¿Cómo empezar en la montaña? Primeros pasos

¿Qué te conviene saber para empezar a disfrutar de las actividades en montaña?

Tino Nuñez

Las cumbres celebradas
Las cumbres celebradas

¿A quién no le gusta la montaña? Sus valores y lo que nos aporta son tan impactantes que a muchos de quienes se inician en ella, les cambia la vida. Te orientamos sobre cómo iniciarte con buen pie.

Uno de los efectos de la pandemia fue la multiplicación espectacular de visitantes de nuestros espacios naturales, que en no pocos enclaves cuadriplicó e incluso quintuplicó la afluencia en apenas dos años. Aunque buena parte de esas 26 millones de personas que acudieron a la naturaleza, posiblemente no regresen a dichos parajes, un porcentaje importante se ha iniciado definitivamente en las actividades de montaña y quizá pertenezcas a ese afortunado grupo. ¿Qué te conviene saber?

ACTIVIDADES MÁS HABITUALES
De más sencilla a más compleja, tenemos:
1) Senderismo. Es la disciplina técnica menos arriesgada en montaña y consiste en caminar por senderos balizados con cartelería y marcas de pintura. Practicado en España por unos nueve millones de personas, es una actividad bastante igualitaria: 51% hombres y 49% mujeres.

2) Trekking. Actividad de marcha de largo recorrido, que suele realizarse parcial o totalmente por terreno agreste de media o alta montaña. Digamos que es una especie de excursionismo técnico, pero que en ningún caso incluye movimientos de escalada y que no debe confundirse con el montañismo. Las travesías de varios días de duración por grandes macizos, ya sea en España o destinos remotos, suelen cruzar collados en alta montaña e implican de media más de 30-40 kilómetros acumulados.

3) Montañismo. Consiste en ascender a la cima de las montañas, por lo general caminando por senderos que pueden estar marcados o no y por terrenos de diferente dificultad: laderas empinadas, canales, pedreras o crestas rocosas. En ocasiones es necesario la utilización de una cuerda para asegurar los tramos más comprometidos y facilitar el descenso (rápel). También se progresa por terreno nevado de moderada dificultad, con piolet y crampones.

4) Escalada en roca. Se trata de subir rocas de altura y dificultades muy variables, normalmente con un equipo de seguridad especial. Exige una cierta forma física y formación específica. Actualmente está de moda en las grandes ciudades, gracias a la proliferación de rocódromos (gimnasios con paredes artificiales donde practicar y entrenarse). Es una actividad espectacular y suficientemente segura si se practica con conocimiento y precauciones, pero que no admite errores.

5) Alpinismo. Es la actividad más dura de todas y se basa en subir montañas difíciles, con material especializado, utilizando técnicas de escalada en roca, nieve y hielo. No debe realizarse sin tener antes años de experiencia en montañismo y escalada. De gran belleza y exigente, tanto física como psicológicamente, conlleva en ocasiones riesgos muy importantes, incluso correctamente practicado: peligro de avalanchas, hipotermia, imposibilidad de asegurarse en ciertos terrenos, probabilidad ocasional de grandes caídas, etcétera.

¿QUÉ NECESITO?
No está de más recordar que deberías:
1) Aclarar tus razones por las que quieres salir a la montaña: necesidad de conexión con la naturaleza, trabar nuevas amistades, encontrar pareja, realizar una actividad física saludable, buscar un nuevo sentido a tu vida, reforzar tu autoestima o cambiar tus motivaciones personales… Todas pueden ser válidas, excepto una cuyas consecuencias pueden ser muy peligrosas: que te guste el riesgo o quieres actividades que favorezcan descarga de adrenalina.

2) Visitar a tu médico para ver si te da el visto bueno. Pocas veces leerás un consejo tan directo y sincero como éste, porque estamos imbuidos en una dinámica acelerada que prima el “tú también puedes” frente a la prudencia, el entusiasmo desbordante de sus practicantes y el ambiente excesivamente despreocupado que no pocas veces se genera en las redes sociales, ya sea por motivos socializadores o comerciales. Generalizar diciendo que todo el mundo puede practicar montaña es un error, porque hay excepciones y aunque la mayoría sí podrán disfrutarla, es un profesional de la medicina quien debe valorarlo. Por ejemplo, un adulto a partir de los sesenta puede tener más problemas de salud si sufre una caída que un chico de veinticinco., entre otras cosas por la menor resistencia de sus huesos, lo que no conlleva que no pueda hacer montaña sino que debe hacer actividades adaptadas a su edad.