Senderista, excursionista o montañero: ¿cuál es tu perfil?

Quienes caminamos por la montaña tenemos diferentes perfiles según la actividad que realizamos más. ¿Y tú qué te consideras: senderista, excursionista o montañero?

Tino Nuñez

Senderista, excursionista o montañero: ¿cuál es tu perfil?
Senderista, excursionista o montañero: ¿cuál es tu perfil?

Durante la modernización de las actividades en montaña, en las décadas de los 70 y 80, en España era muy habitual presentarse ante los demás como excursionista o montañero/a, aún no existía el término senderista. ¿Cuáles son las diferencias prácticas entre los 3 perfiles principales de aficionados a recorrer nuestras montañas?

1) SENDERISTA
Sería quien recorre esporádica o habitualmente senderos señalizados con cartelería y marcas de pintura, básicamente por lo que le gusta caminar por la naturaleza. La mayoría de estas sendas han sido balizadas por las federaciones autonómicas de montaña y en menor medida por la administración: ayuntamientos y personal de espacios protegidos. Estos 14.000 kilómetros de senderos marcados existentes en España se basan en caminos tradicionales, ya señalizados parcialmente y muchas décadas antes por excursionistas o habitantes del medio rural.

Como bien recuerda la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada en su web “(…) se caracteriza por ser practicado por todo el territorio español y en cualquier época del año, requerir del practicante una escasa preparación técnica y física, y utilizar materiales apenas especializados”. La anteriormente citada observación refleja la realidad del senderista medio de nuestro país, pero es evidente que una mayor preparación, tecnificación y mejora del equipo resultarían deseables para evitar extravíos y accidentes. Los senderistas no suelen acampar y vivaquear en la naturaleza, prefieren pernoctar en refugios, alojamientos rurales o en su propio domicilio.

2) EXCURSIONISTA
Aunque la Real Academia define al excursionista como una persona que hace salidas para estudio, recreo o ejercicio incluso en la ciudad, en nuestro entorno solemos entender que se circunscribe más al entorno del campo y la montaña, realizando sobre todo marchas sin dificultad o ascensiones muy fáciles. Si bien en ocasiones se equipara al senderista, el o la excursionista también recorre terreno no necesariamente marcado y sin caminos, suele realizar actividades más largas (en las que acampar puede resultar relativamente habitual), pisa más la media y alta montaña, y suele frecuentar los refugios si hace una travesía de varias jornadas o asciende a una cumbre popular. Cuando el excursionista realiza recorridos de tres o más días por zonas montañosas y con diferentes puntos de pernoctación, la Federación Española considera que es una persona que está practicando trekking.

Aunque el término excursionista ha perdido prestigio entre los aficionados a la montaña frente a los términos senderista o trekker (un anglicismo que no convence siempre), es muy utilizado por los medios informativos –especialmente cuando se cita un accidente– y por la administración para legislar la normativa de uso de los espacios protegido.

3) MONTAÑERO/A
Persona que asciende montañas, por lo general caminando, pero que en ocasiones necesita emplear técnicas básicas de alpinismo y escalada en roca para alcanzar la cumbre. Es la evolución lógica del senderista o excursionista avanzado y con inquietudes por pisar cumbres de 3.000 o más metros, utilizando material específico (por ejemplo crampones y piolet). Lo habitual y siempre deseable es que se haya formado en cursos con la federación y guías o bien con compañeros más expertos, por ejemplo nuevas amistades que haya hecho en clubs o redes sociales.

Un senderista o excursionista que desea alcanzar cimas aisladas, que incluyan terreno de alta montaña –ya sea estival o invernal, con pedreras y crestas, necesita practicar progresivamente y empezar por los terrenos más sencillos, invertir en material técnico (como un casco o una cuerda) y mostrarse especialmente cuidadoso con la compañía que elija, hasta acabar convirtiéndose con los años en montañero/a. Aunque montañista es un término utilizado a menudo por medios de publicación y creadores de vídeos e igualmente aceptado por la RAE, no se considera correcto por parte del colectivo que practica la actividad ¡desde hace más de cinco siglos! El término montañismo fue acuñado en el siglo XIX por los alpinistas británicos que ya lo practicaban de forma semi moderna y deportiva, denominándolo con el vocablo inglés “mountaineering”. Entre los/las montañeros/as resulta habitual vivaquear sin tienda, acometiendo ascensiones más complejas o con mayor compromiso que las realizadas por excursionistas y senderistas.

Quien practica el montañismo debe ser capaz de realizar (asegurándose con una cuerda y anclajes recuperables) una escalada sencilla de tercer /cuarto grado en una pared poco vertical, así como de moverse con una cierta soltura por crestas afiladas y pendientes empinadas de nieve, sin excesivo miedo al vacío.