil kilómetros de senderos y caminos componen la oferta para descubrir El Ripollés, desde emblemáticos trekkings de altura como las ascensiones al Puigmal o al Bastiments, o grandes travesías como la de Vallter a Núria, el GR 11, el Sendero del Pirineo o el Camí Oliba. Todas, opciones perfectas para descubrir un patrimonio milenario en un entorno excepcional. Para jornadas más modestas existen multitud de caminos de ambiente familiar y poca exigencia, siempre internándonos en lugares hace tiempo humanizados pero siempre salvajes, como pasear en busca de los Monasterios de Ripoll y de Sant Joan de les Abadesses, o pueblos como Beget o Dòrria, testimonios únicos de nuestro compromiso con el tiempo.

Para los que gustan de recorrer paisajes con las dos ruedas, la orografía del Ripollés también permite escapadas para todos los niveles, desde el cicloturismo por vías verdes como la Ruta del Ferro i del Carbó, o siguiendo valles como el del Feser o el Ter, a travesías de carretera por etapas, atravesando por supuesto puertos emblemáticos como el de Vallter, y un generoso compendio de rutas en bicicleta de montaña que incluso pueden acabar en cimas de 3.000 m como la audaz ascensión al Puigmal. De rutas que siguen los usos de la trashumancia a más de una veintena de opciones que parten directamente del Centro BTT del Ripollés.

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UNA COMARCA CON DOS ESTACIONES DE MONTAÑA

Los dos centros de montaña de la comarca resistieron bien el extraño verano 2020 marcado por la pandemia del corona- virus. A pesar de todo, 142.822 visitantes se acercaron a las dos estaciones de montaña del Ripollés. El turismo activo de proximidad y la afluencia de público familiar, senderistas y cicloturistas fue la tónica de todo el año, consolidando el destino como una brillante idea para cualquiera que desee conectar con la naturaleza. Vallter 2000 ha conseguido posicionarse como un punto de encuentro para el turismo activo. Familias, senderistas, corredores de trail o cicloturistas se acercan para disfrutar de la alta montaña y el medio natural gracias a sus instalaciones y los servicios ofertados.

Otro de los puntos fuertes de Vallter 2000 es el cicloturismo. El puerto de montaña Setcases-Vallter de categoría especial se ha convertido en un reclamo con mucho interés por los ciclistas aficionados que buscan retos deportivos. La ascensión comienza en el pueblo de Setcases a 1.260 m de altura, tiene una distancia de 12 km totalmente señalizados y termina en el parking de la estación a 2.155 m.

Vall de Núria, por su parte, es uno de los destinos estrella de la comarca del Ripollés, en gran parte por su icónico tren Cremallera, que este 2021 celebra su 90 aniversario, convertido en un referente entre los ferrrocarilles de montaña. El Cremallera, que anualmente recibe más de 280.000 visitantes, realiza una travesía de 12,5 km y supera un desnivel de 1.000 metros en 40 minutos. Un medio sostenible que no produce emisiones de CO2 a la atmósfera, y que permite disfrutar de un paisaje espectacular de alta montaña, dominado por picos de casi 3.000 metros, orlados por fuentes y torrentes. Un excelso patio de recreo entre grandes cumbres, pero también cobijo espiritual donde se sienten las raíces y tradiciones antiguas.

Opciones para todos los gustos en una comarca de naturaleza sorprendente, tranquilidad asegurada y mucha acción durante las cuatro estaciones.