Nuestro experto en traill running Jose Antonio De Pablo os da 5 consejos para dar el paso del asfalto a la montaña. ¡A correr por el monte amigos!
No importa si el tuyo es el típico caso de corredor ocasional, ni si eres un habitual en recorrer los parques y las calles de tu ciudad a golpe de zapatilla. Es muy probable es que si lees Oxígeno, seas un enamorado de los deportes al aire libre, de eso que ahora se ha venido en sajonizar con el nombre de outdoor. Y si es así seguro que en algún momento, durante tus paseos montañeros, has sentido el deseo irrefrenable de echarte cuesta abajo corriendo a toda velocidad por alguna ladera o de subir todo lo rápido que has podido una cuesta hasta obligar a tus piernas a mostrar la bandera blanca de la rendición.
A ti que hasta ahora has podido controlar esos impulsos, te invitamos a que rompas el molde y que te eches al monte y le cambies el telón de fondo a tus trotadas de fin de semana. Con pasos lentos pero seguros se avanza y se disfruta mejor en la montaña, nosotros te guiamos en los cinco primeros, después todo será más fácil:
1 - Adiós asfalto adiós. Entra en el parque y huye de los caminos asfaltados o de tierra compactada, busca que poco a poco tus pies y tus tobillos se acostumbren a un terreno inestable, una buena solución es la hierba.
2 - Gimnasio. La montaña y el gimnasio mantienen una muy buena relación, paradójicamente para disfrutar plenamente de tus carreritas montañeras antes tendrás que encerrarte en la sala de pesas y fortalecer tu tren inferior si quieres que la palabra agujetas desaparezca de tu diccionario.
3 - Hazte un caco. Que nadie se asuste, Caco es el nombre que en el argot se utiliza para nombrar las sesiones en las que se intercalan minutos de ca-minar y de co-rrer. Adapta estas tiradas a la orografía y al terreno. Lo importante es prolongar la actividad aeróbica más tiempo que si sólo corriéramos.
4 - Las cuestas. Prueba a hacer alguna sesión específica en la que estés subiendo durante unos cuantos minutos, la pendiente debe permitirte correr a pasos cortos y sin levantar mucho los pies, la bajada la haces andando para recuperarte y otra vez para arriba. Poco a poco aumentas las repeticiones.
5 - Limita los riesgos. Es importante que las primeras veces que salgas al monte utilices para tus carreras zonas conocidas o por las que habitualmente pasa gente. Ya sabes que persona precavida vale por dos.