España es un paraíso de diversidad paisajística, y sus parques nacionales ofrecen una variedad de experiencias en otoño que difícilmente pueden encontrarse en otra época del año. Desde las montañas y valles de los Pirineos hasta los bosques encantados de laurisilva en Canarias, cada uno de estos parques nacionales brinda una experiencia única, ideal para redescubrir la naturaleza en esta estación.
1. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Situado en el corazón de los Pirineos aragoneses, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es uno de los destinos otoñales más emblemáticos de España. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este parque destaca por sus impresionantes barrancos, bosques frondosos y cascadas. En otoño, sus valles y hayedos se cubren de tonos cálidos, y el Valle de Ordesa, en particular, ofrece algunas de las rutas más espectaculares de todo el país. La Senda de los Cazadores y la Cola de Caballo son dos rutas clásicas que, en esta época del año, permiten disfrutar de vistas inigualables entre hojas de arces, abedules y hayas, en pleno esplendor otoñal.
2. Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
A tan solo una hora de Madrid, el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama es un refugio perfecto para escapadas de un día o de fin de semana en otoño. Este parque alberga paisajes muy diversos: desde picos como Peñalara hasta bosques de pino silvestre y valles de helechos y musgos. Las rutas más recomendadas para esta época son el Camino Schmidt y la subida a la Laguna de Peñalara, donde se pueden observar los reflejos dorados en las aguas tranquilas. Además, en esta estación se pueden encontrar muchas especies de hongos y setas, perfectas para los entusiastas de la micología.

3. Parque Nacional de Garajonay
El Parque Nacional de Garajonay es un tesoro natural situado en la isla de La Gomera, en Canarias, y es famoso por su bosque de laurisilva, una reliquia del terciario. En otoño, aunque el clima sigue siendo suave, el parque se llena de una humedad que lo convierte en un paraíso de nieblas y brumas. Recorrer los senderos de Garajonay en esta época es adentrarse en un ambiente místico, rodeado de vegetación exuberante y verdor. Los caminos como el Raso de la Bruma y el Alto de Garajonay ofrecen una experiencia única, donde los helechos y la vegetación parecen cobrar vida entre la neblina.
4. Parque Nacional de los Picos de Europa
El Parque Nacional de los Picos de Europa es una maravilla natural durante todo el año, pero en otoño muestra una cara particularmente especial. Sus profundos valles, lagos y montañas se cubren de tonos ocres, amarillos y marrones, creando un paisaje que parece sacado de una postal. Los Lagos de Covadonga son un punto clave para visitar en esta estación, con una atmósfera tranquila y rodeados de bosques coloridos. Además, el descenso de las temperaturas hace que las rutas de montaña, como la famosa Ruta del Cares, sean más llevaderas y cómodas.

5. Parque Nacional de Monfragüe
En Extremadura, el Parque Nacional de Monfragüe es un lugar ideal para disfrutar de la observación de aves en otoño. En esta estación, el parque se convierte en un lugar de paso para muchas aves migratorias, especialmente las rapaces. Monfragüe es famoso por sus imponentes miradores, como el Castillo de Monfragüe y el Salto del Gitano, que ofrecen vistas espectaculares del paisaje otoñal y sus bosques de encinas, alcornoques y quejigos. Además, la llegada de las primeras lluvias tras el verano convierte los arroyos y saltos de agua en pequeños ríos, creando un paisaje aún más impresionante y lleno de vida.