El Foro Económico Mundial ha alertado recientemente de que en 2050 habrá más toneladas de plástico en los océanos que de peces. Un dato que nos invita a reflexionar sobre nuestra forma de consumir y de informarmos sobre ello.
¿De verdad tiene algo bueno el plástico?
Sí, por supuesto: es muy ligero (el producto contamina menos durante su transporte), económico (permite que personas de rentas bajas destinen el ahorro a bienes fundamentales como la comida o la vivienda), resistente (pensemos en una cuerda de escalada o un casco) y con muchas propiedades: aislamiento térmico, impermeabilidad, elasticidad, fácil de convertir en tejidos funcionales, etcétera.
El plástico es nefasto porque…
… incluye en su composición aditivos tóxicos, tarda demasiado en degradarse –desde 10 a 500 años- y contamina mares y ríos, mata la vida de los océanos y los nanoplásticos (fragmentos de diminuto tamaño) están presentes en nuestros alimentos, sangre ¡y cerebro! creando gran número de enfermedades aún poco estudiadas.
Se supone que el reciclado del plástico en España ha mejorado mucho. Sí, pero las cifras reales son sólo la mitad de lo que se afirma, apenas el 25% llega a transformarse en otro producto y el resto se acumula en vertederos o se quema, con las terribles emisiones de contaminantes que provoca.
¿Qué material de montaña está hecho con plástico?
La gran mayoría de nuestro equipo está fabricado con derivados del petróleo y gas natural, de hecho la producción anual de plástico consume el 8% del petróleo mundial que se extrae. Así tenemos nailon para chaquetas, tiendas de campaña y cuerdas de escalada, policarbonatos para gafas y cascos, poliéster para camisetas forros polares, pantalones o sacos de dormir.
Pero yo compro ropa de montaña hecha con material reciclado...
Si tu vestimenta procede de un país muy alejado de tu domicilio, habrá contaminado mucho más durante los miles de kilómetros de su transporte que si hubiese sido fabricada en España. Es más importante consumir menos productos, duraderos y de cercanía que adquirir bienes reciclados. El 99% de esos plásticos están hechos a partir de combustibles fósiles no renovables.
La vestimenta de bajo coste es un problema
Desde hace dos décadas aproximadamente casi todos los aficionados a la montaña consumen textil de bajo coste, que si bien permite a una mayoría ir mejor equipados que antaño, genera mucho más residuos por la inferior calidad y longevidad de esos productos. Antes era impensable que una prenda la comprásemos para utilizarla pocas veces o tirarla a la basura para no tener que repararla, ahora es tan cotidiano que pocas veces remueve nuestra conciencia.

¿Cuál es el producto más insostenible de los que usamos en la naturaleza?
La botella de agua mineral es la opción preferida por el gran público para hidratarse en la naturaleza. Muy ligera, económica y comprimible una vez utilizada, sin embargo como envase de un solo uso genera una huella de carbono inaceptable: de 200 a 300 gramos, mil veces más que si rellenásemos una botella reutilizable con agua del grifo.
¿Es preferible una botella metálica para el agua a una de plástico?
A nivel de longevidad y neutralidad de sabor, por supuesto. Sin embargo no resulta tan “ecológicas” cómo se pensaba. Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios afirma que hacen falta 35 años de uso para compensar lo que ha contaminado la producción de una de acero inoxidable respecto a una de plástico moderno (tipo Tritán y sin bisfenol A) en la que bastarían 4 meses de uso.
¿Qué puedo hacer?
Lo primero es ser consciente de que nuestra vida diaria genera mucho más impacto y consumo insostenible de plásticos que los pocos días que pasamos en la naturaleza. Puedes empezar porque tu textil sea de mayor calidad, no renovarlo sólo por estética o moda y repararlo cuando haga falta en vez de desecharlo. Posiblemente tu detergente, champú o crema solar incluya microesferas con nanoplásticos, infórmate. Es más fácil de lo que crees rechazar bolsas de plástico en comercios y supermercados, llevándote los productos hasta el coche en las manos.
Ser honestos/as y ejercer la autocrítica ayuda a mejorar la protección del planeta. Las modas de consumo ecosostenible pueden tranquilizar nuestra conciencia como ciudadanos, mientras nuestra forma diaria de desplazarnos continuamente en vehículo privado generará 2,5 kilogramos de dióxido de carbono por cada litro que gastemos. Incorpora a tu vida pequeños y progresivos cambios ¡piensa que hasta enviar un simple correo electrónico genera 25 gramos de huella de carbono! No te obsesiones, pero actúa…