Cuatro anécdotas bajo la lluvia: aprender de nuestros errores

Las siguientes anécdotas reales nos resultarán útiles para reforzar nuestra atención bajo la lluvia

Tino Nuñez

4 anécdotas bajo la lluvia
4 anécdotas bajo la lluvia

Un famoso alpinista norteamericano recordó en un brillante manual que “Nada enseña más que quemarse la mano”, lo que viene a recordar que estar atento para aprender de un error propio es una de las maneras más eficaces de no repetir una equivocación.

1) “LOS DEL TIEMPO SE EQUIVOCAN MUCHO”
Hay una cantidad significativa de la población que considera erróneamente que las predicciones meteorológicas son poco fiables, simplemente porque les han fallado alguna vez. La realidad es que en España el porcentaje de acierto a 24 horas se muestra realmente notable (un 85%) y que hasta a 3 días si consultamos varias fuentes aún resulta fiable. Son innumerables las veces que he escuchado a compañeros experimentados quejarse amargamente a la vuelta de una actividad de que han terminado empapados ¡y se muestran sorprendidos pese a que lo anticipaba una previsión desfavorable!

Nuestra motivación por salir a un objetivo concreto aunque “den malo”, la poca flexibilidad para cambiar a un destino más soleado o simplemente confiar en el pronóstico más favorable pero sin contrastarlo con otros (personalmente aconsejo al menos tres fuentes diferentes si salimos dos o más días) provocarán no pocas veces que nos mojemos más de la cuenta. Y sí: también tenemos en el otro extremo del optimismo a quienes aseguran que actualmente una predicción a 7 días acierta cuatro de cada cinco veces, lo que en montaña (y más en primavera)… ¡es poco más que una leyenda urbana!

2) ¿PARA QUÉ LLEVAR UN PARAGUAS?
Hace tiempo tuve la oportunidad de conocer en Bélgica a uno de los inventores de las modernas inducciones de poliuretano microporoso, material con el que están hechas la mayoría de las chaquetas impermeables y transpirables de montaña (básicamente casi todas las que no incluyen el teflón que utiliza Gore-Tex). El ingeniero, tras analizar exitosamente varias prendas en un laboratorio muy sofisticado, me recordó que aunque eran productos excelentes para protegerse de la lluvia, cuando anunciaban muchas horas de lluvia continuada siempre llevaba además un humilde y eficaz paraguas…

3) CON LA MANTA DE SUPERVIVENCIA DORADA ME BASTA
Las mantas de supervivencia se fabrican en tres gramajes y es la más fina, de color dorado por una de sus caras la que más aceptación tiene, tanto por su bajísimo peso (sólo 50 gramos) como por ser la más barata. Recuerdo que un conocido escalador siempre bromeaba al vernos con la más gruesa y pesada (200 gramos)… hasta que un día nos confesó que tras cubrirse en un fuerte chaparrón con la dorada ¡el viento la rasgó al instante y le dejó sin protección alguna!

4) DORMIR SECO EN LA TIENDA DE CAMPAÑA
Pernoctar en una tienda no equivale siempre a hacerlo sin humedad. Dobles techos con insuficiente impermeabilidad (por ser de modelos muy económicos o con costuras sin sellar), tiendas de campaña que condensan excesivamente –en especial los modelos ultraligeros de una sola capa– y acumulación de circunstancias específicas, por ejemplo acampar en un prado que ya está muy mojado y que en la madrugada puede generar un fuerte rocío, provocará que nuestro saco de dormir termine más húmedo de lo esperado. Basta con dormir las suficientes veces en montaña para sufrir alguno de estos episodios, por lo que más de una vez puede no sobrarte una buena funda de vivac, máxime si vas a pernoctar varias noches seguidas con mal tiempo.