Cómo ser mejor senderista: 8 cualidades subestimadas

La paciencia, la flexibilidad o la empatía son cualidades a menudo infravaloradas en nuestro compañeros de ruta

Tino Nuñez

Cómo ser mejor senderista: 8 cualidades subestimadas
Cómo ser mejor senderista: 8 cualidades subestimadas

Resulta poco habitual escuchar conversar a senderistas experimentados o noveles sobre cuáles son las cualidades importantes más subestimadas y sin embargo tienen una trascendencia enorme. ¿Te apetece conocerlas?

1) LA PACIENCIA

No es mejor senderista quien hace los recorridos más largos en menos tiempo o el que sube mayor número de cumbres. Ya decían en los años 70 del siglo XX algunos guías insignes de los Alpes que el mejor montañero era quien llegaba a viejo, lo que casi equivale actualmente a decir quien disfruta durante más años en la naturaleza y no necesariamente la persona más hábil ni más fuerte. Si habitualmente caminas tan rápido que no puedes ni hablar, si quieres hacer el máximo de recorridos en el menor tiempo posible o crees que tus mejores amistades en la montaña son un lastre para tus ambiciones, quizá te hayas equivocado de actividad.

2) SABER RENUNCIAR

La naturaleza es un entorno cambiante y nunca exento de peligros. Si empeñarte en una salida compleja cuando ya hay pronosticado tiempo muy adverso (y no digamos si existe alerta naranja o roja de la Agencia Estatal de Meteorología) puede ponerte en riesgo a ti o a acompañantes menos preparados, e incluso hacer sufrir a los demás por kilometraje excesivo del sendero, será preferible que renuncies con antelación. Los accidentes existen, incluso para los más experimentados y la montaña siempre estará ahí, esperándonos.

3)  LA FLEXIBILIDAD

Cambiar el destino o el recorrido cuando las condiciones lo requieran –por ejemplo con vientos fuertes o si alguien se encuentra repentinamente indispuesto- os permitirá a todos disfrutar de una forma más razonable que encabezonándonos. Hay individuos que por su temperamento autoritario, entusiasmo desbordante o falta de sentido común se empeñan en obligar a los demás a iniciar o completar actividades que no desean, no lo toleres: identifica y huye de esas actitudes cuanto antes. ´

4) LA EMPATÍA

Wikipedia define con gran acierto la empatía como “la capacidad que tiene una persona de comprender las emociones y los sentimientos de los demás, basada en el reconocimiento del otro como similar, es decir, como un individuo similar con mente propia; por eso es vital para la vida social”. Un porcentaje no desdeñable de senderistas con más o menos experiencia a veces no puede entender que sus compañeros de ruta se sientan cansados, desmotivados o que experimenten un lógico temor ante un tramo complicado. Debemos recordar que siempre hay individuos mucho más preparados que nosotros y que en nuestros momentos de flaqueza o miedo posiblemente demostraron comprensión y apoyo, ayudándonos a completar la jornada sin hacernos sentir mal ni burlándose (parte de los que se creen superiores tienden a verbalizar ante el grupo comentarios pasivo-agresivos disfrazados de inocentes bromas).

5) EL AGRADECIMIENTO

La red de senderos, la cartelería indicadora, el servicio que nos proporcionan en un refugio o en un bar del pueblo más próximo, la ropa y el calzado que llevamos, nuestro mapa favorito, la predicción meteorológica o el consejo de un/a desconocido/a que nos orienta en un camino poco claro, deberían comportar nuestro agradecimiento hacia las personas que hacen nuestra vida más agradable. Reconocer las cosas buenas que disfrutamos y agradecer las, en vez de estar instalados en la queja permanente, nos hará más felices pero también más justos en nuestro trato con los demás.

6) SER POSITIVO/A

En cualquier espacio natural, aunque no sea el más bonito o tu preferido ni luzca el sol a rabiar encontrarás motivos para alegrarte. Un enclave nuevo, un comentario amable inesperado, conocer a otras personas con las que entablar conversación de forma natural y desinteresada o un pequeño descubrimiento inesperado –la visión de un animal salvaje o de un hermoso rayo de luz que atraviesa un denso bosque- siempre aportan positivismo. Incluso en la salida más aparentemente insulsa o gris seguro que encuentras algo con lo que sorprenderte, animarte o reconfortarte…

7) MOSTRAR RESPETO

Escuchar hasta el final a alguien, mostrar interés por su opinión o conversación y valorar lo que tienes delante (incluidos animales y propiedades de los habitantes de la zona) es lo mínimo que podemos hacer cuando practicamos senderismo. No cuesta tanto caminar sin dar voces continuamente, no comportarse de forma invasiva en los pueblos, llevar controlados (e incluso atados cuando la situación lo requiera) a nuestros perros, evitar aparcar delante de la entrada a una finca o no ir dejando papelitos por el campo tras hacer nuestras necesidades. La comercialización de las actividades en la naturaleza está provocando que una parte de los ciudadanos se crean con derecho a casi todo –como por ejemplo dar de comer a un animal salvaje para hacerse un selfie junto a él- y que la tranquilidad en los espacios naturales haya mermado en España durante estos 5 últimos años.

8) SER REALISTA

Valorar las propias capacidades constituye una de esas recomendaciones que se citan continuamente desde el principio de las actividades en montaña, hace 3 siglos. A menudo sólo comprendemos que no estamos tan preparados como creemos cuando algún contratiempo nos devuelve a la realidad y por poca autocrítica que tengamos aceptamos que hemos metido la pata. Ahora puedes ver en las redes sociales que un influencer francés de 22 años sin experiencia alguna en montaña sube al Everest tras sólo un año de iniciarse y que otras personas quieren imitar tamaño despropósito, ignorando los 2 millones de euros que ha costado y la gran ayuda técnica que ha necesitado. Las supuestas hazañas de algunos personajes muy mediáticos y otras de individuos más cercanos –como parte de quines escriben en nuestras redes sociales mostrando rimbombantemente su última ruta- pueden ocultar detalles importantes y hacernos creer que casi todo está al alcance de cualquiera si se lo propone con el suficiente empeño, lo que en montaña a menudo es falso o como mínimo cuestionable.