Retratos outdoor: cuestión de luz

Uno de los puntos en los que hay que fijarse para realizar un buen retrato al aire libre es la luz y la apertura del diafragma

Mikael Helsing

Retratos outdoor: cuestión de luz
Retratos outdoor: cuestión de luz

Para un primer consejo acerca de cómo hacer retratos, hemos elegido hablar de la luz. ¿Qué luz solemos usar cuando hacemos retratos? O bien usamos la luz de mediodía para que “ilumine bien” la cara, o preferimos usar la luz de un día nublado para disparar.

En la imagen A tenemos la típica luz de mediodía, que da mucha luz y que nos permite elegir cualquier diafragma/tiempo de exposición. ¿Pero realmente queremos mucha luz? Lo que vemos es un retrato con unas iluminaciones muy fuertes y además con un contraste fuertísimo. Fijaos en la diferencia de intensidad en las zonas de sol (moflete, nariz) y las zonas de sombra (el otro moflete, los ojos con sus cavidades). También refleja la intensidad de luz el gesto del niño, que no puede abrir los ojos por la cantidad de luz. Al final tenemos un retrato con gesto “forzado” que no vas a enseñar en tu vida.

En cambio en la imagen B tenemos al mismo niño pero con la luz de un día nublado, incluso lloviendo; se nota que el gesto ya no es tan forzado como en la imagen A. Si luego nos fijamos en la textura de la cara, es mucho más suave y con más matices de tonos cálidos, que con la otra iluminación no se consigue. Y hay más ventajas, en esta ocasión hay menos luz que en la otra, por lo cual tenemos que abrir más el diafragma, y el efecto que conseguimos abriendo el diafragma es que el fondo se desenfoque más y en la gran mayoría de los retratos nos interesa tener el fondo menos enfocado para así dar todavía más importancia a la cara. A consecuencia de usar una apertura grande viene uno de los puntos más importantes de los retratos: los ojos. Con menos profundidad de campo ya no perdona el objetivo, y tenemos que estar seguros de que estamos enfocando lo que realmente es importante: los ojos. Acordaos de que cuanto más teleobjetivo usamos, menos profundidad de campo tenemos. Veo muchas veces retratos hechos con teleobjetivos pero con el pequeño fallo de que lo que está enfocado son las orejas o la punta de la nariz ¡y eso no nos vale! A practicar.