Senderismo inteligente: 5 reflexiones que funcionan

¿Cómo lograr que nuestras salidas de senderismo concluyan de manera satisfactoria?

Tino Nuñez

5 reflexiones que funcionan para el senderismo
5 reflexiones que funcionan para el senderismo

¿Te gusta practicar el senderismo para disfrutar en la naturaleza y desconectar? ¿existen algunas directrices que puedan ayudarnos a que la actividad sea más “redonda” y gratificante?

1) Fórmate con los mejores
De todas las actividades que se practican en montaña, el senderismo está considerada como una de las más sencillas y al alcance casi de cualquiera, pero sin embargo requiere ciertos conocimientos y precauciones para evitar que tarde o temprano una salida nos traiga complicaciones indeseadas ¡y la realidad es que poca gente se ha mpreocupado por formarse! Hacer bien una mochila, saber orientarse, tomar decisiones acertadas en situaciones apuradas, elegir el material más adecuado para cada actividad o conocer los peligros del medio natural te resultará más fácil si te inscribes en un curso de iniciación a la montaña. Sin embargo debes elegir sólo a los mejores profesionales, no te conformes con lo primero que encuentres en el buscador de Google; confirma siempre la titulación (por ejemplo técnico deportivo de media montaña o guía de alta montaña), pues existe bastante fraude y su experiencia real quizá resulte insuficiente. Hay demasiadas personas recién tituladas sin bagaje técnico suficiente para formar a principiantes o guiar grupos y el voluntariado tampoco suele convocar a los mejores expertos...

2) Planifica tus salidas
Cuanta más experiencia tengas, menos tiempo tendrás que dedicar a preparar tu mochila, revisar los predicciones meteorológicas más actualizadas posibles (consulta al menos dos medios fiables) o elegir la vestimenta que llevarás, pero si estás empezando o no conoces la ruta que vas a realizar debes dedicarle la atención suficiente a informarte previamente a la salida. Indagar sobre las particularidades del espacio protegido a visitar, como normativa u horarios de aparcamiento/accesos te ahorrará decepciones ¡y multas!

3) Elige objetivos razonables
No es una buena idea marcarse trayectos demasiado largos o excesivamente ambiciosos. Y un ejemplo sencillo lo tenemos en una actividad muy popular en España y que en el último año ha aglutinado hasta 300.000 personas: el Camino de Santiago. Uno de los fallos más habituales en el Camino de Santiago es hacer un cálculo ingenuo de los kilómetros que en teoría se pueden hacer cada hora o cada jornada y pensar que 40 kilómetros todos los días… ¡es una distancia realizable por cualquiera! Si vas con un grupo de gente inexperta o va a hacer mal tiempo rebaja tus ambiciones en montaña de kilometraje, altitud, dificultad o número de cimas a subir.

4) No salgas con cualquiera
La dimensión social que han adquirido las actividades en la naturaleza seguramente es uno de los cambios más espectaculares que hemos visto en nuestras montañas en estos últimos 10 años. El crecimiento de empresas dedicadas al turismo verde, la presencia de guías con clientes y las quedadas desde grupos de redes sociales han popularizado caminos que antes apenas eran pisados y creado una cierta atmósfera de despreocupación un tanto irresponsable, especialmente cerca de las grandes ciudades. Encontrar más gente en la montaña puede hacerte sentir más seguro/a o inducirte a creer que realmente puedes salir casi con cualquiera, lo que constituye un error tanto a nivel deportivo, como humano. Elige a personas sensatas, cordiales, empáticas y con unos objetivos o valores similares a los tuyos ¡te resultarán mucho más agradables y menos estresantes tus salidas!

5) Precauciones diferentes para cada estación
En un país como el nuestro, relativamente amable en cuanto a la meteorología, es relativamente común no prestar atención a las singularidades de la estación en la que nos encontramos. Ahora que hemos salido del quizá verano más largo de nuestra historia –casi cinco meses de temperaturas muy elevadas y sin apenas mprecipitaciones- no pocas personas apenas prestan atención a cómo comienza el otoño, con sus nieblas “perdedoras”, terreno resbaladizo y ciertos problemas aparentemente ajenos al senderista, pero que pueden afectarle (como un día de cacería o masificación en aparcamientos de las zonas donde hay setas). Adapta tu salida a la estación en la que te encuentras, sobre todo si vas a pisar terreno de alta montaña.