Luces y sombras de la señalización en montaña

Los carteles y señales nos proporcionan valiosa información la mayoría de las veces, pero también tienen desventajas

Tino Núñez

Luces y sombras de la señalización en montaña. Señalítca de la ruta Portillon, Benasque
Luces y sombras de la señalización en montaña. Señalítca de la ruta Portillon, Benasque

Cada vez más presente en nuestras montañas, los carteles y señales que jalonan buena parte de los senderos, nos proporcionarán valiosa información la mayoría de las veces. Sus luces… ¡y sombras! a continuación.

Las dos últimas décadas han supuesto un incremento notable de la señalética y cartelería en no pocos caminos. A menudo bien recibidos por los principiantes o personas con más experiencia pero que visitan por primera vez un espacio natural, cumplen varias funciones importantes ¡aunque no gustan a todos!

 

Lo bueno

La cartelería y señalización actual de los senderos más transitados ofrece varias ventajas:

  • Minimiza extravíos tanto a los caminantes debutantes como a los expertos. En caso de malas condiciones de visibilidad (niebla o noche) y meteorología adversa –lluvia fuerte o ventisca- permite localizar mejor la continuidad de un sendero, reduciendo la fatiga psicológica y física.

 

  • Reduce accidentes, sobre todo en el caso de cartelería que advierte de peligros concretos, como puede ser una zona con desprendimientos o ríos con crecidas repentinas por tener curso arriba un embalse.

 

  • Informa de la ubicación o nombre del lugar en la que nos hayamos, algo que puede resultar muy útil si nos tienen que localizar durante un rescate.

 

  • Detalla datos generales de interés para el caminante: longitud del recorrido, desnivel, horario estimado, dificultad, refugios próximos, recomendaciones de seguridad…
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  • Indicación de lugares interesantes por su belleza paisajística (mirador natural con vistas), interés cultural (por ejemplo unas ruinas antiguas), geológico (roca de forma singular), ambiental (comentarios  sobre especies animales o vegetales) y elementos característicos del terreno (por ejemplo un árbol monumental).

 

  • Explica normas de comportamiento, incluidas regulaciones, prohibiciones y actividades que sí se permiten.

 

La FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada) indica expresamente en su manual de marcado de senderos homologados, que los objetivos prioritarios deben ser dos. El primero, facilitar al usuario la práctica del senderismo, preferentemente en el medio natural, proporcionando seguridad, calidad e información sobre la actividad que va a desarrollar. El segundo objetivo sería  incentivar el conocimiento del entorno natural y de los elementos de la tradición rural de los espacios por donde se transita, buscando una práctica deportiva respetuosa cultural y ambiental. Ambos objetivos son referidos a los senderos tipo PR (Pequeño Recorrido), GR (Gran Recorrido) y SL (Sendero Local), cuya señalización sólo puede realizar la Federación por tener registradas las imágenes de marcado y sigla. Previamente a la realización de sus trabajos deben pedir permiso al gestor del territorio.

 

Lo malo…

Rara vez se hablan de las desventajas que generan los caminos perfectamente señalizados:

  • En bastantes casos su objetivo es más turístico que funcional, por lo que puede generar una sobresaturación de caminos ya muy frecuentados. Ese efecto llamada puede tener bajo impacto y efectos beneficiosos en localidades con pocos recursos, si los visitantes “hacen gasto” en comercios y bares, pero resultar indeseable en otros parajes donde pueden acabar colapsados accesos, aparcamientos y refugios.

 

  • La señalización temporal colocada por orden de los gestores de los espacios protegidos no siempre es bien acogida por visitantes que antes no tenían ciertas restricciones. Por desgracia, no pocas veces carteles que informan del cierre de un tramo del camino por erosión, ríos o lagunas por contaminación, prohibición de circular con motos, coches o bicicletas por donde antes estaba permitido, acaban pintados o arrancados con rapidez.

 

  • Un exceso de cartelería puede desnaturalizar en parte el entorno y en ocasiones dar la sensación a las personas más conservacionistas de que se intenta convertir ciertos enclaves valiosos en parques temáticos al aire libre.

 

  • El notable incremento de excursionistas o paseantes poco acostumbrados a la montaña hace que en caminos someramente marcados con hitos (amontonamiento de piedras para indicar de forma natural por dónde continúa el sendero), se añadan muchos más, incluso por gente que según se pierde subiendo o bajando decide poner nuevos hitos ¡y lo que es aún peor: seguir la moda importada de apilar piedras en equilibrio sólo para divertirse!
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  • Algunas empresas añaden marcas permanentes de pintura en espacios protegidos para orientar mejor a sus clientes o señalar rutas en eventos no autorizados.

 

  • Los paneles informativos en el inicio de etapa suelen presentar un mapa somero que la mayoría de los visitantes dan por suficiente para completar una ruta, se contentan a menudo con hacerle una simple foto que en modo alguno sustituirá a un buen mapa.

 

  • Existe una cierta tendencia, quizás inconsciente o tal vez debida a que la mayoría de los visitantes proceden de entornos muy urbanos, a pensar que las indicaciones serán perfectamente visibles tanto a la ida como a la vuelta, que se encontrarán en perfecto estado de legibilidad, que despejarán nuestras dudas en cruces de caminos o para atravesar un río, que los tiempos de marcha indicados son exactos, etcétera… La realidad es que parte de los paneles pueden estar deteriorados o pintados, la bonita cartelería de madera no conserva los textos demasiado tiempo los textos grabados, algunos paneles panorámicos incluyen imágenes que no están tomadas desde el mismo sitio y que podemos creer demasiado ingenuamente que siempre habrá indicaciones.    

 

¿Quién marca los senderos?

Cinco son los perfiles que señalizan los caminos de las montañas españolas:

  1. Las federaciones autonómicas de montañismo en su correspondiente comunidad, sólo si se trata de senderos identificados como PR (Pequeño Recorrido), GR (Gran Recorrido) y SL (Sendero Local). Nadie más puede utilizar esas marcas y denominaciones, por tener  la Federación Españolar registrados símbolos y siglas en la Oficina Española de Patentes y Marcas. Al igual que los siguientes colectivos, antes de señalizar deben pedir permiso previamente al gestor del territorio
  2. Espacios Naturales Protegidos, que agrupan la gran mayoría de los enclaves que visitamos. Los responsables de su gestión y conservación tienen competencias legales y personal propio para marcar y conservar caminos, así como para instalar cartelería informativa oficial.
  3. Ayuntamientos cuyo término municipal incluya parte o la totalidad del sendero. En general señalan caminos ya registrados en el Catastro y fijan cartelería mediante su personal vinculado a deporte o turismo, previa autorización de la Consejería de Medio Ambiente. A menudo incluyen trazados de pocos kilómetros por terreno sencillo de baja y media montaña, muy cercanos al núcleo urbano.
  4. Particulares que deciden por su cuenta y riesgo señalizar como creen adecuado un camino en general poco transitado. La pandemia y el confinamiento perimetral ha acentuado estos 12 últimos meses esta práctica cerca de los domicilios.
  5. Clubes de montaña y asociaciones, que a veces marcan por su cuenta y riesgo recorridos nuevos o se ofrecen como voluntarios a las federaciones territoriales para volver a repintar señales de PR y GR.

Las personas pertenecientes a este cuarto y quinto grupo deben tener en cuenta que marcar un camino y añadir cartelería propia puede constituir un incumplimiento de la normativa administrativa; aunque no constituye un delito sí es una infracción administrativa sujeta a multa.

 

No lo olvides…

La cartelería y señalética oficial, que puede incluir desde el marcado de una vía pecuaria hasta pies temáticos en un bosque, estacas con código QR para leer con el teléfono móvil o placas informativas está normalizada, realizada en materiales concretos, con dimensiones concretas e iconos registrados. Tienen una función estudiada y no son un capricho de la administración. No las dañes, pintes, ni añadas pegatinas de tu club o empresa e informa rápidamente a las autoridades si ves alguna muy deteriorada o arrancada.